Koldo García adoptó “medidas de seguridad” y sospechaba que lo investigaban, según el sumario
El juez apunta que, según las intervenciones telefónicas, el exasesor del exministro Ábalos creía que lo vigilaban: “Lo sé todo”
Koldo García, quien fuera la sombra del exministro José Luis Ábalos durante sus años en el Gobierno, no se fiaba. Los recelos del exasesor del responsable de la cartera de Transportes se habían multiplicado en los últimos meses, cuando la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y la Fiscalía Anticorrupción lo cercaban ya por su presunta implicación en una trama de cobro de comisiones irregulares por la adjudicación de contratos para suministrar mascarillas a Administraciones públicas en plena pandemia de coronavirus. Según revela la documentación judicial incorporada al sumario de la Audiencia Nacional, que lo dejó este jueves en libertad con medidas cautelares, el antiguo colaborador de Ábalos había empezado a “adoptar medidas de seguridad en sus encuentros” y se “valía de su mujer” para contactar con terceras personas. Además, las intervenciones telefónicas apuntan a que sabía que lo estaban investigando.
En una conversación con el empresario Rogelio Pujalte, fechada el 3 de febrero de 2024, apenas 20 días antes de su arresto, Pujalte alerta a Koldo García de que no use la aplicación de mensajería móvil Telegram. Según señala el juez instructor, Ismael Moreno, el antiguo asesor del exministro tranquiliza entonces a su interlocutor y le dice que nunca la ha utilizado. Además, García le insiste a Pujalte que “no se preocupe” y que él sabe “todo”, que conocen la situación en la que se encuentran y que “es por culpa del perro”, en referencia a Víctor de Aldama, presidente del Zamora Club de Fútbol, también detenido en la operación policial. Sin embargo, de nuevo, Rogelio Pujalte le recalca a Koldo García: “Yo, cuando me dicen po de ti, po lo primero que hago es ponerme en contacto [sic]”. Según los investigadores, de estas palabras se puede “colegir que Rogelio está avisando a Koldo de que está siendo objeto de investigación”.
Anticorrupción mantiene que existen indicios de que Koldo García “pudo desempeñar” un papel clave en la adjudicación de los contratos de las Administración pública, a la que tenía fácil acceso gracias a su puesto de hombre de confianza de Ábalos. Por esa labor, cobró presuntamente comisiones, que se tradujeron en un “notable incremento patrimonial” —se sospecha que de 1,5 millones de euros, según el ministerio público—, que intentó “ocultar” a través de terceras personas próximas a su círculo familiar, como su hermano o hija menor de edad. También se mantiene en la diana varias viviendas que su entorno adquirió, así como grandes movimientos de dinero en efectivo.
Los investigadores señalan, por ejemplo, que Koldo García usó a su hermano Joseba para constar como “titular” de la vivienda familiar del asesor de Ábalos en Polop (Alicante): “El hecho de que Joseba titule estos bienes y hubiera participado en el incremento patrimonial de Koldo también ha quedado reflejado en conversaciones de Patricia U. [esposa de Koldo] con terceros, donde se pone de manifiesto la intención de Koldo y su mujer de reestructurar su patrimonio”, señala el sumario. En este sentido, el juez Moreno resalta una conversación entre ambos hermanos, que revelaría que estarían “tomando medidas” sobre su patrimonio al sospechar de la existencia de una investigación sobre ellos: “Joseba le dice a su hermano que ‘él se quita de en medio para que no les vean juntos’ y Koldo refiere ‘que tienen que ir al notario para rectificar lo de la niña”, explica el magistrado, que remacha: “Alusión que puede corresponderse con la compra de una vivienda de Benidorm (Alicante) a nombre de la hija menor de Koldo, habiendo empleado para dicha adquisición fondos transferidos por su tío Joseba”.
Todos estos detalles no resultan baladíes para la UCO y Anticorrupción, que subrayan que Koldo había “adoptado medidas de seguridad en sus encuentros”; “podría valerse de su mujer para contactar con personas de su círculo social”; y, además, “ciertos temas de conversación, por el motivo que fuere, preferiría tratarlos en persona independientemente del lugar de residencia de los interlocutores y de la duración del encuentro”.
Las reuniones sospechosas
De hecho, Koldo García, cuya residencia familiar está en Polop (Alicante), no dudaba en desplazarse a Madrid para mantener reuniones con otros presuntos implicados de la trama, a veces de escasos minutos y en la calle, para hablar supuestamente de las pesquisas iniciadas por la Agencia Tributaria por los contratos bajo sospecha. Los seguimientos a los que el exasesor de Ábalos fue sometido por la Guardia Civil hasta su detención revelaron su querencia por una marisquería situada cerca del Estado Santiago Bernabéu, La Chalana, donde los agentes le vieron reunirse con otras personas en, al menos, tres ocasiones en dos semanas, según los documentos judiciales. De esos encuentros, los investigadores destacan el que mantuvo el 15 de febrero de 2023 con Juan Carlos Cueto, propietario del Grupo Cueto y presunto dueño en la sombra de Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas S. L., la empresa epicentro de la trama que se hizo con las adjudicaciones presuntamente fraudulentas.
Aquel encuentro fue escuchado por los guardias civiles que seguían a los dos presuntos implicados, que reflejaron en un informe que Koldo García y Juan Carlos Cueto hablaron, precisamente, de la inspección tributaria al que estaba siendo sometido al también empresario Víctor de Aldama, otro de los presuntos cabecillas de la trama. Según se destaca, tanto el juez en un auto como la Fiscalía Anticorrupción en su querella, ambos comentaron la inspección abierta a este empresario por la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF) y que afectaba a dos de sus sociedades, MTM 180 Capital SL y Deluxe Fortune SL, por intermediar en la adjudicación de los contratos de las mascarillas. Al término de la comida, García y Cueto se emplazaron a verse al día siguiente. Esta segunda reunión, también vigilada por la Guardia Civil, se celebró en una cafetería de la calle Génova, en el centro de Madrid, y duró apenas ocho minutos. “Este breve encuentro podría tener relación con la conversación que habrían mantenido el día anterior”, concluye la Fiscalía en su querella.
También en esa marisquería, Koldo García se había reunido una semana antes con otro empresario, José Ruz Martínez —al que los investigadores relacionan con De Aldama—, y con José Luis Rodríguez García, un subteniente de la Guardia Civil destinado a la seguridad del Ministerio de Transportes. Las pesquisas han revelado que Rodríguez García tiene una estrecha relación con el empresario Juan Carlos Cueto, con el que compartió alojamiento en un viaje a la comarca orensana de Barco de Valdeorras, donde se sitúa una explotación de pizarras en cuya adquisición la trama invirtió parte de las ganancias millonarias obtenidas con el supuesto amaño de los concursos de las mascarillas. Además, Rodríguez García usaba en sus desplazamientos un vehículo de alta gama vinculado a una de las sociedades del Grupo Cueto. Los investigadores califican la relación entre este guardia civil y Koldo García de “personal” y de “máxima importancia” para la trama.
La Fiscalía destaca en su querella que “todos estos encuentros evidencian que la relación entre los investigados va más allá de la operativa que pudieron realizar para la adjudicación de los contratos se suministro de material sanitario que dio origen a esta investigación, manteniéndose tales vínculos en la actualidad”.
Las pesquisas también destacan que el exasesor de Ábalos se reunió en el mismo restaurante madrileño con altos cargos del Ministerio de Transporte. Entre ellas destaca la comida celebrada el 2 de febrero de 2023 —solo 13 días antes de su encuentro con Cueto— con el entonces subsecretario del Ministerio, Jesús Manuel Gómez García, y con Vicente Calzado Tellez, director general de Enajenación De Materiales Ferroviarios SA (Emfesa), sociedad mercantil dependiente de Transporte en la que trabajaba Joseba García, hermano de Koldo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.