El PSOE se prepara ya para la competición en primarias al menos en Madrid y Aragón
No se dibuja por el momento una alternativa clara a Juan Espadas en Andalucía, donde ya está prácticamente descartado que Sánchez vaya a promover a la vicepresidenta María Jesús Montero
La dirección del PSOE quiere que el partido sea una balsa de aceite hasta que pase el 41º Congreso Federal, en el que Pedro Sánchez será reelegido líder del partido por aclamación. La premisa de Ferraz es que la gran cita de los socialistas acapare la máxima atención, hasta su celebración del 29 de noviembre al 1 de diciembre en Sevilla pero el ruido de sables ya se masca en algunos territorios, que celebrarán después del federal sus congresos regionales. Quedan semanas por delante todavía, pero fuentes del PSOE consultados por EL PAÍS dan por seguro que Juan Lobato tendrá en frente a otro candidato en unas primarias en Madrid y que también las habrá en Aragón, donde la ministra Pilar Alegría es la candidata a la que dirigentes de su federación y de Ferraz señalan como relevo de Javier Lambán, que no se presentará a la reelección y, por ahora, no ha designado a su delfín. Más dudas hay en Andalucía. Juan Espadas sigue teniendo contestación interna pero en este momento no hay movimientos que indiquen que Pedro Sánchez tenga intención de promover el relevo del líder de la federación andaluza. La opción de la vicepresidenta María Jesús Montero ya se da prácticamente por descartada.
El escenario es distinto en cada federación. El panorama de Andalucía es justo el contrario al de Extremadura. Allí un sector del partido reprocha falta de integración al actual secretario general, Miguel Ángel Gallardo, que sucedió a Guillermo Fernández Vara en marzo tras imponerse en primarias a Lara Garlito con el 56% de los votos. Tampoco sentaron bien en Ferraz sus reproches a cuentas de la financiación singular antes del comité federal del 7 de septiembre en una entrevista en este diario. En Castilla y León también se habla de una hipotética alternativa a Luis Tudanca, secretario general desde 2014, aunque quienes manejan ese escenario reconocen que tiene la federación controlada y cuenta con el respaldo de casi todos los secretarios provinciales. Si Tudanca se presenta, como se da casi por seguro, saldrá reelegido con un resultado incontestable, es la sensación generalizada en el territorio.
La batalla de Madrid
La batalla de Madrid es la que más expectación genera ahora mismo en el PSOE. Lobato, secretario general desde noviembre de 2021 de la tercera federación con más militantes, tendrá enfrente una candidatura alternativa, todavía por armar, afirman a EL PAÍS fuentes conocedoras de cada movimiento entre bambalinas en Madrid. Lobato se impuso entonces con el 61% de los votos al alcalde de Fuenlabrada, Javier Ayala, que discrepa del líder territorial y quien, tras las elecciones europeas, le reclamó “un mensaje claramente de izquierdas” frente a Isabel Díaz Ayuso que atraiga al electorado de Más Madrid, la variante autóctona de Sumar. Pedro Sánchez trasladó en la reunión con la dirección del PSOE tras los comicios al Parlamento Europeo su preocupación por los 348.762 votos y 12,5 puntos de distancia que el PP le sacó al PSOE en la federación en la que milita. El PP concentró en Madrid la mitad de los 700.000 votos que le dieron la victoria en las europeas, un diferencial que desde la cúpula de los socialistas madrileños atribuyen a medidas del Gobierno como la ley de amnistía.
Ayala, que hace tres años no contó con el respaldo de Ferraz, no ha dado pistas sobre cuáles serán sus próximos pasos, aunque en la ejecutiva regional de Lobato no ha pasado desapercibido que el fin de semana pasado invitó a la caseta del partido en las fiestas patronales a Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE. Otro nombre que circula en los corrillos madrileños como posible candidato es el de Fran Martín, el delegado del Gobierno en la Comunidad. Nadie se atreve a descartar un mirlo blanco.
El otro gran frente estará en Aragón. La ministra Alegría es considerada en Ferraz y La Moncloa y por el sector crítico a Lambán el relevo natural del expresidente maño que, tras 12 años al timón, cuenta con un control importante del partido. La portavoz del Gobierno de Pedro Sánchez es la que está mejor posicionada según coinciden fuentes de su federación y de la cúpula federal, que no ocultan que no será un paseo militar. En Aragón, la tensión orgánica ha aumentado en las últimas semanas. La dirección del grupo socialista en el Senado abrió este jueves el segundo expediente disciplinario a Lambán por romper la disciplina de voto el día anterior y no participar en el rechazo a una iniciativa del PP contra la financiación singular. En mayo tampoco votó a favor de la ley de amnistía. El PSOE de la provincia de Huesca, que dirige Fernando Sabés, ha ejercido durante meses la oposición interna casi en solitario a Lambán —incluso para darle la réplica en el comité federal, máximo órgano entre congresos—, aunque poco a poco hay más voces discrepantes. Este jueves militantes de agrupaciones de Zaragoza “especialmente incómodos con las declaraciones y actuaciones” de las direcciones regional y provincial convocaron una reunión en la sede autonómica del partido.
Sin alternativa clara en Andalucía
La situación está más calmada en Andalucía. Espadas ha salido reforzado tras el cierre de filas del PSOE de Sevilla explicitado por el secretario provincial y presidente de la Diputación, Javier Fernández, al que se ha sumado en los últimos días el responsable provincial de Málaga, Daniel Pérez. Las voces críticas en la federación siguen sin cristalizar en algo concreto y la falta de una alternativa clara al también portavoz en el Senado se hace cada más patente conforme se acerca el Congreso Federal. Hay voces en la cúpula socialista que creen que habría que dar un revulsivo a la federación andaluza, pero la opinión que se extiende en este momento en el PSOE es que Sánchez no está por la labor de mover al secretario general del PSOE-A, que tiene intención de volver a presentarse.
Varios líderes territoriales comparten además que sería muy chocante que Espadas se encontrase con una alternativa promovida desde Ferraz justo cuando va a ejercer de anfitrión, en su condición de secretario general desde julio de 2021, de la federación con más militantes (más de 40.000 de 170.000 en toda España). Las elecciones andaluzas serán a más tardar en junio de 2026 y Sánchez necesita recuperar al que durante décadas fue el gran granero del PSOE, consciente de que no puede depender casi en exclusiva del músculo de Salvador Illa y el PSC en Cataluña. “Que el Congreso sea en Sevilla es evidente, significa que el PSOE quiere reforzar al partido en Andalucía. Lo necesita, con la cabeza puesta en las próximas generales. Es decir, no se puede romper ni dividir al partido en Andalucía: si surge una alternativa será en el territorio, pero no se puede plantear desde Ferraz”, advierten en la dirección autonómica.
Recelos por el calendario de los congresos
La reunión que el comité organizador del Congreso de Sevilla celebró el lunes por la tarde en Ferraz y a la que convocó a los secretarios de organización de las federaciones duró poco más de media hora y en apariencia se desarrolló con normalidad. Los representantes de algunas federaciones recibieron con recelo la recomendación de evitar celebrar los congresos regionales en diciembre debido a las comidas y cenas de empresa, el puente de principios de ese mes y las fiestas navideñas. El comité organizador también defendió escalonar los congresos regionales durante enero y febrero con la idea de que celebrar dos cada fin de semana, para que tengan el máximo recorrido mediático y evitar por ejemplo que coincidan cinco congresos un mismo fin de semana. La intención además es que Sánchez se reparta el sábado en un congreso y el domingo en otro y reforzar el mensaje de que el PSOE es un partido no teme a los debates ideológicos frente el PP, que desde 2017 no celebra una ponencia política ni estatutaria. La petición de Ferraz de conocer lo antes posible las fechas en las que querrían desarrollar sus congresos se interpretó en varios casos como un interés por controlar los tiempos para poder armar una alternativa en las federaciones más distantes con Sánchez. La decisión que nadie cuestionó fue que los congresos provinciales tengan como fecha límite el 23 de marzo.
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