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Sánchez salva la resistencia interna y va al choque ideológico con el PP sobre el modelo social

Los barones del PSOE, salvo García-Page y Lambán, rebajan el tono por la financiación singular para Cataluña en el primer comité federal desde los cinco días de reflexión del presidente y con más críticas de las habituales

Pedro Sánchez, rodeado de miembros de la dirección y del comité federal del PSOE, este sábado.Foto: EVA ERCOLANESE (PSOE) | Vídeo: EPV
José Marcos

Pedro Sánchez hace tiempo que se hizo una leyenda dentro y fuera de la arena política española por su capacidad para sortear las adversidades más variopintas. En 2017 regresó a Ferraz a lomos de la militancia cuando el establishment del PSOE le había dado por muerto y enterrado. Un año más tarde se convirtió en el primer español en ser presidente mediante una moción de censura y en 2019 pasó a dirigir el primer Gobierno de coalición desde la Segunda República. Después llegó la peor pandemia en un siglo y, sin tiempo para un respiro, la crisis inflacionaria por la guerra de Ucrania, anticipos de lo que parecía un golpe letal: el desastre electoral de las autonómicas y municipales de mayo de 2023. La reacción de Sánchez fue convocar generales, un órdago con el que volvió a lograr lo que parecía imposible. Los números le dieron para continuar en La Moncloa, aunque a cambio de desdecirse y hacer “de la necesidad virtud” con la ley de amnistía. El PSOE, en una posición de extrema debilidad, aceptó a regañadientes para salvaguardar el Gobierno.

Con esa pantalla todavía por cerrar, la financiación singular para Cataluña es desde finales de julio la última pesadilla de las baronías socialistas. El silencio durante un mes de la cúpula del PSOE y del Gobierno, hasta que la investidura de Salvador Illa fuese una certeza, provocó que algunos líderes territoriales se sintieran desguarnecidos ante el acuerdo con ERC, que, como el PP, equiparan a un concierto económico como el de País Vasco o Navarra. Maniatado en el Congreso, sin los apoyos de la investidura amarrados y la posibilidad de prorrogar los Presupuestos ganando cada vez más enteros, todas las señales apuntaban a que Sánchez iba a encontrarse con la mayor contestación interna desde que es presidente. Sin embargo, el comité federal no pasó de una tormenta en un vaso de agua. “La montaña parió un ratón”, resumía a la salida un miembro de la dirección federal. Minutos antes, Sánchez había pedido “lealtad”.

Sánchez no salió magullado del primer comité federal del PSOE tras el pacto económico para Cataluña. También era el primero tras los cinco días de reflexión que se tomó en primavera. Su posición era mucho más débil entonces, cuando se cuestionó renunciar a la presidencia del Gobierno y abandonar repentinamente al PSOE y dejarlo a su suerte. El secretario general ejerció en el máximo órgano de decisión del PSOE entre congresos la posición de autoridad que le otorga el Gobierno y aprovechó la falta de contrapesos con poder territorial y ganas de dar la batalla, como el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. Javier Lambán, expresidente de Aragón, tampoco se quedó atrás, aunque su situación personal es otra, ya que en unos meses dejará de ser secretario general de su federación. El presidente de Asturias, Adrián Barbón, excusó su ausencia para centrarse en los actos por el Día del Principado. El resto de líderes territoriales más o menos molestos por la falta de explicaciones de las últimas semanas rebajaron el tono.

Pedro Sánchez, con Santos Cerdá, Cristina Narbona, María Jesús Montero y Ana Redondo.
Pedro Sánchez, con Santos Cerdá, Cristina Narbona, María Jesús Montero y Ana Redondo. JUAN BARBOSA

Sánchez no entró al detalle del pacto fiscal con ERC. El presidente no reveló la fórmula mágica que tiene en mente y que contente a todas las autonomías a la vez. Lo que sí hizo fue reivindicar al PSOE como “vanguardia del progresismo” y transmitir un mensaje de tranquilidad a los barones, prometiendo más recursos para las comunidades con un discurso muy ideológico en el que contrapuso al PSOE como el garante del Estado del Bienestar frente a la política tributaria del PP y su bajada de impuestos de las que se benefician sobre todo las rentas más altas. Una receta de la que Madrid ha hecho su bandera y que están imitando con más o menos entusiasmo el resto de comunidades populares. “El verdadero debate no es entre territorios, sino entre modelos. Nosotros siempre defenderemos que la sanidad, la educación, la dependencia y las pensiones son derechos con los que nunca se puede mercadear”, esgrimió Sánchez en su intervención en abierto.

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa (centro), y el político socialista y ministro de Transformación Digital y de la Función Pública, Oscar López (segundo por la izquierda), este sábado.
El presidente de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa (centro), y el político socialista y ministro de Transformación Digital y de la Función Pública, Oscar López (segundo por la izquierda), este sábado.JUANJO MARTÍN (EFE)

Antes, varios ministros y dirigentes socialistas habían desfilado ante los micrófonos de los periodistas a las puertas de Ferraz percutiendo, uno tras otro, contra Feijóo y sus barones, que el viernes escenificaron en un palacete de Madrid un pacto de mínimos sin una propuesta alternativa compartida. Y sin dar la oportunidad de hacerles preguntas, lo que habría evidenciado las diferencias internas. “El PP es capaz de reunirse en una Moncloa falsa solo para decir que no a todo y hasta ni siquiera en eso se ponen de acuerdo. La realidad es que el Gobierno de Pedro Sánchez ha transferido 300.000 millones más a todas las comunidades que el de Mariano Rajoy”, disparó Óscar López, el nuevo ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública. “El PP es un trampantojo sin propuestas ni ideas”, apostilló el portavoz en el Congreso, Patxi López.

“Ahora la coartada es la financiación autonómica, es la enésima excusa con la que pretenden tapar su gestión”, insistió Sánchez en la batalla ideológica contra la derecha. El secretario general del PSOE, que comunicó a los más de 300 integrantes del comité federal que se presentará a la reelección ―hasta sus críticos dan por sentado que saldrá aclamado en el 41º Congreso Federal de dentro de dos meses en Sevilla―, pretendió zanjar el debate interno, o al menos reconducirlo, recordando las transferencias millonarias a las autonomías desde que llegó a La Moncloa. “Nunca en estos 40 años de Estado autonómico, un Gobierno de España ha volcado más recursos para financiar a las comunidades autónomas”, enfatizó Sánchez antes de entrar de lleno en la parte central de su discurso. “El problema es que algunos piden con una mano, mientras que con la otra hacen regalos fiscales a los más ricos. Uno de cada tres euros que el Gobierno transfiere a Madrid sirve para este fin”, resaltó.

En otro gesto para calmar el revuelo interno por las diferentes interpretaciones del pacto con ERC, Sánchez se mostró dispuesto a hacer “nuevas transferencias competenciales” y “a reconocer singularidades”, así como a “permitir que todas las comunidades autónomas que lo deseen recauden y gestionen más competencias”. Pero ante todo cargó de forma denodada contra el PP. Por ejemplo, recordando que “quienes hoy se rasgan las vestiduras llevaban el mismo posicionamiento en su propuesta electoral en el año 2012″, en alusión al programa fiscal del PP en las elecciones catalanas de ese año. La propuesta estrella del PP aquel año para Cataluña era “conseguir un nuevo sistema de financiación singular”, con “capacidad normativa” y recaudación de todos los impuestos dentro del régimen común.

La sensación que se llevaron los barones es que el modelo de financiación no se puede dar por cerrado con el acuerdo suscrito con ERC para Cataluña, lo que ya es un alivio y un argumento que emplear en sus territorios. La esperanza compartida es que se logre una posición consensuada, que debería producirse en el 41º Congreso Federal. El president de la Generalitat, Salvador Illa, fue el primer dirigente en tomar la palabra ya a puerta cerrada —hubo 24 turnos—, subrayando que este sábado se cumplieron siete años de que el Parlament aprobaba las leyes de desconexión, dando inicio a la “mayor crisis territorial” de la democracia. “Que nadie lo dude, la solidaridad no se ha puesto, no se pone ni se pondrá en duda por parte del PSC”, aseveró Illa.

 Emiliano García-Page, durante sus declaraciones a la prensa este sábado en Madrid.
Emiliano García-Page, durante sus declaraciones a la prensa este sábado en Madrid. JUAN BARBOSA

Page y Lambán fueron los únicos, según fuentes presentes, que aludieron a Josep Borrell, que en una entrevista en EL PAÍS consideró lo acordado con ERC un “concierto económico”. “Cuando hay presidentes en el partido, no se discuten los liderazgos pero sí se pueden y deben debatir sobre políticas e ideas. Y pido que el próximo Congreso hablemos en profundidad de política y de ideas”, expuso García-Page en el órgano del PSOE, en el que se dijo “preocupado” por el acuerdo con ERC. “Critico el acuerdo y la interpretación que dio ERC. Los territorios no pagamos impuestos. Los pagan ciudadanos y empresas. Una cosa es singularidad y otra cosa es un régimen específico”, abundó.

Lambán expuso que “lo que se plantea desde Cataluña, ese pacto fiscal entre Esquerra y el PSC, es inconstitucional y está en las antípodas” de lo que siempre ha defendido. “Significaría la pérdida de miles de millones por parte del Estado que sufrirían el resto de las comunidades. Si a Madrid le diera por hacer eso”, es decir reclamar una financiación singular, “el resto de las comunidades autónomas tendríamos que coger pateras e irnos directamente a Mauritania”, afirmó también ante los periodistas. Fernando Sabés, responsable de Huesca, provincia enfrentada a Lambán, le rebatió: “No estamos de acuerdo y nos sentimos muy incómodos con el posicionamiento de nuestro secretario general. No compartimos el tono ni las afrentas. Si entramos en el discurso de la derecha y en el marco de la derecha, nos acabaremos haciendo daño”.

El secretario general del PSOE de Extremadura, Miguel Ángel Gallardo, este sábado en Madrid.
El secretario general del PSOE de Extremadura, Miguel Ángel Gallardo, este sábado en Madrid. JUANJO MARTÍN (EFE)

Miguel Ángel Gallardo, secretario general de Extremadura, reclamó en una intervención más suave que las de Page o Lambán “un sistema basado en la igualdad y la justicia social”. El secretario general de Madrid, Juan Lobato, que espera garantizarse el respaldo de Ferraz para seguir siendo el responsable de su federación y candidato en la comunidad que junto a Andalucía más preocupa a Sánchez, también fue conciliador y se ofreció sin éxito para participar en la redacción de la ponencia marco del 41º Congreso Federal y buscar una financiación consensuada por todos los territorios. “La socialdemocracia no es cuánto se reparte sino cómo se reparte. Es equidad. Dar más a quien más necesita y pedir más a quien más tiene”, reseñó Luis Tudanca, secretario general de Castilla y León.

En su intervención final a puerta cerrada, Sánchez dejó dos mensajes: el primero fue que el PSOE “tiene que ir dos pasos por delante con lealtad”. El otro, que “el mayor activo del PSOE para las elecciones de 2027 es el Gobierno, así que fijémonos en lo positivo”. Fue su manera de pedir que se destaque la gestión del Ejecutivo. María Chivite, la presidenta de Navarra, fue mucho más directa: “Dejemos de comprarle a la derecha los marcos y hasta las palabras como ‘cupo’ o ‘concierto”.

Liderazgos autonómicos resueltos para el 23 de febrero

Los procesos autonómicos del PSOE deberán estar resueltos como muy tarde el 23 de febrero de 2025, dentro del plazo inferior a 90 días que establecen los estatutos del PSOE tras la celebración del Congreso Federal. Así figura en las bases de la convocatoria del 41º Congreso Federal del 29 y 30 de noviembre y 1 de diciembre en Sevilla a las que ha tenido acceso EL PAÍS. También se fija como fecha límite para la finalización de los procesos orgánicos de renovación provincial, insular, municipal y de distrito el 30 de junio del año que viene. De este modo, los socialistas habrán completado la renovación de toda su estructura dos años antes del ciclo de autonómicas, municipales y generales prevista para la primavera y verano de 2027. Haya nuevos Presupuestos para 2025 o prórroga, Sánchez dejó claro que no convocará elecciones. “Hay Gobierno para largo. Estamos listos para esta nueva etapa. Tenemos las pilas cargadas, nuevas ideas, los mejores equipos y las prioridades bien definidas. Vamos a avanzar con determinación, con o sin apoyo de la oposición. Con o sin concurso del Poder Legislativo. El conformismo y el inmovilismo se lo dejamos a quienes no tienen nada que ofrecer a España salvo su agonía”, dijo.

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.
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