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El PP mantiene la petición de dimisión de Albares pese al comunicado de Edmundo González

El ministro de Exteriores califica de “injurias y calumnias” las acusaciones de los populares sobre Venezuela y afirma que está esperando “la disculpa de Feijóo”

Edmundo González y Pedro Sánchez, el pasado jueves en La Moncloa.
Edmundo González y Pedro Sánchez, el pasado jueves en La Moncloa.Fernando Calvo (Pool/Moncloa)
Manuel Viejo

Todo comienza a primera hora del jueves. El locutor Federico Jiménez Losantos entrevista al portavoz de Exteriores, eurodiputado del Partido Popular y hombre fuerte de Alberto Núñez Feijóo, Esteban González Pons: “Hay una connivencia de España en un golpe de Estado en un país extranjero. Si admitimos que hubo elecciones, y las hubo, si admitimos que Edmundo González las ganó, y las ganó. Si admitimos que para la salida del presidente electo, su coacción y su envío al exilio el Gobierno de España ha sido un cooperador necesario, el Gobierno de España está implicado en el golpe de Estado que se está produciendo en Venezuela [...] Es la operación más sucia de la historia de la diplomacia española”, suelta Pons. Este, sin embargo, no aporta ninguna prueba que sustente su afirmación. Prendida la mecha, Feijóo exige de inmediato la dimisión del ministro de Exteriores, José Manuel Albares.

Pero a última hora del jueves, la tesis del PP se desmorona con un comunicado del protagonista de la historia, el propio Edmundo González: “No he sido coaccionado por el Gobierno de España ni por el embajador español en Venezuela”, asevera. Los populares, sin embargo, mantienen sus ataques al Gobierno de Pedro Sánchez este viernes, pese al desmentido. “Nuestro embajador ha sido testigo de coacciones y nuestra embajada ha sido el lugar en el que se han producido”, explican fuentes de la dirección popular, informa Virginia Martínez. “La dimisión del ministro y las explicaciones del presidente son más urgentes aún que ayer [por este jueves]”.

Sin embargo, González ha vuelto a desmentir estas palabras del PP en la tarde del viernes. “Me siento en libertad. En un país [España] que me acoge”, ha dicho durante su primera entrevista concedida a la agencia Reuters. “Fueron 48 horas muy tensas”, ha afirmado sobre su estancia en la embajada de España en Caracas. “Fueron dos días de varias reuniones. [España] nos brindó el espacio para que nosotros pudiéramos conversar con los emisarios del Gobierno”. González ha hablado también sobre las fotos que se tomaron en la embajada. “El embajador de España estaba en su residencia. Él no participó en la discusión que teníamos. No sé quién tomó las fotos. Me parece extraño. Si alguien lo hizo, lo hizo sin autorización de nadie”. La periodista, no obstante, ha insistido:

―¿El embajador [español] lo sabía?

―No sé. No me atrevo a afirmarlo. No creo. Él estaba en su casa.

Sobre el papel del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, González ha afirmado que fue “el artífice” de estos encuentros, “como en otras ocasiones” con “varias” liberaciones de “presos políticos”.

El Gobierno sale en tromba contra el PP

Tras el comunicado de González el jueves por la noche ―y antes de esta entrevista en Reuters― el Gobierno ha encontrado el argumento perfecto para salir en tromba y así defender su gestión en Caracas: “El problema de la derecha es el ansia viva. Creen que todo, absolutamente todo, es utilizable para dañar al Gobierno”, ha escrito el ministro Óscar Puente en la red social X. Con él, varios ministros se han lanzado este viernes a censurar al PP por sus “calumnias”. La ministra portavoz, Pilar Alegría, también en X: “No pueden ser más lamentables ni más antipatriotas”. El ministro de Justicia, Félix Bolaños, durante una rueda de prensa en Tenerife. “Es verdaderamente preocupante que no haya ningún tema, ninguno, en el que la oposición no sea capaz de reconocer el trabajo bien hecho del Gobierno”.

Y el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, que publicó el comunicado de González en su perfil de X junto a unas palabras de agradecimiento: “Gracias Edmundo por defender la verdad frente a las calumnias e injurias contra España y su servicio exterior. Hay momentos para ser oposición, Feijóo y PP, y otros en los que hay que ser un solo país. España está comprometida con la democracia y derechos humanos”.

Los populares, mientras tanto, han tratado de defender a Pons este viernes, aunque con matices. La web del PP, por ejemplo, recoge la entrevista del eurodiputado con el locutor Losantos, pero sin mencionar la afirmación del “golpe de Estado” de España en Venezuela que dio origen al comunicado de González. Elías Bendodo, vicesecretario de Coordinación Autonómica del partido, ha obviado también este viernes las palabras de su compañero y ha apuntado directamente al embajador español en Caracas. “Ha sido testigo de coacciones y nuestra embajada ha sido el lugar en el que se han producido esas coacciones”, ha dicho durante un acto en Córdoba. “El Ministerio de Exteriores dijo que no había negociado nada y en uno de nuestros centros diplomáticos fue donde se pactó la salida de España”.

Bendodo también ha criticado el plan de regeneración democrática del Gobierno, aprobado el martes en el Consejo de Ministros. “Eso es fascismo”, ha dicho. Un argumento en línea con el del líder, Feijóo, que el miércoles dijo en el Congreso: “No se veía una cosa así desde Franco”. La mayoría de esas medidas están recogidas en el reglamento europeo de libertad de medios de comunicación que ha de estar en vigor en los países de la Unión en agosto del año que viene y que el PP europeo apoyó en la Eurocámara.

En 72 horas, el PP ha tachado a España de dictadura y ha afirmado que está detrás de un golpe de Estado en Venezuela para que Nicolás Maduro continúe en el poder. Maduro, sin embargo, considera que los servicios secretos españoles están detrás de una supuesta operación para intentar matarlo. Caracas es, de nuevo, el centro del debate político en España y un arma arrojadiza entre PSOE y PP.

“No comparto que el debate sea las palabras de González Pons”, ha dicho el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, durante una comparecencia en la capital para tratar de sacar a Pons de la polémica. “Entiendo que haya algunos que quieran que el debate sea ese, pero lo verdaderamente grave y sobre lo que hay que dar explicaciones no es sobre las palabras de Pons, sino que los hermanos Rodríguez entraron en la embajada y, en palabras de Edmundo González, le coaccionan para que firme un documento. Esa coacción es dentro de la embajada”.

La salida de Edmundo González

La salida de Venezuela de González, el 7 de septiembre, había estado rodeada de misterio. Acosado por la justicia chavista, el opositor decidió en cuestión de días irse a España. El miércoles, sin embargo, se supo que para que le permitieran salir de la embajada de España en Caracas y abordar un avión, los hermanos Delcy y Jorge Rodríguez, los dos principales operadores políticos de Maduro, lo obligaron a firmar un documento en el que acataba la decisión del Tribunal Supremo de Justicia venezolano, que en una resolución decretó que el actual presidente ganó las elecciones, pese a que gran parte de la comunidad internacional sospecha que no ha sido así. En ese documento, González se comprometía también a no operar como presidente electo en el exilio.

El chavismo difundió unas imágenes en las que se veía a los hermanos Rodríguez y al líder opositor firmando esa carta en la residencia del embajador español, informan Juan Diego Quesada y Florantonia Singer. El PP habló entonces de un “golpe de Estado” de España. Edmundo González guardó silencio durante unas horas, hasta que explicó su versión en un texto que hizo público a última hora de este jueves. En él niega las presiones de España y defiende la labor de Exteriores: “Las gestiones diplomáticas realizadas tuvieron como único propósito facilitar mi salida del país, sin ejercer ningún tipo de presión sobre mí”.

Albares, el ministro de Exteriores, ha explicado este viernes en una entrevista en TVE que habló con González cuatro veces. “Lamento que haya forzado a Edmundo a [difundir] ese comunicado. Espero las disculpas de Feijóo al servicio exterior de España”. A preguntas de la entrevistadora, ha sostenido que quien debe explicar lo que sucedió en la embajada española es el propio González.

―¿El embajador estaba presente en el momento en el que Edmundo firma ese documento?

―El embajador tenía instrucciones claras y precisas de garantizar la protección de Edmundo y la libertad para reunirse o hablar. Era el único sitio donde podía hacerlo.

Y ha descartado que España tuviera algo que ver en la elaboración del documento de los emisarios del Gobierno de Venezuela.


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Sobre la firma

Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). Cubre la información política de Madrid para la sección de Local del periódico. En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.
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