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Las latas de aceitunas que ocultaban marihuana

La Policía Nacional desmantela en Málaga una organización que utilizaba etiquetas legales para que la mercancía ilegal pasara desapercibida en los envíos

Latas y maquinaria para sellarlas intervenidas a una organización criminal que escondía marihuana en recipientes que deberían llevar aceitunas.
Latas y maquinaria para sellarlas intervenidas a una organización criminal que escondía marihuana en recipientes que deberían llevar aceitunas.POLICÍA NACIONAL

Latas vacías, una máquina envasadora para introducir la mercancía y etiquetas legales. Todo bien organizado en un palé de aceitunas negras que viajaba por carretera desde Vélez-Málaga hasta Lituania. Lo que parecía un negocio legal en realidad era una fórmula creativa de un grupo de narcotraficantes para trasladar marihuana hasta el país del este de Europa. La Policía Nacional ha intervenido 60 kilos de este estupefaciente y detenido a tres de los responsables de la organización, de nacionalidad lituana, que ya han ingresado en prisión.

En los últimos años, los investigadores de la Costa del Sol han desmantelado a bandas que ocultaban hachís y marihuana entre latas de tomate, otros lo hacían entre cajas de galletas o incluso bajo cargamentos de cebolla —para enmascarar el olor— e incluso un narco construía sus propias fuentes ornamentales y hornos caseros para esconder las sustancias dentro antes de ser enviadas al extranjero. Esta vez, sin embargo, disimulaban el cannabis dentro de envases que etiquetaban como aceitunas para su traslado hasta Lituania, a casi 4.000 kilómetros por carretera desde Málaga.

La investigación ha sido dirigida por el Grupo de Crimen Organizado de la Comisaría de la Policía Nacional en Fuengirola. Los agentes tuvieron conocimiento a principios de este mes de la existencia de una banda de narcotraficantes que supuestamente enviaba marihuana hacia el este de Europa desde la costa malagueña. La investigación les permitió llegar hasta una vivienda situada en Vélez-Málaga, que ejercía de centro de operaciones y que justo había sido registrada en dos ocasiones anteriores también por cuestiones relacionadas con el tráfico de drogas.

Allí averiguaron que los traficantes habían adquirido una máquina enlatadora y decenas de latas vacías exactamente iguales a las de un palé de aceitunas que también compraron a una empresa ajena a la trama. Después escondían bolsas con marihuana en los botes, que cerraban con la maquinaria específica para ello y luego colocaban las etiquetas de los encurtidos legales sobre sus envases. Más tarde organizaban la mercancía en el mismo palé —tenían un croquis para colocar cada bote exactamente en el mismo lugar— y lo envolvían exactamente igual a como lo recibieron, como si no lo hubieran tocado. Además, calculaban la tara total del palé y compensaban el menor peso de la marihuana rellenando otras latas de arena, que situaban en la parte más baja. Solo la primera fila llevaba aceitunas en realidad.

Según la investigación, contrataban a una empresa logística legal con sede en Alhaurín de la Torre —municipio a las afueras de la ciudad de Málaga— para almacenar la mercancía y después trasladar el cargamento hasta Lituania, donde sustancias como hachís y marihuana multiplican su precio respecto al existente en el territorio español. Si en España el coste medio de un kilo es de unos 1.900 euros, allí cuesta el triple.

El pasado 13 de agosto, los agentes registraron la vivienda, donde encontraron documentación que indicaba que este era el tercer envío tras otros realizados, también con destino en Lituania, en abril de 2023 y mayo de 2024. También actuaron en las cámaras frigoríficas, donde encontraron hasta 60 kilos de cogollos de marihuana escondidos en un centenar de latas de encurtidos. La Policía Nacional les atribuye los delitos de tráfico de drogas y pertenencia a grupo criminal. Los arrestados fueron puestos a disposición del juzgado de Instrucción número 1 de Vélez-Málaga, que decretó el ingreso en prisión preventiva para los tres.

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Fuentes, tomates o muebles

En enero del año pasado, la Guardia Civil y la Policía Nacional se incautaron de 22 toneladas de hachís camuflados en miles de unidades de tomates falsos —que no eran más que un papel rojo brillante— cuando estaban listas para su exportación hasta Francia.

En otras operaciones, los cuerpos policiales también encontraron marihuana picada lista para el consumo en cajas de galletas durante una operación en la que se desmanteló a una banda que tenía entre sus miembros a un artesano que fabricaba fuentes ornamentales de jardín, hornos de cerámica y otras estructuras a base de cemento, metal, madera o plástico para esconder hachís, marihuana y anfetaminas en polvo antes de ser enviados a Suecia. El uso de latas de tomate es también otro clásico del sector, como los botes de conserva o el envío de cannabis envasado al vacío bajo toneladas de frutas, sacos de patatas o verduras como las cebollas, cuyo olor facilita ocultar el de la marihuana. Bolsas de deporte, materiales de pintura, muebles o incluso entre ayuda humanitaria son otros de los muchos escondrijos utilizados por el narcotráfico para intentar evitar a los cuerpos policiales.

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