Mónica García: “Esto no va de ombligos, sino de arraigo, de política real”
La ministra de Sanidad reivindica la “autonomía” de Más Madrid y cree que el movimiento pierde si se dedica a medir “quién es más y quién es menos”
Mónica García (Madrid, 50 años), una de las ministras de la cuota Sumar en el Gobierno de coalición, al frente de Sanidad, celebra, como portavoz de Más Madrid, integrado en la plataforma electoral, el gesto de Yolanda Díaz de renunciar como líder del movimiento tras los malos resultados en las europeas (solo tres diputados, apenas 10.800 votos por encima de la marca de Alvise). Cree que se abre una nueva etapa en la que cada pieza del engranaje podrá hablar “de tú a tú” al resto, pero al tiempo, admite, “no ha cambiado nada” y no se atreve a asegurar que la actual vicepresidenta segunda vaya a ser de nuevo candidata a unas generales.
Pregunta. “Un paso al lado para dar un paso al frente”, dijo tras la renuncia de Yolanda Díaz al liderazgo de Sumar. ¿Por qué cree que era necesaria?
Respuesta. Necesaria es porque Yolanda Díaz ha decidido dar ese paso por la asunción de responsabilidades después de unas elecciones y eso hay que admirarlo. Ese paso al lado significa que va a poner todo el empeño en mimar al Gobierno porque tenemos una misión mucho más importante: cuidar un país.
P. ¿Y qué le parece la fórmula de esa renuncia? Díaz sigue en la ejecutiva, coordinando los ministerios, el grupo parlamentario…
R. Hay que distinguir la coalición con la que nos presentamos el 23-J que hizo posible el Gobierno de coalición que ahora es la rara avis en Europa, del Movimiento Sumar, que ahora pasa a ser una parte más de esa coalición de partidos que nos vamos a hablar de tú a tú y que tenemos dos misiones: mantener el Gobierno de coalición, nuestra prioridad, y volver a la senda en la cual hablamos de tú a tú entre todas las fuerzas progresistas que hacen que este país avance frente a una derecha ultraderechizada y una ultraderecha tramontizada.
P. ¿Qué es Sumar, ahora que muchos de sus integrantes reivindican un perfil propio? ¿Es Sumar o Yolanda Díaz una marca más potente que Más Madrid?
R. Siempre hemos tenido un perfil propio. La izquierda es plural, diversa y exigente. Las organizaciones que tenemos arraigo territorial siempre hemos reivindicado que hemos dado con una fórmula progresista que habla de los problemas de la gente. Tenemos que plantear esa exigencia de la izquierda en términos de políticas públicas, hacia afuera, no en términos de planteamientos organizativos de si somos, no somos, tú eres más, o tú eres menos.
P. ¿Se han cuidado dentro de Sumar esos diferentes perfiles? ¿Presentó Sumar las mejores listas entre todas las opciones posibles?
R. No se trata de perfiles propios o de listas. Eso es volver a hablar desde dentro, desde el ombligo de los partidos. Nos olvidamos, y creo que eso es lo que no ha entendido el electorado, de hablar hacia afuera. Las listas son un instrumento para llevar a cabo un programa. Y cuando nos centramos en las siglas y los candidatos perdemos el pie con lo que realmente tenemos que hacer, que es hablar a la gente. Ahora tenemos la oportunidad de recuperar el paso, cada uno desde su organización y autonomía, pero con la voluntad de entendernos y de seguir adelante.
P. ¿Cree que ese ha sido el problema del desinfle de Sumar, centrarse más en las personas y menos en las ideas?
R. Cada organización tendrá que hacer su reflexión, y yo no me meto en la que tenga que hacer el movimiento Sumar. Desde Más Madrid siempre hemos ofrecido generosidad y una receta que funciona: el arraigo territorial, llevar años en los centros de salud, en las residencias de mayores, en los colegios... y tratarnos con fraternidad con el resto de organizaciones progresistas. El espacio progresista ahora es una molécula con muchos átomos, pero con unos enlaces fuertes, que son los que han impedido que nos gobiernen Feijóo y Abascal.
P. Apenas un 29,9% conocía a la cabeza de lista de Sumar al Parlamento Europeo en la recta final de la campaña. ¿Qué porcentaje de la actual situación de ese movimiento cree que es falta de tiempo y qué porcentaje falta de acierto?
R. La consecución de las diferentes citas electorales y los tiempos no han ayudado, no han remado a favor de una coalición recién formada que tenía que buscar su propia estructura. Pero ahora se abre una nueva etapa en la que esa estructura queda bastante más clarificada y en la que todas las organizaciones políticas con arraigo tenemos que asumir el protagonismo, añadido a la organización política del movimiento Sumar, con la que compartimos una perspectiva de futuro, una manera de hacer política y un gobierno más allá de nosotras.
P. ¿Eso va a ser unidos o cada uno por su cuenta?
R. Yo trascendería de la unidad tal y como se ha plantado para hablar de fraternidad y coincidir en que la izquierda es plural y exigente y que esas exigencias las tenemos que plantear no en términos de organizaciones políticas, sino de políticas públicas. En realidad no ha pasado nada: seguimos siendo la misma coalición que se presentó al 23 de julio, los mismos actores con las mismas vocaciones de servicio público. Ahora toca reordenar, pero las piezas están claras y unidas.
P. ¿Ve posible hacer las paces con Podemos, recuperar la idea del frente amplio?
R. Se puede hablar con todo el mundo desde el mínimo común múltiplo de la fraternidad, pero no es el momento de hablar de si tú, si yo, si él o si ella..., sino del Gobierno y de sus políticas, porque llevamos seis meses y nos quedan muchísimas cosas que hacer. Tenemos que demostrar al electorado que esto no va de ombligos, sino de arraigo, de política real, de lo que importa, en lo que Más Madrid es especialmente insistente. Tenemos que trascender el pasado y los corsés que nos autoimponemos desde la propia izquierda.
P. ¿Ve a Yolanda Díaz de candidata en las siguientes generales?
R. Las épocas electorales siempre paralizan un poco la ejecución de las políticas. Ahora toca hablar del Gobierno, de la vivienda, del Sistema Nacional de Salud... Una de las cosas que ha dicho Yolanda es que da un paso al lado para centrarse en lo que mejor se le da, que es ser la mejor ministra de Trabajo y la mejor vicepresidenta.
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