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Los empresarios catalanes alaban el “coraje” de Sánchez y él promete más y mejor financiación

El presidente confirma su conexión también con la élite catalana en las jornadas del Círculo de Economía

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su intervención en la clausura de la reunión del Círculo de Economía.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su intervención en la clausura de la reunión del Círculo de Economía.ALBERT GARCIA
Carlos E. Cué

La reunión anual del influyente Círculo de Economía es tal vez el mejor termómetro a lo largo de los años de la relación entre el poder económico y político catalán y el de Madrid, el central. Ver cómo reciben aquí al presidente y al líder de la oposición, que casi siempre vienen, es una forma de analizar quién está fuerte, al menos para el empresariado catalán, y qué discurso gusta más en el corazón de la burguesía históricamente más pujante de España. Si Alberto Núñez Feijóo fue recibido con entusiasmo en 2022, cuando poco después de hacerse con el liderazgo del PP habló aquí de la “nación catalana”, y el año pasado, en plena campaña electoral, también triunfó al prometer bajadas de impuestos cuando casi todas las encuestas decían que iría a La Moncloa, este año ha sido claramente Pedro Sánchez quien se ha llevado las mieles, mientras el líder del PP recibía una clara indiferencia el jueves ante un discurso muy duro, casi idéntico al que pronuncia en Madrid, que no abría ninguna puerta en Cataluña y además se mostraba a favor de un pacto con la ultra Giorgia Meloni.

Los empresarios del Círculo de Economía parecen felices con el punto final al procés que supusieron las elecciones catalanas, y se lo han dicho abiertamente a Sánchez. El presidente del Círculo, Jaume Guardiola, ha alabado abiertamente el “coraje” del presidente no solo con los indultos, que el Círculo apoyó con mucho debate interno, sino también con la amnistía, tan criticada por el PP, aunque le pidió que busque el acuerdo con la oposición. Y Sánchez, que como siempre recibe un trato mucho más amable en Cataluña que en Madrid, su tierra de nacimiento, se mostró muy cómodo y prometió resolver los dos principales problemas pendientes, la reforma de la financiación y unas mejores infraestructuras.

El discurso de Guardiola, y las preguntas que le hizo después a Sánchez, fueron una muestra muy clara del giro que se ha producido en Cataluña y del abierto agradecimiento que el empresariado tiene con Sánchez. Pero aún más evidente eran las conversaciones de pasillos, donde las críticas al discurso del día anterior de Feijóo eran la norma, mientras Sánchez hizo lo que muchos esperaban: hablar en positivo de la nueva situación que se abre después de que los independentistas hayan perdido la mayoría. El presidente, que en el resto de España tiene una relación complicada con la élite del empresariado sobre todo por su política fiscal y los impuestos a las energéticas o la banca, en Cataluña ha sido recibido de una manera incluso mejor de la que podría esperar.

Guardiola fue muy claro, en un discurso que representa a todo el Círculo: “Estamos dejando atrás los momentos convulsos y dolorosos que hemos vivido. La normalización institucional que ha recuperado Cataluña está en buena parte relacionada con tu acción de Gobierno. Y queremos agradecértelo. El Cercle apoyó los indultos. Y después de una discusión de fondo, entendimos la ley de amnistía como oportunidad arriesgada pero constructiva. Nos hubiera gustado que tuviera más consenso, y una actitud más comedida por parte de los beneficiados. Pero pensamos que es una oportunidad para cerrar un periodo estéril. En este clima de enorme crispación, cuyo propósito es deslegitimar tu presidencia, además del manual de resistencia has demostrado valentía a la hora de tomar decisiones. A unos les parecerá audacia. A nosotros nos parece coraje. Por eso apelamos a este coraje para reformar el sistema de financiación y también para la reconstrucción de espacio de diálogo y negociación con la oposición que el presidente debe liderar”, aseguró.

Sánchez, visiblemente satisfecho con el ambiente que le recibió en Barcelona, correspondió: “quiero también agradecer al Círculo. Porque cuando más falta hacía, respaldó el dialogo, la convivencia y el encuentro. Teníais razón, teníamos razón. El Círculo ha tenido un papel fundamental en la superación de una las mayores crisis políticas y de convivencia. Ahora, después de las elecciones, Cataluña se va a implicar en el progreso de España, y liderará una Europa abierta”.

“Todos los caminos pasan por Illa”

Y a partir de ahí, el presidente mostró su oferta a Cataluña para recuperar el paso. Primero insistió en que Salvador Illa, que estaba en primera fila, será el presidente. “No hay mayoría sin el PSC. Todos los caminos pasan por Illa y llegan a Illa. El Govern se decidirá en Cataluña y obedecerá a las necesidades catalanas”. En los pasillos, casi nadie apostaba por una repetición electoral, aunque aún queda tiempo para saber qué decidirá ERC y en medio están las elecciones europeas, que también son relevantes para esa decisión. Pero sobre todo Sánchez prometió mejorar la financiación y las infraestructuras, las dos grandes exigencias históricas en Cataluña, además de garantizar el absoluto respeto a la lengua catalana, que después de los acuerdos con ERC y Junts ya se puede hablar abiertamente en el Congreso. “El Gobierno redoblará inversión en infraestructuras. En especial en Rodalies. Vamos a mantener compromisos en condonación de deuda que adquirimos en la investidura con el Govern de Pere Aragonès, al que quiero reconocer su trabajo. Eso supone 15.000 millones de euros para Cataluña. Además haremos una reforma para tener más y mejor financiación para Cataluña y para todas las comunidades. Desde España proponemos así el respeto a la historia y la lengua de Cataluña, una mejor y mayor financiación y redoblar inversión en infraestructuras. Hemos aprendido estos años estériles que con Cataluña más fuerte España es más fuerte”, insistió.

Sánchez también logró la aprobación de los empresarios, cansados del procés, cuando recordó que en 2017, por culpa de esa crisis, se perdió la posibilidad de que Barcelona fuera sede de la Agencia Europea del Medicamento. “Habrían venido un un millar de altos funcionarios, 400 millones de euros de presupuesto anual. Un acelerador clave para la industria farmacéutica, que es muy relevante en Cataluña. Barcelona tenía condiciones inmejorables. Ahora, por el contrario, Moody’s confirma que el resultado elecciones en Cataluña reduce riesgos y anima a invertir. Eso se llama confianza. Los empresarios sabéis lo difícil que es ganarla y lo fácil que es perderla”, clamó para dar por terminado el procés. El madrileño Sánchez confirma así que Cataluña es el lugar más cómodo para él, incluso entre el siempre receloso empresariado. Pero ahora está en plena campaña de las europeas y necesita también una movilización potente de la izquierda en toda España para evitar que el PP logre un gran éxito el 9 de junio que dé alas a la oposición.

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