PP y Vox pugnan por capitalizar las protestas del campo
Los consejeros autonómicos del PP acuerdan un “plan de choque” ante “las crisis del sector agrario”, mientras que los del partido ultra se reunirán con el comisario europeo en Bruselas
El malestar del campo ante el alza de precios de los insumos, los estragos causados por la sequía, la competencia de los productos extracomunitarios o las restricciones impuestas por las políticas medioambientalistas de Bruselas se ha colado en la pugna electoral entre el PP y Vox. Las dos fuerzas de la derecha rivalizan por hacerse con la bandera de la defensa de agricultores y ganaderos, en plena campaña para las elecciones gallegas del 18-F. El líder popular, Alberto Núñez Feijóo, ha aprovechado su caravana paralela por municipios rurales de Galicia para cargar contra el Gobierno, al que acusa de “urbanita” por no defender los productos españoles de los ataques de los manifestantes franceses. Tras las grandes movilizaciones que han sacudido Europa en las últimas semanas y las que se anuncian para los próximos días en España, el PP ha reunido este lunes a los consejeros autonómicos de su partido con competencias en la materia en la sede nacional de la calle Génova. Allí les esperaban el vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local, Elías Bendodo, y la secretaria general de la formación, Cuca Gamarra, para coordinar una respuesta conjunta desde las 12 comunidades donde gobiernan. La reunión ha terminado con el anuncio de un “plan de choque” que incluye 15 medidas “para acometer las crisis del sector agrario”, con iniciativas centradas en atacar al Ejecutivo central.
Vox, por su parte, ha reaccionado anunciando que el próximo día 14 llevará a Bruselas a sus cuatro consejeros autonómicos relacionados con el campo: el de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de Castilla y León, Gerardo Dueñas; el de Agricultura, Ganadería y Alimentación de Aragón, Ángel Samper; el de Agricultura, Ganadería y Pesca de Comunidad Valenciana, José Luis Aguirre, y el de Gestión Forestal y Medio Rural de Extremadura, Ignacio de Higuero. En la capital comunitaria se reunirán con el comisario de Agricultura y Desarrollo Rural, el polaco Janusz Wojciechowski. La formación de Abascal juega con ventaja, ya que el consejero pertenece al partido ultraconservador Ley y Justicia, integrado en el ECR, el grupo parlamentario del que forma parte Vox. Según el partido ultra, los cuatro consejeros presentarán en Bruselas sus alegaciones a la Política Agraria Común (PAC) y expondrán a Wojciechowski la “asfixia” que sufre el campo español.
Desde Galicia, Feijóo ha iniciado este lunes su jornada de campaña en una explotación agraria de Lalín, en Pontevedra, donde ha aprovechado el marco para atizar al Gobierno. “La política agraria no se puede diseñar desde un despacho con vistas a [el paseo de] la Castellana [de Madrid], sino viniendo al rural y haciendo aliados a los agricultores”, ha dicho el líder del PP en una comparecencia ante un campo de cultivo y un tractor. Como ya hiciera su antecesor Pablo Casado durante la campaña de las elecciones de Castilla y León hace dos años, Feijóo ha achacado parte de los problemas de los ganaderos a que ministros de Pedro Sánchez —en alusión al exresponsable de Consumo Alberto Garzón, de IU— pidieran reducir el consumo de carne. También ha sostenido que la negativa a bajar el IVA de la carne agrava la situación.
“Observamos que el Gobierno central dedica poco tiempo a los agricultores y ganaderos, los trata con desdén”, ha insistido. “Lo que ocurre en Francia con los productos españoles es lamentable y ante ello el Gobierno es muy suave, también ante los insultos de la ministra francesa”, ha agregado Feijóo, en referencia a las declaraciones de la exministra Ségolène Royal contra los tomates españoles con etiqueta biológica. Sánchez ya respondió a esas críticas la semana pasada.
Unas horas más tarde, el Partido Popular ha anunciado su “plan de choque” con 15 medidas “para acometer la crisis del sector agrario”, que se centra en aquellas cuestiones que conciernen al Gobierno central, evitando la confrontación con Bruselas. Entre otras medidas, el PP pide suspender el impuesto al plástico, rebajar el IVA de la carne y de los productos lácteos, exigir el pago inmediato de las indemnizaciones correspondientes a los “productos que han sufrido ataques en territorio francés”, revisar la ley de la cadena alimentaria y el plan de seguros agrarios y reformar el llamado PERTE (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica), que se financia con fondos europeos.
Vox irá a las manifestaciones
Por su parte, Santiago Abascal ya ha anunciado que su partido se sumará a las manifestaciones convocadas a partir de los próximos días en toda España por las grandes organizaciones agrarias (Asaja, COAG y UPA) y otras asociaciones minoritarias, en la estela de las movilizaciones protagonizadas por sus homólogos de Francia, Países Bajos, Polonia o Rumania. Vox comparte algunas de las medidas propuestas por el PP, como la necesidad de un “pacto nacional del agua”, que traduce en una política de trasvases e interconexión de todas las cuentas, o la revisión de los acuerdos comerciales con terceros países, con la que quiere poner coto a la entrada de productos agrícolas marroquíes y apostar por una “autonomía alimentaria” de carácter autártico.
Sin embargo, a diferencia de Feijóo, Abascal no se limita a culpar al Gobierno de Sánchez, sino que pone en la diana las políticas de la UE y, en particular, al “pacto verde” y la “agenda globalista”, como denomina a la Agenda 2030 de Naciones Unidas, que recoge los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Abascal acusa a lo que él llama el “fanatismo climático” de “condenar a muerte al campo”, por restringir el uso de pesticidas en el campo o prohibir el maltrato animal, y culpa tanto al PSOE como al PP, pues, según destaca, ambos partidos votan juntos el 87,6% de las veces en el Parlamento Europeo; y socialistas y populares “son coalición” en la Comisión Europea, como reconoció el vicesecretario general del PP, Esteban González Pons.
Vox ha intentado sacar rédito de sus críticas a la política agrícola europea en las elecciones gallegas con medidas como una rebaja radical de impuestos o la luz verde a la caza del lobo y el jabalí, y ha hecho campaña con su portavoz en Bruselas, el eurodiputado Jorge Buxadé, pero ha tropezado con su falta de penetración en el campo gallego, un feudo del PP en el que los candidatos castellanohablantes del partido ultra apenas consiguen eco.
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