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El Gobierno trata de reorientar el debate de la amnistía con la idea de que en el ‘procés’ no hubo terrorismo

García-Page provoca una reacción dura en el PSOE al cargar contra la última enmienda

El ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Justicia, Félix Bolaños (derecha), a su llegada a la toma de posesión del Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, en la sede del Tribunal Supremo, este jueves en Madrid.
El ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Justicia, Félix Bolaños (derecha), a su llegada a la toma de posesión del Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, en la sede del Tribunal Supremo, este jueves en Madrid.Juan Barbosa (Europa Press)
Carlos E. Cué

El Gobierno y el PSOE están haciendo esfuerzos para reorientar el debate de la amnistía, que el PP trata de arrastrar hacia la idea de que los socialistas han aceptado perdonar delitos de terrorismo en el procés que los populares asocian a los de ETA, la banda terrorista que perpetró casi 900 asesinatos y dominó gran parte de la política española hasta su último atentado mortal, en marzo de 2010. El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, cargó con dureza contra la última enmienda a la ley de la amnistía pactada entre el PSOE, Sumar y los independentistas precisamente en un homenaje a Gregorio Ordóñez, una de las más conocidas víctimas de ETA y concejal del PP cuando lo mató la banda, en 1995. “El terrorismo ni se tapa, ni se perdona”, clamó.

El Gobierno y el PSOE ven completamente absurdo asimilar lo ocurrido en el procés con el terrorismo tanto de ETA como el yihadista, en un país como España que ha sufrido ambos con extrema dureza. Y por eso están tratando de llevar el debate a ese terreno, al de la ausencia real de terrorismo, tal y como siempre se ha entendido en España, en el procés.

El Ejecutivo no quiere entrar abiertamente al choque con Manuel García-Castellón, el juez de la Audiencia Nacional que sí ve terrorismo en las protestas contra la sentencia del procés, en 2019, y quiere imputar por ese delito a Carles Puigdemont, expresidente catalán y líder de Junts, y Marta Rovira, secretaria general de ERC. Pero en el Gobierno está completamente instalada la idea de que en el procés no hubo en ningún caso terrorismo, sino desórdenes públicos. Así lo señala, en contra del criterio de García-Castellón, el fiscal del caso Tsunami Democràtic.

Y ahí se colocó este miércoles Félix Bolaños, el ministro de Justicia, cuidando el límite de no criticar a los jueces pero a la vez lanzando una desautorización completa a quienes quieren ver terrorismo en el procés. “Seamos serios. ¿De verdad alguien cree que es comparable el proceso independentista con el terrorismo que sufrió España durante décadas? ¿De verdad alguien lo cree? Lo que todos entendemos por terrorismo, lo que España sufrió durante décadas de terrorismo, está fuera de la amnistía”, insistió Bolaños, que trata así de llevar el foco a la propia instrucción de los casos y no a las enmiendas a la ley de amnistía.

Este es el punto central del argumento del Gobierno: lo que está haciendo con la última enmienda a la ley, explican en privado, no es amnistiar el terrorismo tal como se ha entendido siempre en España, sino la organización de unas protestas muy fuertes y en ocasiones violentas en 2019 que algunos jueces como García Castellón quieren procesar como terrorismo callejero, pero que para el Ejecutivo no llegan a esa categoría.

En cualquier caso, el esfuerzo del Ejecutivo de salir a explicar su decisión después de una jornada muy difícil para el Gobierno y el PSOE, que de nuevo fueron por detrás de las críticas el martes y trataron de contener la ola de rechazo cuando ya era muy grande, en vez de adelantarse, muestra que es consciente del desgaste que supone cada acuerdo sobre la amnistía al que llega con los independentistas, y que siempre genera una gran polvareda política.

Fuentes del Ejecutivo y del PSOE insisten en que, a pesar de toda la polémica, la intención de voto de los socialistas no baja de forma significativa en las encuestas, y siguen siendo uno de los poquísimos partidos socialdemócratas europeos que están por encima del 30%. Pero en el Gobierno sí se detecta inquietud por el hecho de que la amnistía y las negociaciones con los independentistas sigan monopolizando la agenda política y desgastando al Ejecutivo mientras las noticias más positivas de gestión —subida de las pensiones, del salario mínimo— quedan en segundo plano. Aún así, diversas fuentes del Gobierno y del PSOE consultadas creen que la sobreactuación del PP les ayuda porque sirve a sus votantes como recordatorio de cuál es la alternativa.

Amenazas y extrarradios

En estas condiciones, y cuando casi a diario el PP apunta que Pedro Sánchez es una amenaza para la democracia —este miércoles volvió a hacerlo el portavoz parlamentario, Miguel Tellado— y cuando aún los socialistas sufren el acoso en sus sedes y en sus actos, en el PSOE sentaron muy mal las palabras de Emiliano García-Page, el líder de este partido en Castilla-La Mancha, que llegó a decir este miércoles que el PSOE estaba protagonizando un “intento de relativización” del terrorismo. “Estamos en el extrarradio de la Constitución”, dijo sobre su propio partido. Otras veces no tiene respuesta ante las crítica a la línea de la dirección, pero esta vez fue en tromba y muy dura.

“Yo creo que quien está en el extrarradio del Partido Socialista Obrero Español es el señor García-Page desde hace bastante tiempo. Nosotros estamos en el centro de la Constitución”, le contestó Óscar Puente, ministro de Transportes y nueva estrella mediática del Gobierno. Page, muy molesto, le contestó después. “Toda mi vida me la he pasado ganando al PP y a la derecha en las elecciones. El que gana a la derecha y extrema derecha no está en ningún extrarradio. A ver si voy a tener que pedir disculpas por ganar las elecciones”. Page logró conservar el Gobierno de Castilla-La Mancha en las últimas elecciones con mayoría absoluta. Puente fue el más votado en Valladolid, pero perdió la alcaldía porque se unieron PP y Vox para desbancarlo.

No fue el único que saltó contra Page. Santos Cerdán, secretario de organización, fue muy claro: “Todo terrorismo es malo. El problema planteado por otros es ¿qué es terrorismo? Creo que la gran mayoría lo sabemos y tú deberías saberlo”, le contestó directamente, aludiendo así a esa idea del Gobierno de que en el procés no hubo terrorismo. José Luis Ábalos, ex secretario de organización, remató la ofensiva contra Page: “Si no te sale ayudar al compañero, al menos no ayudes al adversario. Al final, la gente prefiere siempre al original que la copia. ¡No lo olvides!”. La tensión pública, que es aún más fuerte en privado, demuestra que Page está en clara minoría en el PSOE pero también que la cúpula está dispuesta a subir el tono para responderle. La batalla por la amnistía aún será larga, pero los mimbres políticos ya están colocados, las posiciones se van asentando y la ruptura total entre los dos bloques se acentúa.

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