La pobreza energética mantiene encendidos los peligrosos braseros de picón
El probable mal uso de una de estas estufas tradicionales de las zonas rurales está tras la muerte por asfixia de dos adultos y una menor en Linares
La combustión incompleta del picón de un brasero y la falta de ventilación de la vivienda ha sido la combinación fatídica que ha provocado la muerte a tres personas el último día de 2023 en Linares (Jaén, 55.000 habitantes). La inhalación de monóxido de carbono procedente de la pequeña habitación donde se encontraba el calentador de carbón indujo lo que se conoce en el argot forense como la “muerte dulce”, porque el gas adormece con lentitud a las personas hasta hacerlas fallecer por asfixia. Este martes, varios centenares de linarenses han recordado a las víctimas —un varón de 66, una mujer de 41 y la hija de esta, de 16 años— en una emotiva concentración a las puertas del Ayuntamiento de la segunda ciudad de la provincia.
El picón es un carbón vegetal que se obtiene de la quema de leña de encina y de otros árboles. Por su alto poder calorífico y bajo coste, todavía se sigue utilizando con frecuencia en las zonas rurales para calentarse durante el invierno. La mala combustión de estos braseros provoca que en vez de generarse dióxido de carbono (CO₂) se genera monóxido de carbono (CO), que es altamente peligroso, pues provoca asfixia interna al impedir que la sangre capte oxígeno para surtir al organismo.
“Los braseros de picón o de cisco no están prohibidos, pero es necesario hacer un buen uso de ellos y, sobre todo, que haya una buena ventilación” en la estancia donde se ubican, advierte Jesús Padilla, jefe de bomberos de Linares, que admite que cada vez tienen que intervenir más ante este tipo de intoxicaciones derivadas de los aparatos calefactores.
José Luis García pertenece a la tercera generación de la Carbonería Parras, en pleno casco histórico de Sevilla. “El picón no se puede obtener de cualquier tipo de madera y no se puede utilizar madera procedente de la quema de muebles o madera que esté pintada o barnizada”. Advierte también que la leña “tiene que estar seca, que es lo que facilita una buena combustión”, indica. Lo más frecuente y recomendable es que el carbón se obtenga de encinas, olivos o lentiscos.
Aseguran en esta carbonería de la capital andaluza que el año pasado notaron un notable incremento de la demanda de este tipo de combustibles vegetales. “La alarma energética motivada por la guerra en Ucrania hizo que aumentaran mucho las ventas de estos carbones para braseros por ser un medio mucho más barato que la electricidad”, subraya el propietario.
El repunte de la pobreza energética ha activado el uso de este tipo de braseros, principalmente en las zonas más rurales, donde ha sido tradicionalmente un medio habitual de calefacción. Lo saben bien los vecinos de Alconchel, en Badajoz. En este pueblo de apenas 1.600 habitantes hay hasta cuatro negocios piconeros y se estima que el 70% de los hogares utilizan el carbón vegetal como fuente principal para calentarse.
“Es un brasero que calienta más, con un calor más natural, pero, ojo, hay que utilizarlo con mucha precaución, porque si no puede ser letal y llevar a la ‘muerte dulce’ de las personas que lo usan”, sostiene Eduardo Rodríguez, de la carbonera extremeña que exporta a varios países europeos este carbón vegetal, muy demandado también como combustible para las barbacoas.
Además de insistir en la necesidad de ventilación, los expertos piden también encender este tipo de braseros siempre en el exterior, en un patio o en la entrada de la casa, por lo que desaconsejan su utilización en un piso sin terraza o patio.
La autopsia practicada a los tres fallecidos de Linares debe confirmar lo que los bomberos y la Policía Nacional ya dan por hecho como muerte por intoxicación por monóxido de carbono. En el suceso han perdido la vida un hombre de 66 años, su pareja, de 41 años, y la hija de esta, de 16 años. Los tres recibieron el nuevo año en una vivienda del barrio del Carmelo de Linares, y fue el padre de la joven el que alertó a los servicios de Emergencia al no poder contactar con su hija.
La autopsia determinará también la hora concreta de la muerte de estas tres personas, a los que los bomberos encontraron, ya sin vida, sobre las siete de la tarde del domingo, 31 de diciembre, y que según sospechan los investigadores podrían haber muerto intoxicadas el mismo día de Nochevieja. Cada uno de ellos se encontraba en una habitación diferente de la vivienda, de dos plantas.
Dos días de luto
El Ayuntamiento de Linares ha decretado dos días de luto oficial por este suceso que ha consternado a la ciudad. Especialmente emotiva ha sido la presencia de las compañeras de clase de Amaia, la joven de 16 años fallecida, que no han podido contener las lágrimas en la concentración silenciosa convocada a las puertas del Ayuntamiento.
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