Joseba Asiron, el ‘abertzale’ que prefiere apagar fuegos
El nuevo alcalde de Pamplona condenó a ETA en 1998 y asegura que su prioridad será la política social y no la reivindicación nacionalista
Cuatro años y medio después, Joseba Asiron vuelve a ocupar la alcaldía de Pamplona, en esta ocasión a través de una moción de censura. Es el segundo mandato de este militante de EH Bildu de 61 años, el primer y único regidor abertzale que ha tenido la capital navarra tras haber ostentado el cargo entre 2015 y 2019 al frente de una coalición de nacionalistas y fuerzas a la izquierda del PSOE. Las diferencias entre las dos etapas son evidentes, empezando por el hecho de que en esta ocasión ha contado con los votos socialistas. Licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza y doctor por la de Navarra, Asiron es profesor en la ikastola San Fermín y autor de una veintena de libros y publicaciones sobre la historia y el patrimonio de Pamplona y la comunidad foral. Este jueves ha vuelto a la alcaldía repitiendo mensajes conciliadores: su compromiso con la búsqueda de “consensos”, con el respeto “a quien piensa diferente” y con “la convivencia”.
En sus primeras palabras tras ser elegido, Asiron insistió en ese compromiso: “No solo forma parte de mi bagaje político, sino que forma especialmente parte de mi bagaje vital y personal desde que tengo uso de razón”, dijo. Lo mostró en mayo de 1998, cuando firmó un manifiesto con otras 130 personalidades para condenar el asesinato del concejal pamplonés de UPN Tomás Caballero y pedir a ETA que dejara de matar. Durante su etapa como alcalde y como concejal en la oposición, Asiron ha estado presente en diversos actos de homenaje a las víctimas del terrorismo, como el responso anual frente a la tumba de Caballero. En 2017, su gobierno fue el primero liderado por un abertzale en colocar placas de recuerdo a víctimas de ETA: lo hizo en los dos lugares de la ciudad donde la banda asesinó al policía nacional Ángel Postigo en 1980 y a Alfredo Aguirre, un chico de 14 años, en 1985. Son dos de las 27 personas que la banda terrorista asesinó en Pamplona.
El pasado mayo, cuando se desató la polémica por la presencia de condenados de ETA en las listas electorales de Bildu, el ahora alcalde restó importancia a la controversia: “Yo no sé, evidentemente, dónde estaban estas personas hace treinta años, pero sé dónde están ahora y me gusta donde están”, afirmó.
Asiron no ha sido el único miembro de EH Bildu que ha participado en los homenajes a las víctimas de ETA en los últimos años. Pero la izquierda abertzale pone siempre la apostilla de “y las víctimas de otras violencias” (en referencia a la ejercida por policías o funcionarios públicos), una alusión que está recogida en una ley foral aprobada en 2019. Esa expresión también figura ahora en los acuerdos para la moción de censura con el PSN (con otras palabras) y con Geroa Bai y Contigo Zurekin, quienes integrarán su gobierno tripartito.
También ha trabajado el nuevo alcalde en diversas iniciativas para recuperar la memoria histórica. Durante su primer mandato, cambió el nombre de calles y plazas de la ciudad con referencias a dirigentes de la dictadura. Uno de los hitos más relevantes fue la exhumación de los restos de los generales golpistas Emilio Mola y José Sanjurjo —junto a otras seis personas— de la cripta del Monumento a los Caídos, donde hasta hace poco se seguían realizando misas de exaltación franquista.
Desde que se anunció el acuerdo entre PSN y EH BIldu para desbancar a UPN de la alcaldía, Asiron y, en general, los miembros de EH Bildu han mantenido un perfil bajo, con pocas declaraciones y muy medidas. No han entrado tampoco a responder a las descalificaciones de los regionalistas. De hecho, en la sesión de este jueves, en una acción cuanto menos llamativa, el todavía candidato a la alcaldía rechazó tomar la palabra para presentar la moción de censura que él mismo encabezaba. Ya en la rueda de prensa posterior, expresó que su silencio pretendía “no echar más leña al fuego”.
La víspera del debate de censura, Asiron pidió a sus partidarios para que mantuvieran “sosiego” y, tras ser investido alcalde, se felicitó de que su llamamiento fuese atendido. Frente a las palabras de la alcaldesa saliente, Cristina Ibarrola, que lo responsabilizó de todo lo que pueda ocurrirle ahora que ya no va a llevar escolta, él replicó: “Me parece muy legítima la decisión de la señora Ibarrola de no llevar escolta, yo no he utilizado escolta en los cinco años que he estado en la oposición y no me lo habréis oído ir diciendo por ahí. Y cuando he tenido algún problemilla con alguien ni se me pasaría por la cabeza responsabilizar a la alcaldesa de turno”. “Es muy importante que el discurso que estamos haciendo estos días sea responsable”, insistió
Asiron aseguró que su prioridad serán las necesidades sociales y no el combate nacionalista. No escondió que la independencia de lo que considera su país, “que se llama Navarra/Nafarroa”, es para él “una aspiración perfectamente lógica”. “Pero dentro de las prioridades hay que ser mucho más realista y posibilista”, matizó de inmediato. “Mi compromiso y mis deberes van en otra dirección, como garantizar que no haya personas que duerman al aire libre”.
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