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Alberto Núñez Feijóo despliega sus nuevos arietes parlamentarios contra Yolanda Díaz y Félix Bolaños

Cayetana Álvarez de Toledo retorna a primera línea después de más de tres años de ostracismo

Cayetana Álvarez de Toledo
Cayetana Álvarez de Toledo, este miércoles en la sesión de control al Gobierno.Claudio Alvarez
Xosé Hermida

El hemiciclo del Congreso es ese lugar donde, con formas aparentemente corteses, se pueden entablar conversaciones como la que protagonizaron este miércoles Cuca Gamarra, secretaria general del PP, y Nadia Calviño, vicepresidenta primera a punto de dejar el cargo para asumir la presidencia del Banco Europeo de Inversiones:

―Enhorabuena, señora Calviño, por fin consigue usted dejar el Gobierno.

―Gracias por la enhorabuena, señora Gamarra, pero ni siquiera en esto ha tenido usted clase.

El Congreso es ese lugar donde una diputada como la popular Cayetana Álvarez de Toledo, después de tres años y cinco meses sin dirigirse al pleno, puede regresar en horario estelar, tomar el micrófono y estrenarse con estas palabras:

―Señora Montero, retire las insidias o dimita.

Álvarez de Toledo se disponía a preguntar al ministro de Justicia y Presidencia, Félix Bolaños, pero debieron de incomodarle unas alusiones, minutos antes, de la vicepresidenta María Jesús Montero sobre el sueldo que cobraba su compañero del PP Juan Bravo como consejero andaluz. Y esas fueron sus primeras palabras en el hemiciclo desde julio de 2020. Las bancadas no parecieron entender muy bien a qué se refería, porque quedaron en silencio. Y ella repitió más enérgica aún, como una suerte de singular “decíamos ayer”: “¡Retire las insidias o dimita!”.

La siempre punzante y controvertida Álvarez de Toledo reapareció en una sesión de control al Gobierno de la mano de Alberto Núñez Feijóo, el mismo que había pedido a su antecesor en el liderazgo del PP, Pablo Casado, que no la nombrase portavoz. Ahora Feijóo la ha incluido en su nuevo elenco de arietes parlamentarios, y Bolaños le dirigió otro de esos dardos envueltos en amables felicitaciones: “Bienvenida otra vez a la primera línea, en este PP de Feijóo en el que ser un ultra es un mérito”.

Para este nuevo ramillete atacante, el líder popular ha alistado también a su fuerza de choque desde los tiempos de Galicia, Miguel Tellado, a veteranos como Esteban González Pons y Rafael Hernando ―este último aún no se ha estrenado― y a jóvenes promesas como Ester Muñoz, diputada leonesa. Muñoz ofreció una gran demostración de sus dotes ante el ministro de Transportes, Óscar Puente, a quien tachó de “feminista de boquilla”, “machista de libro” y “personaje circense” antes de instarle a que cese de hacer “bufonadas para divertir a su bancada”. Puente se envolvió en sonrisas. Y evidenció que va a ser difícil tocarle la autoestima, cuando evaluó así sus primeros días en el ministerio: “Yo diría caer de pie y estreno triunfal”.

El portavoz del PP, Miguel Tellado, interviene en la sesión de control al Ejecutivo, este miércoles en el Congreso. A la derecha, Cuca Gamarra y Alberto Núñez Feijóo.Foto: Claudio Álvarez | Vídeo: Antonio Nieto

Tellado presentó credenciales apuntando alto. Desde hace meses, el PP esquivaba a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, hasta que su flamante portavoz parlamentario se lanzó este miércoles como suele: con el cuchillo entre los dientes. El duelo tenía su trastienda porque Díaz y Tellado son de Ferrol, de la misma generación, y se conocen desde hace años, cuando él competía en izquierdismo con la entonces joven comunista. Tellado empezó relatando desastres sobre las cifras del paro y luego transmutó el debate en una sesión de control al espacio a la izquierda del PSOE erigiéndose en paladín de Podemos ―”no son tránsfugas”― y exigiendo explicaciones sobre la ruptura con Sumar. “La bronca y el insulto, para eso está usted aquí”, le reprochó la vicepresidenta, que no entró al trapo de las cuestiones internas. Tellado se lo puso fácil a Díaz para recuperar su ya célebre “le voy a dar un dato” y recitar las cifras del paro con el último Gobierno del PP, sensiblemente peores que las de ahora.

Los populares se han entregado a la tarea de rebautizar a cargos y acciones del Gobierno. Los acuerdos con EH Bildu, por ejemplo, son los “pactos encapuchados”, expresión que repitieron varios portavoces a propósito del acuerdo del PSOE con la izquierda abertzale para desplazar a UPN de la Alcaldía de Pamplona. Bolaños, por su parte, ha pasado a ser el “ministro de la amnistía”. Y los populares lo han situado en el centro de la diana, como ya se había visto el martes en el Senado. En el Congreso lo desafiaron Álvarez de Toledo y el corajudo Tellado, este último con una interpelación, formato que permite intervenciones más largas, de hasta 15 minutos. Ahí el portavoz del PP se pudo explayar buscando denominaciones nuevas para el titular de Justicia: “Ministro para la erosión democrática de España”, “comisario político de Puigdemont en esta Cámara” o “ministro plenipotenciario con un solo encargo: dinamitar los principios que sustentan nuestro Estado de derecho”.

Frente al creciente dramatismo de las intervenciones de la oposición, con la amnistía como arma arrojadiza, los oradores del Gobierno se afanan por ofrecer una imagen sosegada y por meter en el mismo saco las atronadoras intervenciones de los dos partidos de la derecha. “¿Usted cree que el discurso que acaba de pronunciar no lo podría haber hecho un ultraderechista de Vox?”, respondió Bolaños a Tellado. “Yo creo que con las mismas palabras”. El otro recurso defensivo habitual es la ironía, a la que se entregó el ministro: “¿Se acuerda cuando vinieron ustedes de Galicia? Cuando venían a acabar con el insulto y a hacer política para adultos ¡Qué tiempos aquellos!”.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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