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La transformación política de Miguel Tellado: así se forjó el brazo armado de Feijóo

El dirigente popular propuesto por el líder del PP como nuevo portavoz en el Congreso comenzó militando en el nacionalismo gallego de izquierdas. Su ascenso al servicio de Feijóo fue meteórico por su verbo corrosivo y sus habilidades en la trastienda

Miguel Tellado
El diputado del PP Miguel Tellado, durante la segunda jornada de la investidura de Pedro Sánchez, el día 16.Javier Lizón (EFE)
Sonia Vizoso

Hubo un tiempo en que era la ola azul del PP que teñía España la que exacerbaba a Miguel Tellado. A finales de la década de los noventa, con José María Aznar triunfando en La Moncloa y Manuel Fraga en la Xunta, el nuevo portavoz del PP en el Congreso propuesto por Alberto Núñez Feijóo se movía en la órbita del BNG que lideraba Xosé Manuel Beiras. “Se mostraba abiertamente nacionalista y de izquierdas”, recuerda desde su retiro Xosé María Rivera Arnoso, histórico exalcalde del Bloque en Fene (A Coruña), donde Tellado trabajó en la radio municipal entre 1998 y 1999. Quienes lo conocieron entonces y quienes lo tratan hoy coinciden en que algo en él no ha cambiado: su ferocidad con el de enfrente, sea cual sea el bando en el que esté.

Miguel Tellado Filgueira (Ferrol, 49 años) es el pequeño de siete hermanos. Estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Santiago y militó en la organización estudiantil nacionalista Movemento Estudiantil Universitario (MEU). En los ambientes políticos del campus compostelano llegó a rivalizar con alguno de los que luego se convirtieron en sus compañeros en el PP gallego y a confraternizar con los que ahora son sus adversarios. Tras licenciarse como politólogo en 1997, entró a trabajar en medios de comunicación de la comarca de Ferrolterra. Entre 1998 y 1999, recaló en Radio Fene, la emisora municipal de lo que entonces era un importante feudo del nacionalismo de izquierdas.

El exalcalde nacionalista Rivera Arnoso recuerda a aquel veinteañero “campechano, alegre y agradable” que entabló mucha relación con todo el mundo, incluidos los cargos municipales, con los que exhibía su ideología sin ambages. “Estaba totalmente en la onda del Bloque”, afirma quien gobernó este municipio entre 1979 y 2007. A sus compañeros del Ayuntamiento de Fene les comentó que quería afiliarse al partido de Beiras, añade, pero no llegó a culminar el trámite.

Tellado ya desplegaba su verbo corrosivo contra sus oponentes políticos. La diana de sus ataques era la derecha, rememora otro empleado del Ayuntamiento que lo trató. Después de Radio Fene, hizo sus pinitos en una tele local y trabajó unos años en una publicación llamada O Comarcal, fundada en el área de Ferrol por el gallego Manuel Torreiglesias, presentador del ya desaparecido programa de TVE Saber Vivir. En esta revista comarcal, conoció a la periodista que luego se convirtió en su esposa y en la madre de sus dos hijos. Él redactaba información y buscaba anunciantes al mismo tiempo, señala un periodista que coincidió con él. La relación laboral con aquella empresa, sin embargo, acabó mal. El ahora dirigente popular llevó su despido a los tribunales y confió su defensa a un abogado del sindicato nacionalista CIG, según confirman fuentes cercanas a aquel conflicto.

Y entonces llegó 2003. Al mismo tiempo que Feijóo volvía a Galicia desde Madrid para suceder a Fraga, Tellado pegó un volantazo a su carrera política. Fue contratado como jefe de prensa por el alcalde popular de Ferrol Juan Juncal, un hombre del bando del birrete —la facción menos galleguista del PP gallego—, discípulo de José Manuel Romay Beccaría. Aunque Tellado le comentó a personas allegadas que consiguió aquel trabajo gracias a su suegro, el exsenador Juncal asegura que lo fichó porque lo veía presentar noticias en la televisión local y tenía “buen concepto” de él. Iba a ser candidato a la alcaldía y necesitaba a alguien que le llevara la prensa: “Pensé que era periodista. Lo llamé, tuvimos un par de conversaciones y lo fiché. Cuando me dijo que había hecho Políticas, me quedé sorprendido”. Dice que desconocía sus afinidades nacionalistas de izquierda: “No le pregunté por sus simpatías políticas. Desde el primer momento fue leal y se implicó al 100%”. Juncal confirma, entre risas, que no le ha sorprendido la capacidad de Tellado para lanzar furibundos ataques a sus rivales: “Ya tenía la lengua afilada”.

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En el Ayuntamiento, Tellado hizo especial amistad con un concejal, José Manuel Rey Varela, actual alcalde y exconselleiro de Feijóo. A través de él entabló también una relación estrecha con el actual vicepresidente primero de la Xunta, Diego Calvo. Fueron bautizados como el clan de Ferrol. Cuando los populares perdieron la alcaldía de Ferrol en 2007, a Tellado le buscaron encaje en el equipo de prensa del grupo popular en la Diputación de A Coruña. “Siempre aposté para no perderlo. Es difícil encontrar a personas leales y competentes”, afirma el exalcalde ferrolano que lo introdujo en el partido. “Juncal vio en él lo mismo que Feijóo: un peón dócil”, opina un asesor del BNG en aquella época. En 2009, cuando Feijóo se convirtió por primera vez en presidente de la Xunta, Tellado se incorporó como jefe de gabinete de la conselleira de Trabajo, Beatriz Mato, también seguidora de Romay.

Tellado solo tardó cinco años en acceder al círculo más estrecho de Feijóo. En 2012, entró como diputado en el Parlamento autonómico y en 2014 fue aupado a portavoz de los populares. Su cometido: ir a la yugular de la oposición. El presidente de la Xunta vivía momentos complicados después de que EL PAÍS desvelase su vieja amistad con el narco Marcial Dorado y, mientras seguía haciendo alarde en Madrid de talante moderado, en Galicia lanzaba a Tellado al ataque. En 2016, sin estar siquiera en las quinielas, lo designó secretario general del PP. El partido destacó en un comunicado su “experiencia en los medios de comunicación”, buena credencial para entrar en ese núcleo duro de Feijóo donde casi todos son periodistas.

Como secretario general del PP gallego, ha carecido de peso o perfil propio, ha sido una “extensión de Feijóo”, define un exdiputado autonómico del partido. Sus compañeros destacan de él su habilidad en la trastienda, de puertas para dentro. Este exparlamentario señala dos momentos cruciales en los que se ganó la confianza de su líder. En el congreso nacional del relevo de Mariano Rajoy hizo de “puente” con Pablo Casado después de la caída de Dolores de Cospedal, a quien apoyaba Feijóo. Y durante la rebelión contra Casado se encargó de hacer “las llamadas” a los cargos del partido en nombre de su jefe: “Fue quien agitó el árbol para que cayera”.

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Sobre la firma

Sonia Vizoso
Redactora de EL PAÍS en Galicia. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago. Lleva 25 años ejerciendo el oficio en la prensa escrita y ha formado parte de las redacciones de los periódicos Faro de Vigo, La Voz de Galicia y La Opinión de A Coruña, entre otros. En 2006 se incorporó a El País Galicia.

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