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Óscar Puente no rehúye el cuerpo a cuerpo

El ministro de Transportes defiende su gestión directa de las redes sociales, donde confronta desde hace años con la derecha y ha protagonizado los últimos choques con Ayuso

Óscar Puente Ministro Transportes
Óscar Puente, a su llegada a la presentación de 'Tierra firme', el último libro de Pedro Sánchez, este lunes en Madrid.JUAN CARLOS HIDALGO (EFE)

Óscar Puente lleva desde 2016 en primera línea defendiendo el proyecto socialista de Pedro Sánchez en los actos de partido, en los platós de televisión y en las redes sociales. Tras rechazar ser ministro en dos ocasiones, el 20 de noviembre se convirtió en el nuevo titular de la cartera de Transportes. Lo hizo sin renunciar a su estilo directo, combativo y con unas trazas de ironía, marca de la casa desde sus tiempos de alcalde de Valladolid (2015-2023) con el que sorprendió como portavoz del PSOE a la derecha en la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo, en septiembre. En las tres semanas que lleva de ministro se ha erigido en mucho más que uno de los pesos pesados del Gobierno, con un papel muy político que le ha llevado a convertirse en uno de los pararrayos de Sánchez: el presidente había quedado un tanto desguarnecido tras la salida del gabinete a mediados de la legislatura pasada de perfiles como los de Carmen Calvo y José Luis Ábalos.

“No me gusta el choque, no lo busco, pero no lo rehúyo y casi siempre que entro es en legítima defensa”, explica tras haberse estrenado con varios enfrentamientos con el PP de Madrid, o lo que es lo mismo, con la federación madrileña que lidera Isabel Díaz Ayuso. Feijóo ha acusado este lunes a Puente de “insultar” a la presidenta de Madrid en vez de afrontar los problemas ferroviarios en la red de Cercanías de la región después de que el ministro le recordase a la dirigente del PP las decenas de afectados que han tenido que abandonar sus viviendas por amenaza de derrumbe en San Fernando de Henares, un problema que se arrastra desde la ampliación de la red de metro en 2007. Ayuso también criticó al Gobierno por no acudir invitada a la inauguración de la línea de AVE entre León y Asturias: sin embargo, la presidenta de Madrid no se quejó por su ausencia en las ampliaciones de la alta velocidad ferroviaria 2021 de Zamora a Galicia y en la de 2022 desde la provincia de Alicante a Murcia, también con salida en la estación madrileña de Chamartín.

“Ahora resulta que el macarra soy yo porque le digo que se ocupe de sus competencias. Lo que pasa es que yo le pongo en su sitio y es lo voy a hacer cada que vez que tenga que hacerlo”, señala Puente, al que previamente el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, había llamado “macarra de la política y mamporrero” tras haberle bloqueado en las redes sociales. Otros, como Borja Carabante, delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, se quejan de lo mismo, aunque Puente aclara que en su caso lo hizo en su etapa como alcalde de Valladolid. “Carabante se ha dado cuenta ahora, pero le tenía bloqueado desde hace tres o cuatro años, se dedicaba a criticar las medidas de sostenibilidad de mi ciudad. ¿Por qué bloqueo? Una red social es una comunidad que elige el propio usuario. A quien insulta, se dedica a molestar o hacerme perder el tiempo, lo bloqueo. Porque yo soy mi community manager el tiempo es mío. No tengo tiempo para perder. Además, creo que el bloqueo es una medida terapéutica, sanadora: en una sociedad polarizada al extremo, tener que discutir con personas que ni siquiera respetan lo que eres, es algo en lo que no voy a perder el tiempo. El bloqueo a ese tipo de personas me viene bien a mí y al bloqueado, en el caso de algunos políticos del PP. Así no se hacen daño”, justifica.

El papel que desempeña Puente, que en La Moncloa y Ferraz definen como una “defensa activa” del Ejecutivo y sus políticas progresistas, también ha captado la atención en la presentación de Tierra Firme, el último libro de Sánchez. “Yo se lo he dicho muchas veces a Óscar. Yo he tomado dos decisiones muy importantes en mi vida: dejar de fumar hace 20 años y dejar mis redes sociales en manos de una community manager”, ha bromeado el presidente, que ha provocado las carcajadas entre los asistentes, entre ellos una docena de ministros. Puente también se rio, pero tiene clara su hoja de ruta y seguirá gestionando de forma autónoma sus redes sociales. “Me lo decía porque le parece admirable y muy duro llevar una cuenta así. Yo tengo mis razones, mi estrategia. En Twitter -ahora X- estoy yo. No encuentro sentido a estar en una red a través de persona interpuesta. No lo critico, simplemente no es mi opción. Si estoy yo es porque pretendo que la gente sepa quién soy, para lo bueno y para lo malo. Twitter es un canal bidireccional. No solo te permite colocar tu mensaje sin intermediarios a tus seguidores, sino que te permite pulsar un estado de opinión que, puede no ser exacto, pero sí es un elemento que puede orientarte o un termómetro a tener en cuenta”, expone el ministro.

“No puedo convertirme en otro”

La hiperactividad tuitera de Puente se ha fraguado en el Ayuntamiento de Valladolid, donde durante su mandato convirtió las redes sociales en un elemento de contacto con la ciudadanía, pero también como estilete político. “Yo soy así y no puedo convertirme en otro, tengo 55 años y es un poco tarde para cambiar”, subraya el ministro socialista sobre la exposición que asume en su cuenta de X. Como regidor respondía usualmente a quejas de los usuarios sobre cuestiones mundanas como el alumbrado o infraestructuras en mal estado al mismo tiempo que mostraba su afición por la cantante Lola Índigo e interactuaba con sus seguidores al respecto de su contratación para las Fiestas de la ciudad. Puente incluso acudió a un conocido local de ocio nocturno vallisoletano especializado en calimocho, muy frecuentado por veinteañeros, al aceptar un reto durante la campaña electoral de 2019. Esta cercanía jugaba en su contra cuando respondía a las quejas o insultos de sus críticos, con frecuentes bloqueos o respuestas groseras a ciertos comentarios ofensivos. El abogado vallisoletano también bloqueó a algunos medios de comunicación o periodistas en distintos momentos polémicos o controvertidos. “En mi caso, no hay un patrón de corrección política constante, porque yo no soy políticamente correcto. Y hay errores, que seguramente no cometería un profesional, pero hay verdad. Para lo bueno y para lo malo. No pretendo otra cosa”, afirma.

El actual ministro de Transportes, además de estos conflictos con tuiteros anónimos o desconocidos, también se enfrentó recurrentemente por este formato con el exvicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, de Ciudadanos. Puente e Igea, ambos de fuerte carácter y gatillo virtual fácil, se enzarzaban con frecuencia hasta que el regidor lo bloqueó, según sostuvo, “para que no se haga daño”. Más rotundo se mostró en 2021 con el exdiputado Toni Cantó, quien ha formado parte de múltiples partidos en los últimos años. Puente lo definió como “mierda” y “memo” y lo acusó de cobrar 75.000 euros “por rascarse los huevos a dos manos” al frente de la Oficina del Español que Ayuso creó. El exactor cargó en 2020 contra el nombramiento de Sofía Puente, hermana del político, como directora general de Seguridad Jurídica y Fe Pública. La fiscal fue número dos de las oposiciones cuando se presentó en 1996, cuenta con una nutrida carrera en la judicatura y ahora ocupa un alto cargo del ministerio de Justicia.

El exalcalde ha cargado frecuentemente contra Vox, socio del PP en la Junta de Castilla y León, y particularmente contra el vicepresidente, Juan García-Gallardo, que ha asistido a varias protestas ultras ante la sede estatal del PSOE en la calle Ferraz de Madrid. Puente definió como “de vergüenza ajena” unas declaraciones de Gallardo en Bruselas cuando, en una reunión del Comité de las Regiones, este renegó del cambio climático y de las medidas sostenibles de Europa. Puente también vio como el PP de Valladolid retuiteó un mensaje que pedía acabar con él “al estilo Mussolini” y asaltar el Consistorio. “Yo esto de [Santiago] Abascal ya lo viví, siendo alcalde de Valladolid. Pero en aquel caso el protagonista fue el PP. ¿Sabéis por qué están siendo y van a ser tibios con Abascal? Porque en el fondo son lo mismo y piensan lo mismo”, ha recordado el ministro después de que el líder de la ultraderecha, invitado personal de Javier Milei a su toma de posesión como presidente de Argentina, dijera en una entrevista al diario Clarín que “habrá un momento en que el pueblo querrá colgar de los pies a Pedro Sánchez”.

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