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LA CRÓNICA
Crónica
Texto informativo con interpretación

La seguridad nacional queda fuera de la gresca política de momento

El PP no siguió la estela de Almeida de pedir elevar la alerta antiterrorista. Feijóo llama a juzgar a Sánchez en las urnas “y por la historia”

Alberto Núñez Feijóo
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, este domingo en Toledo durante un acto.Ismael Herrero (EFE)
Anabel Díez

Oposición de cuchillo entre los dientes. Mientras el PSOE está centrado en lograr un pacto para la investidura de Pedro Sánchez, el PP eleva al máximo la denuncia y las proclamas contra el presidente del Gobierno en funciones por los acuerdos a los que pueda llegar con el independentismo catalán, en las variantes de ERC y Junts per Catalunya.

Aunque con dificultades, parece que sí quedará fuera de la acusación la estrategia del Gobierno sobre la seguridad nacional ante la eventualidad de un resurgimiento de la amenaza del terrorismo yihadista. España, como el resto de los países europeos, está en alerta nivel 4 reforzado, de un rango de 5, por si el conflicto en Oriente Próximo derivara en ataques del terrorismo islamista.

Con alguna dificultad de contención verbal, los populares dejan al Gobierno en funciones que maneje la situación, que compete al Ministerio del Interior y a los servicios de inteligencia, aunque los reproches continúan, sin tanta contención, sobre la posición oficial de España ante el conflicto de Israel y Gaza. Este ya ha trascendido a Israel y los territorios ocupados, para volver a ser el de Israel y parte del mundo árabe y sus opiniones públicas.

Si Sánchez ostenta la presidencia “será desde la deshonra”, aseveró ayer el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, en nombre, asegura, de los españoles que tienen la dignidad intacta; no así el PSOE, que la ha perdido junto a “principios y valores”. El estupor después era patente en los ámbitos socialistas por la magnitud de las descalificaciones.

La convocatoria el pasado viernes del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, a los portavoces parlamentarios vino precedida por unas declaraciones que alarmaron al Ejecutivo en funciones. Los temores se disiparon una vez que la portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, señaló que el PP es “un partido de Estado” y como tal acudían al encuentro con el ministro para escucharle con el máximo interés. Al no valorar, apoyar, ni desestimar, la exigencia del alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, de elevar a 5 el nivel de alarma en España y tampoco el consejo de Feijóo a los españoles de que extremaran las precauciones ante eventuales peligros terroristas, en el Gobierno entendieron que, en principio, ese no sería otro eje más de enfrentamiento.

Todo se quedó en pedir al Gobierno que convoque el pacto contra el terrorismo “porque España no está exenta de los mismos peligros que otros países europeos que están en máxima alerta”, señalan interlocutores del PP. “La situación es grave, hay un español secuestrado y los riesgos son objetivos”, concluyen con el broche de que el PP “no tiene interés en polemizar sobre este asunto”.

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No por ello el conflicto entre Israel y Hamás está exento de españolizarse, como asunto de gresca política. Todo lo que dicen los dirigentes de Podemos sobre Israel se le reprocha a Sánchez. “Debe ordenar a Ione Belarra que no siga con esos pronunciamientos sobre Israel, al que llama genocida”, señalan fuentes del PP.

El reconocimiento de dos Estados, Israel y Palestina, forma parte del bagaje del PP desde 2014, cuando se aprobó una resolución en el Congreso por unanimidad con esa posición. Hasta ayer domingo se reprochaba que el presidente del Gobierno en funciones estaba más dedicado a conversar con líderes árabes que con los dirigentes de Israel. Este sábado, Sánchez participó en El Cairo en una cumbre, organizada por el presidente egipcio, y que terminó sin declaración conjunta. Pero el domingo por la tarde, el mandatario conversó por teléfono con el presidente de Israel, Benjamín Netanyahu, al que reiteró la condena a los ataques terroristas de Hamás contra Israel y su derecho a defenderse de ellos, a la vez que le pidió un “alto el fuego humanitario”, según informó el Sánchez en su cuenta de X (antes Twitter).

Aún hay margen para que este conflicto pueda entrar de lleno en la política nacional, pero sería para dar más contenido a la lista de agravios “contra España” que el PP atribuye a Sánchez, a quien Feijóo considera susceptible de ser juzgado no solo “por las urnas”, sino por la historia. Sánchez y Feijóo siguen sin dirigirse la palabra.

Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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