El PSOE persiste con la pedagogía de la amnistía tras la avanzadilla de Zapatero
Óscar Puente, tras la reunión de la comisión negociadora de los socialistas: “Es bueno que aquellas personas que se han situado fuera del sistema vuelvan a él”
La semana grande en la que Pedro Sánchez iba a culminar su investidura, según los más optimistas en La Moncloa, se ha convertido en una semana de transición que el PSOE empleará para entrar al detalle en las negociaciones con los nacionalistas y proseguir haciendo pedagogía sobre la clave de bóveda de la que depende que el presidente en funciones revalide el cargo o haya repetición de elecciones: la amnistía a los encausados del procés que exigen ERC y Junts, cuyos votos a favor son esenciales para la reelección de Sánchez.
La reunión de la comisión negociadora del PSOE en Ferraz, de apenas una hora y marcada por el mutismo, le sirvió a los socialistas para ahondar en la senda justificativa de la amnistía, siempre dentro de la legalidad, como solución definitiva del conflicto territorial y político en Cataluña. Una de las contrapartidas sería el abandono por parte de Junts de sus posiciones maximalistas, un camino que Esquerra empezó a recorrer la legislatura pasada con su apuesta por la mesa de diálogo y convirtiéndose en uno de los aliados habituales del Gobierno. “Es bueno en nuestro país que aquellas personas que se han situado fuera del sistema vuelvan a él, retornen a él. Creo que eso a lo que conduce es a que todos los ciudadanos de este país tengan un cauce democrático para que sus inquietudes se puedan desarrollar a nivel institucional. Eso significa que esas personas retornen a los cauces institucionales. Eso es bueno para la convivencia y es bueno para España”, resaltó Óscar Puente tras la reunión. Puente valoró la predisposición de Junts, el partido de Carles Puigdemont, que tiene la llave de la investidura de Sánchez, a buscar un acuerdo: “Ojalá que todo el mundo pueda hacer política dentro de la legalidad. Eso es la mayor aspiración que tiene que tener un Estado pacífico y que quiere convivir”.
La reflexión del exalcalde de Valladolid y diputado nacional entronca con la raíz de los argumentos que el expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero desplegó el lunes sobre la conveniencia de una ley del perdón “en situaciones excepcionales”, como la vivida en Cataluña con el procés que desembocó en la declaración unilateral de independencia de 2017. “Estoy a favor de la amnistía, cabe en los ordenamientos democráticos”, expresó Zapatero, encabezando de nuevo, como desde la precampaña de las generales del 23-J, el cierre de filas de la mayoría de referentes del PSOE con Sánchez. Felipe González, el otro expresidente socialista desde la restauración de la democracia, se manifestó en una posición contraria: “Lo que nos piden [los independentistas] es que reconozcamos que lo que ellos hicieron es lo correcto y que lo que hizo el Estado español, y por tanto las instituciones, era represivo, incorrecto, no respetaba las libertades”, afirmó en una entrevista en Antena 3. “Si hace esa traslación ahora sobre la amnistía, lo que les digo es consulten a los españoles”, abundó frente a quienes recuerdan que cambió de opinión sobre el ingreso de España en la OTAN.
El Gobierno evitó polemizar con González. Su portavoz y ministra de Política Territorial en funciones, Isabel Rodríguez, alegó que el único motivo que mueve al PSOE para conformar un nuevo Ejecutivo es modernizar a España y aplicar los 140.000 millones de euros de fondos europeos otorgados por Bruselas tras la pandemia. “Yo sé que a algunos les pesa que el presidente haya conseguido todos esos recursos para España pero Pedro Sánchez le ha sentado muy bien a España”, dijo sin referirse expresamente a nadie. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, también volvió a pronunciarse en contra de la amnistía, a la espera de conocer la letra pequeña del pacto al que se llegue con los independentistas. “Lo no debe ser nunca la amnistía es amnesia. Si olvidamos lo que pasó, la amnesia sólo puede traer consigo que se vuelva a repetir”, observó el barón socialista.
El PSOE sigue sin avanzar el menor detalle del contenido de las negociaciones mientras reitera que la Ley Fundamental se respetará. “El PSOE ha fijado claramente sus líneas rojas, que son las de la Constitución. Cuestiones que estén fuera del marco constitucional no se pueden incorporar”, insistió Puente, que en cuanto a una futura amnistía expuso que “las circunstancias van cambiando y hay que adaptarse a ellas y pensar siempre en lo mejor para el país”. A lo que los socialistas no dan ninguna opción por considerarlo inconstitucional es a un referéndum de autodeterminación.
Debate de investidura
Hasta que no haya un acuerdo maduro no se prevé fecha para el debate de investidura de Sánchez. Distintas fuentes socialistas convergen en que la próxima semana se debería cerrar el acuerdo programático con Sumar y apuntan a la segunda semana de noviembre, en torno al martes día 7, como la más lógica para la investidura si se amarran los apoyos de Junts, ERC, PNV, EH Bildu y BNG. Eso permitiría a Sánchez clausurar, ya como presidente con todos sus atributos, el congreso del Partido Socialista Europeo que se celebrará el 10 y 11 de noviembre en Málaga. Un escenario para el que todavía queda después de que Sánchez reconociera según Puente en la reunión de la comisión negociadora del PSOE la “complejidad” de las conversaciones con el resto de fuerzas. “Pese a la complejidad de las negociaciones que tenemos en curso, confío en que habrá un Gobierno progresista para que España avance cuatro años más”, ya dijo el secretario general del PSOE en un mitin el pasado sábado en Mérida.
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