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Aznar critica al Constitucional al intuir que puede no anular la ley de amnistía

“Veo declaraciones y sentencias que no me gustan nada”, afirma el expresidente, refiriéndose al tribunal de garantías

Natalia Junquera
José María Aznar, Jaime Mayor Oreja y Bieito Rubido en la charla organizada por la Fundación Neos este lunes en Madrid.
José María Aznar, Jaime Mayor Oreja y Bieito Rubido en la charla organizada por la Fundación Neos este lunes en Madrid.JUAN BARBOSA

El presidente del Gobierno entre 1996 y 2004, José María Aznar utilizó este lunes un foro de Fundación Neos, impulsada por el exministro del Interior Jaime Mayor Oreja, para insistir en su idea de la inminente destrucción de España y la necesidad de actuar: “Tenemos una responsabilidad de dimensiones históricas. Hoy se pueden hacer muchas cosas menos inhibirse y no hacer nada. Hay que movilizarse, que la oposición ejerza de oposición y que cada uno cumpla con su obligación”. Con todo, la charla, moderada por el periodista Bieito Rubido, exdirector de Abc y en la actualidad director del medio digital El debate, transcurrió en un ambiente familiar y distendido. La inminente “destrucción” de la nación española no impidió que el público celebrara con risas sus palabras ante las incisivas preguntas del moderador:

—Se dice con frecuencia que usted fue el mejor presidente que ha tenido este país. ¿Se atrevería a decirme cuál fue el peor?

—Sobre la primera parte de la pregunta, he oído ese rumor, pero no soy lo suficientemente vanidoso para prestarle atención. Y hay aquí gente muy preparada para responder a la segunda.

Entre el público estaban la expresidenta madrileña y exministra Esperanza Aguirre; la exdiputada vasca María San Gil; el exportavoz del PP en el Senado Ignacio Cosidó, autor del famoso wasap en el que se jactó ante sus compañeros de partido de controlar el Supremo “por la puerta de atrás” —la filtración del mensaje frustró el acuerdo para la renovación del Poder Judicial— y Federico Trillo, ministro de Defensa durante la calamitosa identificación de las víctimas del Yak-42.

“No es que la amnistía no quepa en la Constitución española. Es que la destruye”, declaró Aznar. “¿Y tiene esperanzas de que el Tribunal Constitucional la anule?”, preguntó entonces Rubido. Por la respuesta, el expresidente tiene pocas. “Es una pregunta dolorosa, porque supone que hay un hálito de sospecha sobre determinadas instituciones. Dolorosa, pero pertinente”, aclaró enseguida. “Por actitudes del Gobierno en el sentido de colonizar las instituciones y por algunas declaraciones de algunos miembros de estas instituciones y algunas sentencias recientes que abren un margen de duda absolutamente extraordinario. El Tribunal Constitucional es garante, no puede decir lo que la Constitución española no dice, y si lo hace, está rompiendo flagrantemente sus obligaciones. No me gustan nada algunas declaraciones, alguna interpretación que se ve en algunas sentencias donde se hace que la Constitución diga lo que la Constitución no dice”.

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—¿Y Europa nos podrá ayudar?, insistió Rubido.

—Lo que no podemos es pensar que la Unión Europea va a resolver lo que los españoles no resolvamos.

El periodista preguntó también sobre otras cuestiones de actualidad, como la situación en Gaza. “No tengo duda de que Israel tiene el derecho y la obligación de defenderse y de defendernos porque esto afecta al resto de sociedades occidentales libres”, dijo Aznar. “Debemos apoyar a Israel sin fisuras”. Pero en este punto, el expresidente tampoco era optimista: “Nos hemos acostumbrado a que el periodo posterior a la II Guerra Mundial era lo normal, pero es lo excepcional. La historia es una historia de guerras, no de paces”. Su fundación, FAES, difundió este lunes un editorial en el mismo sentido: “La sociedad y las instituciones de Israel no deben dejar pasar esta coyuntura para reparar en el debilitamiento de su Estado, víctima de la polarización política”.

Aznar y Rubido subieron al escenario, el salón de actos de una compañía de seguros en Madrid, después de que Mayor Oreja hiciese su particular diagnóstico de la situación española. Aseguró que volvían “las dos Españas”, que asistíamos al final de un proceso que había arrancado “hace 20 años, con la asociación de socialistas y nacionalistas” —del catalán en la intimidad y los pactos del PP con el PNV no dijo nada— y que el país había pasado “del crimen de la violencia terrorista como mal mayor a la mentira como mal menor”. “ETA era su adversario”, dijo, referiéndose al PSOE, “y hoy es su aliado principal en este proceso”. A continuación y antes de cederle la palabra, Mayor Oreja presentó a Aznar como el político que había liderado “la política antiterrorista de la ley y solo la ley”. “El problema”, añadió, “fue que a partir de 2004 se aplicó la política contraria. Se creyó que el mal llamado proceso de paz era inocuo y de aquellos polvos estos lodos”.

Pese a que el PP ha criticado con dureza el acercamiento de presos etarras durante el mandato socialista, durante los Gobiernos de Aznar —con la banda activa y matando— se acercó a 426. En 1998, un año después del brutal asesinato de Miguel Ángel Blanco —cuya imagen se expuso en un vídeo de la Fundación Neos antes del inicio de la charla—, Aznar anunció que había autorizado contactos con lo que llamó “el Movimiento Vasco de Liberación” y afirmó estar dispuesto al “perdón y la generosidad” si la banda dejaba definitivamente las armas. Tampoco se mencionaron en la charla los 5.948 indultos que concedió durante su mandato, 1.443 en un solo día, entre ellos al exjuez Javier Gómez de Liaño y varios condenados del caso de corrupción política Filesa, ligados al PSOE.

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Sobre la firma

Natalia Junquera
Reportera de la sección de España desde 2006. Además de reportajes, realiza entrevistas y comenta las redes sociales en Anatomía de Twitter. Especialista en memoria histórica, ha escrito los libros 'Valientes' y 'Vidas Robadas', y la novela 'Recuérdame por qué te quiero'. También es coautora del libro 'Chapapote' sobre el hundimiento del Prestige.

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