Hallado el cuerpo sin vida de una mujer en la zona donde se buscaba a la conductora desaparecida tras las fuertes lluvias

La Guardia Civil ha informado este mediodía del hallazgo del cuerpo sin vida de una mujer en la zona donde se buscaba a una conductora de 54 años cuyo coche fue arrastrado en Valmojado (Toledo) por las fuertes lluvias del domingo. El cadáver se encontraba oculto entre la maleza y el lodo, a 50 metros del arroyo Vallehermoso, a la altura del paraje conocido como Valdeoro, en Valmojado. La desaparecida circulaba en un Seat Altea por la CM-4004, una vía que se vio muy afectada por la dana. El vehículo en el que viajaba fue localizado el lunes a la altura del kilómetro 1,8 de esa carretera.

Si se confirma el fallecimiento de esta conductora, serán ya ocho los muertos (en Huesca, Madrid y Toledo) por la dana. El sábado pasado murieron dos barranquistas en Tramacastilla de Tena (Huesca), a los que se sumaron un hombre que falleció el domingo en el kilómetro 117 de la A-40, entre los términos de Bargas y Villamiel, en la provincia de Toledo; y un joven de 22 años, encontrado en el interior de un ascensor en Casarrubios del Monte (Toledo) tras un corte de luz en pleno temporal. A primera hora de la tarde del lunes se encontró muerto a otro varón, de 50 años, en el arroyo Gadea, en la localidad toledana de Camarena.

Desde el martes la búsqueda se centró en encontrar a tres personas que permanecían desaparecidas, dos hombres en Aldea del Fresno (Madrid) y la mujer de Valmojado. Los dos varones fueron encontrados muertos el viernes: Manuel López, de 47 años, padre del niño que sobrevivió toda una noche agarrado a un árbol; y José Manuel Aguado, de 82 años, arrastrado por una riada cuando salió de su casa en el pueblo de Villamanta. Desde entonces, la búsqueda del equipo formado por bomberos, policías, la Unidad Militar de Emergencias (UME) y miembros de Protección Civil, se centraba en encontrar a la conductora cuyo coche fue arrastrado en Valmojado, un municipio en los límites entre Madrid y Toledo ubicado a 25 kilómetros de Aldea del Fresno. Las tareas se han llevado a cabo con perros y maquinaria pesada, que han trabajado con mucha dificultad entre el lodazal y la enorme maleza que dejó la crecida del río.