Primer gesto del Gobierno con los partidos independentistas: ERC y Junts tendrán grupo propio en el Congreso
El PSOE y Sumar prestan diputados a las dos formaciones catalanas en provincias donde no llegaron al 15%
El PSOE y Sumar facilitarán que ERC y Junts per Catalunya cuenten cada uno con grupo parlamentario propio en el Congreso de los Diputados en esta XV legislatura, pese a que ninguno de los dos partidos cumple con los requisitos reglamentarios para tenerlo (un mínimo de 15 diputados y, en caso de no alcanzar ese umbral, un mínimo de cinco diputados y el 15% de los votos en las circunscripciones por las que se hayan presentado o un 5% en el conjunto de España). Esa decisión forma parte de la estrategia de alianzas del Gobierno en funciones con los independentistas catalanes, cuyo apoyo necesita Pedro Sánchez para volver a ser investido presidente. La ratificación de esta iniciativa se formalizará el lunes en la Mesa del Congreso, el órgano de gobierno de la Cámara baja, donde el PSOE y Sumar tienen la mayoría.
La fórmula para que ERC y Junts puedan formar grupo parlamentario, que se ha cerrado este miércoles tras estudiar distintas opciones, consiste en que Sumar prestará a ERC sus dos diputados obtenidos en Barcelona y Girona, provincias donde los republicanos no llegaron al 15% del voto; mientras que el PSOE hará lo propio con Junts en Barcelona y Tarragona, donde esta formación tampoco había alcanzado el 15% necesario. Una vez constituidos los grupos parlamentarios, los diputados regresarán inmediatamente a las filas de PSOE y Sumar.
Aunque el reglamento del Congreso no recoge esa posibilidad de préstamo de diputados entre grupos, hay precedentes de operaciones similares, con préstamos temporales de unos partidos a otros para conformarse en grupos independientes. UPyD llegó a sumar en una ocasión un diputado de Foro Asturias para lograr ese 5% de sufragios en toda España y luego ese parlamentario volvió al Grupo Mixto. Coalición Canaria ha recurrido a esa solución varias veces desde 1993, cuando se agregó con el mismo fin un diputado del Partido Aragonés Regionalista, algo que repitió en 1996; en 2000 se asoció con UPN, y en 2004 fue el PSOE el que le cedió escaños. En la IX legislatura el BNG prestó sus dos diputados a ERC, IU e ICV para que formaran su grupo y tres días más tarde esos dos parlamentarios nacionalistas gallegos retornaron al Mixto.
Fuentes socialistas enmarcan esta decisión dentro de los acuerdos suscritos con ERC y Junts para garantizarse la semana pasada la Presidencia y el control de la Mesa del Parlamento, algo que para el PSOE era vital en una legislatura en la que el PP controla con mayoría absoluta el Senado y gobierna en 12 comunidades autónomas. Para Junts y ERC también era imperioso contar con grupo propio. Tenerlo conlleva grandes ventajas políticas, parlamentarias, económicas y de recursos en el día a día. Los partidos que tienen que compartir el Grupo Mixto se tienen que distribuir a partes iguales los cupos de preguntas e interpelaciones al Gobierno o la presentación de proposiciones en los plenos.
Disponer de un grupo específico en el Congreso reporta, además, un diferente impacto económico. Cada grupo percibió en la pasada legislatura una subvención fija de 364.160 euros anuales (30.346 al mes) y una variable, en función del número de diputados, que ascendió a 1.746 euros mensuales por cada parlamentario. En principio, las propuestas de creación de los grupos parlamentarios concluyen este viernes a las dos de la tarde, pero la Mesa del Congreso no se reunirá hasta el lunes para confirmarlo.
ERC y Junts lograron siete escaños cada uno, pero no superaron el 15% en dos de las provincias donde se presentaron en las elecciones generales. Esquerra no lo consiguió en Barcelona (12,33%) ni en Gerona (14,74%). A Junts le ocurrió lo mismo en Barcelona (9,68%) y en Tarragona (11,08%). ERC perdió casi la mitad de sus escaños y votos ―partía de 13 diputados y pasó de 875.000 votantes a 463.000― mientras que Junts se dejó un escaño y 140.000 papeletas (no superó los 400.000 votos). El PSC se impuso con 19 escaños y 1,2 millones de votos (34,5%), muy por encima del 13,16% de ERC y del 11,16% de Junts en Cataluña.
La constitución del Congreso el 17 de agosto dejó una mayoría progresista de 5-4 en la Mesa, el órgano que regula el funcionamiento y la organización del trabajo parlamentario de la Cámara baja. Ahora el PSOE tendrá, en coalición con Sumar, el control de decisiones de una gran trascendencia política como la calificación sobre los escritos y documentos parlamentarios y su admisión para ser tramitados y podrá vetar, paralizar, frenar o acelerar las iniciativas presentadas o registradas que más le interesen. Lo mismo sucederá con la celebración de comisiones de investigación, como las que Junts había exigido a cambio de su respaldo a Francina Armengol para presidir el Congreso: sobre el caso Pegasus de supuesto espionaje y sobre los atentados yihadistas de hace seis años de Barcelona y Cambrils. Las propuestas para ese tipo de comisiones fueron bloqueadas la pasada legislatura en la Mesa con el apoyo del PP y Vox al PSOE.
Vox, en esta ocasión, no tendrá ningún representante en ese órgano y los cuatro componentes de la oposición en el mismo serán del PP. Esquerra también arrancó el compromiso, inconcreto, de proseguir con la “desjudicialización” del procés. El PSOE se aseguró a cambio tres puestos en la Mesa y Sumar dos frente. Mientras la derecha se fracturaba —Vox votó a su propio candidato en lugar de a Cuca Gamarra, la aspirante propuesta por el PP a la presidencia del Congreso—, los socialistas cumplieron sus objetivos con más margen del que esperaban: 178 votos, entre ellos los de Junts y ERC. Un respaldo que incluía la garantía del PSOE de que ambas formaciones independentistas tendrían grupo propio.
Fuentes parlamentarias resaltan que la ausencia de Vox de la Mesa del Congreso, en la que la legislatura pasada estuvo representado por Ignacio Gil Lázaro, ha contribuido a la mejora del ambiente en este órgano. La socialista Isaura Leal, secretaria segunda de la Mesa, y el secretario tercero, Guillermo Mariscal (PP), han sido nominados por sus respectivos partidos para reunirse y acordar el reparto de las distintas bancadas en el hemiciclo y otras cuestiones de índole logístico y operativo.
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