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Un segundo informe apunta a un posible trastorno mental del supuesto yihadista de Algeciras

La Audiencia Nacional ordenó en abril su ingreso provisional en una unidad psiquiátrica adscrita a Instituciones Penitenciarias

J. J. G.
Un coche de policía ante la capilla de San Isidro, uno de los templos atacados por el presunto yihadista, la noche del supuesto atentado.
Un coche de policía ante la capilla de San Isidro, uno de los templos atacados por el presunto yihadista, la noche del supuesto atentado.Erasmo Fenoy (Europa Press)

Un segundo informe psiquiátrico señala que el autor confeso del supuesto ataque yihadista de Algeciras, Yassine Kanjaa, puede sufrir un trastorno compatible con un “diagnóstico de cuadro psicótico” y con “probable” relación con la “esquizofrenia”, según confirman fuentes jurídicas. Joaquín Gadea, juez instructor de la Audiencia Nacional, ya ordenó a principios de abril el traslado del detenido a una unidad psiquiátrica adscrita a Instituciones Penitenciarias, tras recibir un primer análisis pericial que apuntaba de forma provisional en esa línea. Kanjaa se encuentra en prisión preventiva desde el 25 de enero, cuando fue detenido en el centro de la ciudad gaditana tras asesinar a machetazos al sacristán Diego Valencia y herir a otras personas durante un ataque a dos céntricas iglesias del municipio.

Este segundo informe ha corrido a cargo de los técnicos del Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Sevilla, donde Kanjaa se encuentra desde el pasado mes. Según las mismas fuentes, este documento afirma que las “facultades intelectivas” y “volitivas” del arrestado podrían estar “severamente afectadas” y que, por tanto, esta situación debería valorarse a la hora de fijar su grado de imputabilidad.

Las conclusiones del informe, fechado este 3 de mayo, rezan: “Independientemente de la filiación del cuadro psicótico, cabe inferir que, en el momento de tener lugar los hechos que se le imputan, el paciente presentaba una descompensación psicótica aguda con un importante grado de implicación afectiva y conductual, lo que afectaría muy severamente a sus facultades intelectivas y volitivas, que constituyen las bases psicopatológicas para la valoración de la imputabilidad”.

Kanjaa, un ciudadano marroquí de 25 años, admitió los hechos ante el juez Gadea y le advirtió de que, si quedaba en libertad, mataría a más personas. También vinculó a las víctimas con “satán” y aseguró que, durante los tres días previos al ataque, había experimentado una sensación extraña, que describió como “verlo todo negro, ver la muerte o pensar en suicidarse”. La Audiencia Nacional lo mantiene imputado por terrorismo yihadista, pero la defensa del encarcelado se aferra a su estado mental para intentar que la causa se envíe a un juzgado ordinario de Algeciras; ya que, según su tesis, la posibilidad de que Kanjaa sufra un trastorno psiquiátrico implica que los hechos no tendrían encaje en los delitos de terrorismo.

El estado psiquiátrico del detenido ha sido una de las claves de esta investigación. El 31 de enero, al día siguiente de ordenar su ingreso en prisión, Gadea encargó un informe sobre la salud mental de Kanjaa. Según fuentes del caso, dos peritos de la Audiencia Nacional evaluaron entonces al presunto yihadista durante un par de horas y confeccionaron un primer informe provisional, donde proponían trasladar al detenido a una unidad psiquiátrica de Instituciones Penitenciarias —solo hay dos actualmente de referencia: en Fontcalent (Alicante) y Sevilla—. Los técnicos plantearon esta medida con carácter temporal, a la espera de que se elaborase el informe definitivo sobre su imputabilidad.

El pasado 30 de enero, días después del ataque, Kanjaa no mostró ni un ápice de “arrepentimiento” durante su comparecencia ante el juez Gadea, según resaltan los magistrados de la Sala de lo Penal. Tampoco ningún “signo de compasión” o “empatía con las víctimas”. El detenido se reconoció como autor de los hechos sin ningún tipo de problemas; dio explicaciones sobre por qué había cometido el ataque —vinculó a los agredidos con “Satán” y los calificó como “enemigos del islam y de los musulmanes”—; y confesó su “propósito” de “quitar de en medio” a más gente, según la expresión literal que utilizó el arrestado.

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Sobre la firma

J. J. G.
Redactor de Tribunales de la sección de Nacional de EL PAÍS, donde trabaja desde 2014 y donde también ha cubierto información sobre Inmigración y Política. Antes ha escrito en medios como Diario de Sevilla, Europa Sur, Diario de Cádiz o ADN.es.

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