Feijóo controlará los pactos postelectorales de mayo en una negociación conjunta con los barones

Los pactos postelectorales de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo son estratégicos para Alberto Núñez Feijóo. Se van a cerrar a escasos seis meses de las generales, en las que el líder del PP se juega a todo o nada la posibilidad de alcanzar La Moncloa, así que en Génova saben que esas alianzas, que solo pueden ser con Vox, serán decisivas para sus expectativas electorales. Por eso, la dirección nacional del PP va a involucrarse y no dejará la decisión en manos exclusivamente de sus líderes territoriales, por mucho que Feijóo suela insistir en que cree en la autonomía de los barones. Esta vez es diferente. Feijóo va a controlar los pactos postelectorales en todo el territorio en una negociación “conjunta” de la dirección con los líderes territoriales ante Vox. La cúpula prevé un diálogo a escala nacional con la formación ultra, tanto por los interlocutores como porque se negociará al mismo tiempo el mapa global de los gobiernos autónomos y de las alcaldías, según fuentes de la dirección.

La fallida experiencia de Castilla y León, según admiten en la cúpula, donde Vox consiguió entrar en el Gobierno y situar en la vicepresidencia a un perfil como Juan García-Gallardo, que no ha dejado de provocar polémica tras polémica, llevará a Génova a controlar la negociación de los pactos territoriales tras las elecciones de mayo. Fuentes de la dirección ponen al vicepresidente de Castilla y León como ejemplo de lo que no se debe repetir. Se trata de evitar “que surjan muchos nuevos Gallardos” después del 28 de mayo, ya que se da por hecho que habrá que pactar con el partido de extrema derecha para conseguir poder territorial.

El PP intentará que el partido de Santiago Abascal entre en el menor número de gobiernos posibles, y fuentes de la cúpula sostienen que incluso podrían dejar caer alguna plaza con tal de que la fotografía completa perjudique lo menos posible la carrera de Feijóo hacia La Moncloa. Pero, al mismo tiempo, en Génova reconocen que no pondrán en riesgo la posibilidad de lograr el poder en territorios tan relevantes como la Comunidad Valenciana, donde el PP ve opciones de un vuelco, aunque eso implique gobernar conjuntamente con Vox.

Los populares dan por hecho que el partido ultra también planteará una negociación global analizando en conjunto cómo queden las sumas de PP y Vox en el mapa de España. El coordinador general del PP, Elías Bendodo, defendió el miércoles que la dirección controle los acuerdos porque el PP es “un partido nacional, con el mismo lema de campaña” y, por tanto, “las estrategias son comunes”. “Nuestro presidente confía en los territorios al 100%, pero la estrategia debe ser conjunta”, argumentó Bendodo, que no quiso descartar acuerdos con la formación de Abascal aunque insistió en que el PP sale a la carrera electoral a “conseguir mayorías amplias”.

Tampoco Feijóo ha descartado en ningún momento los acuerdos de la extrema derecha, consciente de que no podrá evitarlos si quiere arrebatar poder territorial a los socialistas. A poco más de 40 días para las elecciones, los populares confían en arrancar a la izquierda los Gobiernos de comunidades como La Rioja y Baleares, esperan recuperar la ciudad autónoma de Melilla y creen que podrán hacerse con alcaldías de peso como la de Valencia. Feijóo se ha comprometido a que el PP ganará las municipales, y en Génova creen que pueden pasar de tener 10 a 25 capitales de provincia. La Comunidad Valenciana es la pieza de caza mayor, y aunque los populares tienen encuestas donde logran la primera plaza, no dan por seguro desalojar del sillón de mando al barón socialista Ximo Puig.

El PP pondrá el foco en la negociación con Vox en los acuerdos programáticos, tratando de evitar que los ultras les cuelen medidas polémicas que podrían desgastarles, como las que han intentado llevar adelante en Castilla y León para coaccionar a las mujeres que quieran abortar. Los populares se preparan para conformar un equipo negociador con Vox, donde algunas fuentes sitúan a la secretaria general, Cuca Gamarra, al portavoz de campaña, Borja Sémper, y al vicesecretario Pedro Rollán como posibles integrantes.

En la dirección popular creen que el partido de extrema derecha querrá tomarse la venganza contra ellos y se preparan para unos “días duros” y para librar un gran pulso después del 28 de mayo. La obsesión de Feijóo es que los acuerdos con Abascal no lastren sus posibilidades de convertirse en diciembre en el próximo presidente del Gobierno.