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El PP exige ahora al PSOE retoques en el capítulo de los menores para apoyar la reforma de la ‘ley del solo sí es sí’

Los socialistas avisan a sus socios de Unidas Podemos, ERC y Bildu de que no negociarán sus enmiendas, y los populares dejan en el aire su respaldo

Isaura Leal
La secretaria general del Grupo Socialista, Isaura Leal, al llegar a la Junta de Portavoces del Congreso.Alberto Ortega (Europa Press)
Javier Casqueiro

La reforma de la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual o ley del solo sí es sí, planteada por el PSOE para corregir los efectos indeseados de la norma que entró en vigor en octubre —800 rebajas de condenas a delincuentes sexuales y decenas de excarcelaciones—, entra en su recta final parlamentaria con todas las incógnitas sobre su resultado por resolver. El PSOE no quiere demorar más este debate, que tanto daño social, político y electoral ha causado, pero por ahora no tiene asegurados los votos para superar esos trámites antes de la fecha límite que se ha fijado: el pleno del día 20. Los socios habituales, Unidas Podemos (UP), ERC y EH Bildu, han presentado enmiendas que los socialistas ni contemplan aceptar. Y el PP —con cuyos votos prosperó el primer trámite de la reforma— ha avisado este martes de que, o el PSOE les llama para discutir unas correcciones puntuales en su proyecto, o no debería dar por descontado su apoyo.

El sector socialista del Gobierno concluyó hace algo más de un mes que había que enmendar algunos fallos en la amplia horquilla de penas contemplada en la ley del solo sí es sí. El presidente, Pedro Sánchez, ordenó acometer esa reforma sin aguardar más. Y el PSOE registró una proposición de ley unilateralmente, sin contar con UP. La iniciativa socialista emprendió su camino parlamentario el 7 de marzo con un amplio respaldo (231 votos a favor, 56 en contra y 58 abstenciones), sobre todo de la derecha parlamentaria.

Tras negar o poner en duda durante meses que la norma fuera defectuosa, Unidas Podemos, ERC y EH Bildu han ido presentando entre la semana pasada y este lunes (cuando acababa el plazo) más de una treintena de enmiendas parciales en las que finalmente aceptaban mejorarla. En ellas, asumían que las agresiones sexuales en las que mediara violencia o intimidación tuvieran penas más altas, pero exigían que ese factor fuese considerado una agravante, no un elemento que definiera el delito. Los socialistas proponen una fórmula distinta: elevar las penas distinguiendo dos subtipos de agresión sexual: con o sin violencia. Esas diferencias, aparentemente técnicas, se han demostrado irreconciliables. Este martes, el PSOE ha insistido en que sus soluciones son “las buenas” y ha avisado de que no va a negociar las alternativas que le plantean otros partidos.

Los socialistas ya contaban, de hecho, con ese desmarque más que posible del voto tanto de UP como de ERC y EH Bildu, pero ahora el PP quiere marcar también un perfil propio que podría dejar toda la reforma en vilo justo en la recta final de su tramitación parlamentaria. La ley de libertad sexual es orgánica y requiere de la mayoría absoluta de la Cámara baja para cualquier retoque. Si el PP finalmente no respaldara la reforma, esta no saldría adelante sin el voto de Unidas Podemos, ERC y EH Bildu, ni siquiera aunque los populares se abstuvieran.

El próximo lunes se reunirá la ponencia de esta reforma, el martes su dictamen debería pasar el filtro de la comisión de Justicia y el texto final tendría que ser avalado por la mayoría absoluta del pleno del Congreso el jueves. A la semana siguiente, y tras superar el voto de mayoría simple del Senado, entraría en vigor la ley ya revisada. Los cambios y nuevas penas solo afectarían a delitos que se cometieran en el futuro y no tendrían repercusión sobre las revisiones y rebajas ejecutadas en estos meses desde que entró en vigor el 7 de octubre.

PP, Ciudadanos y hasta Vox habían anticipado durante semanas que apoyarían cualquier propuesta que rectificase los llamados efectos indeseados de la ley del solo sí es sí. Pero la portavoz parlamentaria de los populares, Cuca Gamarra, ha matizado este martes esa adhesión.

El PP también presentó el lunes 14 enmiendas al proyecto del PSOE. Los populares aspiran a que, al menos, los socialistas los llamen para abordar la posibilidad de retocar algunos aspectos técnicos: sobre todo, los relacionados con las víctimas menores de edad y con el mundo digital. Una de las enmiendas del PP propone reforzar la “indemnidad sexual de los menores de edad”. Otra de esas enmiendas defiende volver a tipificar “la distribución o difusión pública a través de internet, del teléfono o de cualquier otra tecnología de la información o de la comunicación de contenidos específicamente destinados a promover, fomentar o incitar a la comisión de los delitos de agresiones sexuales cuando se trate de menores de 16 años”.

Gamarra ha afirmado que “lo lógico” sería que el PSOE atendiera sus planteamientos, porque cree que no se entendería el rechazo a reparar posibles futuros agujeros legales en la nueva reforma, pero ha admitido que sus interlocutores socialistas todavía no la han llamado. Oficialmente, Gamarra no ha querido “anticipar escenarios” de voto del PP la semana que viene. Fuentes de la dirección popular, sin embargo, avisan de que no podrían apoyar la reforma, tal y como está ahora, si el PSOE no llama y muestra algún interés por negociar.

La secretaria general del grupo socialista, Isaura Leal, ha remarcado este martes que el PSOE lleva toda la legislatura dialogando, negociando, buscando y sumando todo tipo de acuerdos, con las más de 200 iniciativas parlamentarias que han prosperado. Pero ha anticipado que, en este caso, no ve muy factible modificar su propuesta, ni en el sentido que piden sus socios habituales ni en el que exige el PP. Leal ha repetido varias veces que el texto socialista es el que “consigue de forma eficaz, integral e inequívoca” corregir los fallos de la ley y proteger a las víctimas “sin márgenes de error”.

Otra de las incógnitas que afecta a la reforma de la ley sí ha quedado resuelta. La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ha sido tajante y ha avanzado que no se desmarcará del sentido de voto que decida Unidas Podemos, aunque implique un choque con el PSOE. “Yo soy una demócrata y, por tanto, emitiré el voto que decida el grupo parlamentario al que pertenezco. Estoy siendo clara: el voto será el que decida el grupo después de un debate democrático, como siempre”, ha afirmado la ministra de Trabajo en la comparecencia posterior al Consejo de Ministros, informa José Marcos. La dirigente de Sumar ya votó en contra de la toma en consideración inicial de la reforma, al igual que el resto de los diputados de UP. “Estoy segura de que el trámite parlamentario va a garantizar una ley que es importante para nuestro país”, ha zanjado Díaz.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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