Dos de los principales condenados por la trama Gürtel coinciden en semilibertad en el mismo Centro de Inserción Social en Madrid
Pablo Crespo, ‘número dos’ de la red corrupta, ha ingresado este lunes en el CIS Victoria Kent donde está Luis Bárcenas desde diciembre
El exdirigente del PP de Galicia y número dos confeso de la trama Gürtel, Pablo Crespo, ha ingresado este lunes en el Centro de Inserción Social (CIS) Victoria Kent, en el centro de Madrid, para cumplir en tercer grado penitenciario o semilibertad lo que le resta de condena, según han confirmado a EL PAÍS varias fuentes penitenciarias. En este recinto penitenciario, reservado a presos en régimen abierto, coincidirá con otro de los principales condenados por aquella red, el extesorero del PP Luis Bárcenas, que lleva en semilibertad desde finales de diciembre y con el que ya compartió reclusión en la madrileña cárcel de Soto del Real.
Crespo, condenado en cinco piezas de la macrocausa de corrupción a un total de 73 años y 4 meses de cárcel, permanecerá en el centro hasta que los profesionales penitenciarios diseñen en los próximos días un plan de ejecución para lo que le resta de la pena y que incluirá salidas diarias después de que haya justificado que tiene una oferta para trabajar en un bufete tras estudiar derecho durante su encarcelamiento. Este plan determinará si debe acudir al establecimiento penitenciario a dormir y cuántos días, o, incluso, si queda bajo algún sistema de control telemático y, por lo tanto, pernocta en su domicilio y no tiene que ir al CIS.
La semilibertad ha vuelto a reunir a Crespo y Bárcenas, aunque ambos han llegado a ella por caminos diferentes. En el caso del primero, Instituciones Penitenciarias rechazó el pasado diciembre concederle el tercer grado del que ahora disfruta al considerar que, si bien su comportamiento en prisión era bueno y su evolución favorable, la gravedad de los delitos cometidos y, sobre todo, que aún le quedasen por cumplir nueve de los 18 años del tiempo máximo de cumplimiento de la pena que tiene fijado hacían necesario esperar al menos otros seis meses antes de concederle este beneficio penitenciario. Crespo recurrió esta decisión y el pasado 16 de febrero la jueza María Reyes Jimeno revocó la decisión de Interior y le concedió la semilibertad.
En la decisión de la magistrada pesó el apoyo de la Fiscalía Anticorrupción a la petición de Crespo. El ministerio público presentó un escrito en que destacaba que el ex número dos de la Gürtel no solo había reconocido su participación en la trama de corrupción, “sino la de los demás acusados, aportando documentación que acreditaba su relato de confesión”. Anticorrupción resaltaba que esa colaboración la estaba manteniendo en el juicio que actualmente se celebra en la Audiencia Nacional por una de las piezas del sumario, la correspondiente a la trama valenciana y que sienta en el banquillo al expresidente de la Generalitat Francisco Camps y al propio Crespo.
Sin embargo, en el caso de Bárcenas, condenado a 29 años y un mes de prisión en la pieza principal del caso Gürtel, fue Instituciones Penitenciarias la que promovió la mejora de su situación penitenciaria. El pasado 20 de diciembre, Interior decidió que al exsenador del PP, aunque siguiera en segundo grado penitenciario, se le aplicase el artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario, lo que le permitió acceder a beneficios del tercer grado. Esto se tradujo en su traslado al CIS Victoria Kent y la posterior autorización para salir todos los días laborables desde las 7.30 hasta las 23.00, además de pasar los fines de semana y festivos en su domicilio. Interior le otorgó este beneficio después de que el extesorero justificase que iba a trabajar como contable para una empresa de su hijo Guillermo, músico y líder de la banda Taburete, y que se había registrado como voluntario en un comedor social regentado por una orden religiosa.
La Fiscalía recurrió la decisión de Interior al considerar que el ministerio había flexibilizado de manera excesiva el régimen de vida del extesorero del PP. El pasado 20 de febrero la jueza Jimeno dio la razón a Anticorrupción al considerar que, para cumplir con los programas de tratamiento y reinserción que seguía Bárcenas, no era necesaria “la concesión de salidas todos los fines de semana y festivos, como tampoco la concesión de 48 días de permiso propios del tercer grado”, beneficios que le retiró. Según detallan fuentes penitenciarias, el extesorero del PP sigue saliendo 15 horas al día de la cárcel para trabajar, pero los fines de semana debe acudir a dormir aunque hace salidas para colaborar en el comedor social.
Diálogos Restaurativos
En el tiempo que Bárcenas y Crespo han estado en la prisión de Soto del Real antes de pasar a la semilibertad, ambos siguieron un taller de Diálogos Restaurativos, un programa de reinserción que concluye con un encuentro entre el recluso y una víctima directa o simbólica para que le pidan perdón. Es el mismo taller penitenciario en el que participó en su día el exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato, condenado por el caso de las tarjetas black y al que el juez concedió la libertad condicional en febrero de 2021.
En el caso del extesorero del PP, en el mismo auto en el que ordenó recortar su régimen de salidas, la jueza planteó que siga ahora el Programa de Intervención en Delitos Económicos (Pideco), un plan de reeducación para condenados por corrupción puesto en marcha en las cárceles españolas en enero de 2021. Este es el programa que, por ejemplo. siguió Iñaki Urdangarin, tras el cual el marido de la infanta Cristina accedió a la libertad condicional en marzo del año pasado.
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