Jaime Sartorius, el compromiso con la justicia y la libertad
Desde la discreción, el dirigente del PCE y de IU fue un luchador contra la dictadura y una figura clave en la Transición
Jaime Sartorius (San Sebastián, 83 años), abogado y gran defensor de los derechos laborales y democráticos, falleció el pasado viernes. A menudo tan importante como recuperar la memoria histórica es no olvidar la memoria reciente. Y en esa memoria que abarca desde la lucha contra la dictadura hasta nuestros días, Jaime Sartorius fue un ejemplo. De compromiso, de firmeza y de tolerancia.
Sus actividades políticas empezaron en la Universidad en el año 1961 y fue miembro del PCE, que era ilegal, desde 1964. Trabajó como abogado laboralista para Comisiones Obreras y en la Asociación de Jóvenes Abogados. Participó en más de cien casos sobre procedimientos judiciales y sobre torturas a presos políticos. Fue detenido por la policía de la dictadura en numerosas ocasiones.
En 1977, cuando representó al PCE en la comisión parlamentaria que redactó la ley de amnistía, jugó un papel muy destacado para conseguir que tuviera una naturaleza muy abierta. Formó parte de la delegación del Partido Comunista que aprobó los Acuerdos de la Moncloa. Actuó como acusación particular en el procedimiento por los asesinatos del despacho laboralista de Atocha, en Madrid, perpetrado por extremistas de la derecha. Fue editor de la revista La Calle. En 1981 fue elegido para el Comité Central del PCE, aunque más tarde fue expulsado por sus esfuerzos para renovar el partido. Desde 1989, trabajó sucesivamente para Izquierda Unida, como miembro de su presidencia federal, y en el Partido Democrático de la Nueva Izquierda hasta su disolución.
Jaime Sartorius ha sido el ejemplo de un protagonismo político constante, determinante y discreto. Lo contrario justamente de la indignación de sofá, propia de la sociedad de la apariencia tan presente en nuestros días. Jaime representó un compromiso irrenunciable y permanente con la justicia y la libertad. Asumido desde la juventud en una España inhóspita, inclemente, arbitraria y despótica; en unos momentos en los que el compromiso acarreaba riesgo de vida y no aportaba beneficio alguno.
No es habitual ser un héroe desde la discreción. Ser un héroe modesto y anónimo. Un héroe prudente, un hombre excepcional.
Marcos Peña fue presidente del Consejo Económico y Social.
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