Albares: “La entrega de aviones de combate a Ucrania no está sobre la mesa”

Miércoles 22 de febrero. A primera hora de la mañana, el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, acude al aeropuerto de Barajas para tomar el avión a Nueva York, donde participará en una sesión especial de Naciones Unidas sobre la guerra de Ucrania. Bloqueado el Consejo de Seguridad, en el que se sienta Rusia, la Asamblea General se dispone a votar una nueva resolución de condena, pero son muchos los países que se abstienen (73 en noviembre, 32 este jueves) como si la guerra fuera cosa solo de los europeos. A punto de cumplirse un año de la invasión rusa, ni siquiera el General Invierno ha conseguido detener el parte diario de bombardeos y víctimas civiles. Nadie atisba el final de un horror que ha causado ya miles de muertos y millones de desplazados y ha convertido a la UE en retaguardia del conflicto más grave en suelo europeo desde la II Guerra Mundial.

Pregunta. ¿Cuándo se acabará esta guerra?

Respuesta. Por nosotros, acabaría hoy mismo y no habría empezado nunca. Es una guerra de agresión, injusta e injustificada, que existe por voluntad de un solo hombre, Vladímir Putin. Y su discurso del martes demuestra que mantiene el espíritu belicista. No pronunció ni una sola vez la palabra paz.

P. ¿Qué condiciones deben darse para un alto el fuego?

R. Todos queremos la paz, salvo el agresor, pero tiene que ser una paz basada en los principios de la Carta de Naciones Unidas. Las condiciones para la paz son muy sencillas: que las tropas rusas vuelvan a las fronteras de su país, de las que nunca debieron salir.

P. China prepara una propuesta de paz.

R. Cuando la veamos podremos opinar.

P. ¿Qué papel está jugando China?

R. Es una gran potencia y tiene un ascendiente sobre Rusia que todos esperamos emplee para lo que se espera de un miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, el órgano garante de la paz y la seguridad mundial.

P. ¿Deben entregarse aviones de combate a Kiev?

R. Eso no está encima de la mesa en este momento.

P. Zelenski los ha pedido expresa y reiteradamente.

R. No es algo que se esté barajando por ningún aliado.

P. España va a entregar seis tanques Leopard [Sánchez los aumentó este jueves a 10] ¿no es un poco escaso?

R. El compromiso de España con Ucrania está fuera de duda, en todos los ámbitos. Por supuesto, el del material militar, porque dárselo es permitir que defienda su integridad territorial y su soberanía. También estamos apoyando con el mayor paquete de ayuda humanitaria dado nunca por España a un solo país. El propio presidente viaja a Kiev para mostrar nuestro respaldo…

P. Pero son pocos Leopard. ¿Se debe a que parte del Gobierno no está de acuerdo en entregar armamento?

R. Hay carros de combate [en la ayuda española], pero también baterías antiaéreas, munición. No debemos hablar mucho del material militar. Cuánto, cuándo se va a entregar, por dónde va a entrar… Esto es una guerra real en la que los civiles son objetivo y creo que todos los miembros del Gobierno estamos unidos en querer que la paz vuelva a Ucrania cuanto antes.

P. A la vista de las cifras económicas de Rusia y la popularidad de Putin, las sanciones no parecen estar teniendo el efecto deseado.

R. No estoy de acuerdo. Todas las cifras reflejan una caída del PIB y de los ingresos por exportación de hidrocarburos. Claro que están teniendo efectos, pero son efectos a largo plazo que ya se están notando.

P. Rusia ha sorteado las sanciones desviando sus ventas hacia Extremo Oriente y el estrecho de Gibraltar, donde se realiza el trasvase de crudo entre buques, que juega un papel central. ¿No se puede hacer nada por evitarlo?

R. Quiero dejar claro que esas operaciones se producen en aguas internacionales. España está haciendo todo lo posible para que no haya ninguna diversión de las sanciones. Evidentemente, fuera de nuestras aguas jurisdiccionales es más difícil, pero se está avisando a las compañías [que prestan apoyo a esos buques].

P. Mantener la cohesión de los Veintisiete ante una guerra que se prolonga ¿es el gran reto de la presidencia española de la UE?

R. A lo largo de un año y nueve paquetes de sanciones, los europeos nos hemos mantenido unidos. Seguimos ampliando las sanciones y también hablamos de cerrar las fisuras para que no haya evasión. Más sanciones y mejor aplicadas. Sin duda, durante nuestra presidencia, uno de los grandes objetivos será mantener esa unidad.

P. Se ha propuesto que la Comisión realice compras conjuntas de munición para Ucrania, como hizo con las vacunas.

R. Nos parece una buena propuesta. Somos partidarios de hacer las cosas conjuntamente con nuestros socios. La unidad es la mejor respuesta que podemos dar a esta guerra. Y la más eficaz.

P. Muchos países se abstienen de condenar la invasión rusa en la Asamblea General de la ONU. ¿Se está perdiendo la batalla diplomática?

R. Estoy seguro de que habrá una mayoría muy amplia que condene claramente esta agresión y se evidenciará el aislamiento internacional de Rusia. Es muy importante que con el paso del tiempo no se distorsione la realidad: esta no es una guerra de Rusia contra Occidente, es una guerra unilateral de Putin contra el orden internacional y la Carta de Naciones Unidas.

P. ¿Estamos más cerca de una guerra nuclear tras la suspensión rusa del tratado New Start?

R. No hay que angustiar a los españoles. Estamos ante una guerra convencional a gran escala, en la que Rusia no distingue objetivos civiles de militares, pero no hay indicios de que vayamos a algo más que eso, que ya es muy grave.

P. Entre las regiones del mundo a las que ha dividido la guerra está América Latina. ¿Llevará España este asunto a la Cumbre Iberoamericana de marzo en Santo Domingo?

R. Será una cumbre muy importante, la primera presencial tras la pandemia, y es imposible no abordar todo aquello que afecta a los países iberoamericanos, [quizá] no tanto la crisis de seguridad alimentaria como la escasez de fertilizantes. A ambos lados del Atlántico estamos comprometidos con la paz mundial y de todo eso se hablará.

P. ¿Ha llegado el momento de aplicar la cláusula democrática iberoamericana y suspender la asistencia de Nicaragua?

R. No es algo que vaya a decidir España, es algo que tenemos que tratar todos los iberoamericanos. La posición de España sobre Nicaragua está fuera de toda duda: la última decisión ha sido ofrecer la nacionalidad [a los 222 expresos políticos y a los 94 exiliados]…

P. ¿Eso no le hace el juego a Daniel Ortega?

R. Cuando tuvimos noticia de que se les convertía en apátridas [a los opositores] no podíamos permitirlo. No se hace el juego porque la medida [de quitarles la nacionalidad nicaragüense] ya estaba tomada.

P. ¿Cuántos se han acogido a la oferta?

R. Varias decenas han expresado su voluntad de hacerlo, están iniciando los trámites…La acogida ha sido totalmente positiva. Le dije a Sergio Ramírez que la medida no era solo para los 222, sino para el grupo subsiguiente y cualquier otro que se vea afectado por esta pena infame. Creo que han sentido la solidaridad y hermandad de España.

P. Durante la pasada cumbre de Rabat [en la que Mohamed VI no recibió a Pedro Sánchez], la Casa Real marroquí anunció una “muy próxima” visita oficial del presidente español. ¿Cómo de próxima?

R. Es una invitación del rey de Marruecos, son ellos quienes deben dar las fechas.

P. En el comunicado de la cumbre se decía que se había pactado un calendario para abrir las aduanas de Ceuta y Melilla. Más allá de la prueba piloto del pasado 27 de enero, ¿cuándo se producirá la apertura?, ¿antes de la visita de Sánchez?

R. Hay un calendario de fechas pero no lo anunciamos, y estamos de acuerdo las dos partes y también los presidentes de Ceuta y Melilla, con los que me reuní la semana pasada, porque queremos que sea una apertura gradual y ordenada, no queremos volver a escenas del pasado, avalanchas, comercio atípico, pero por supuesto habrá muy pronto nuevos pasos graduales hasta la apertura definitiva.

P. La nueva relación con Marruecos ¿está consolidada?, ¿puede cambiar si cambia el Gobierno en España?

R. Vivimos uno de los mejores momentos de la relación con Marruecos. Todos los presidentes y los ministros de Exteriores de la democracia han dicho que Marruecos es la primera prioridad de la política exterior española. Sin embargo, veo que, desde que el señor Feijóo está al frente del PP, se está produciendo un peligrosísimo giro deslizándose hacia posiciones antimarroquíes, una vuelta al pasado, a los choques como el de Perejil. Yo creo que es un enorme error, que no va en interés de España. Llevarnos bien con Marruecos es una política de Estado.

P. Se va a cumplir un año de que Argelia retiró a su embajador y se mantiene el bloqueo a las exportaciones españolas…

R. Con Argelia, como con los demás países, queremos una relación basada en la amistad, el respeto, el beneficio mutuo y la no injerencia. La mano de España está tendida desde el primer minuto, pero también tenemos que defender a nuestras empresas y, cada vez que detectamos operaciones comerciales bloqueadas, lo trasladamos a Bruselas, porque la política comercial está en manos de la UE y es única.

P. No parece que la Comisión Europea haya hecho nada de momento.

R. El representante de la política comercial de la UE [Denis Redonnet] ha visitado Castellón para analizar la situación [con las empresas].

P. España presentó en noviembre una propuesta sobre el nuevo estatuto de Gibraltar en la UE, pero el acuerdo sigue sin cerrarse…

R. Cada día que pasa sin que el Reino Unido conteste a esa oferta se retrasa el que pueda crearse una zona de prosperidad compartida entre Gibraltar y el Campo de Gibraltar. España ha presentado esa oferta y el Reino Unido, no aceptándola, lo único que hace es retrasarlo. [Pero] sí hay avances. Veo un espíritu constructivo de parte de las autoridades británicas y estamos muy muy cerca del acuerdo.

P. ¿Se puede dejar el aeropuerto, que ya en el pasado hizo fracasar la negociación, al margen del acuerdo?

R. El uso conjunto del aeropuerto es necesario para que creemos esa zona de prosperidad compartida.