Detenido un empresario por ayudar a un magnate ruso sancionado a conservar su megayate en Palma
Estados Unidos acusa Richard Masters de incumplir las sanciones impuestas a Rusia. El arrestado cambió el nombre de la embarcación de ‘Tango’ a ‘Fanta’
La Guardia Civil ha detenido, a petición del FBI, al ciudadano británico Richard Masters, acusado de haber vulnerado las sanciones impuestas a Rusia como consecuencia de la guerra de Ucrania, por haber ayudado al oligarca Víktor Vekselberg a conservar y disfrutar el megayate Tango, amarrado junto al Club Náutico de Palma. El arrestado, quien dispone de una conocida empresa de gestión de yates de lujo en Palma, supuestamente cometió delitos de “fraude y blanqueo de capitales” y está investigado por maniobrar para ocultar la verdadera propiedad de la embarcación, valorada en 83 millones de euros, para que la familia del magnate ruso de las comunicaciones y la energía pudiese seguir gozándolo y para que el detenido siguiese cobrando. Los investigadores calculan que el detenido y su empresa ganaron más de 800.000 euros por la administración del yate, al que le puso un nombre falso en la documentación de su empresa. Lo llamó Fanta.
Estados Unidos incluyó el pasado 11 de marzo en su lista de sancionados al oligarca ruso Víktor Vekselberg, propietario del grupo Renova, un conglomerado con intereses en diferentes sectores como el del aluminio, la energía o las telecomunicaciones. Estados Unidos ya sancionó en abril de 2018 al conglomerado ruso, inmovilizando más de 1.500 millones de euros en activos para castigar al Kremlin por su presunta injerencia en las elecciones estadounidenses de 2016. Como consecuencia de ello, en abril, el barco fue registrado por guardias civiles y agentes del FBI, donde se incautaron de documentación para intentar aclarar la verdadera propiedad del buque.
El departamento de Justicia de Estados Unidos considera que el arrestado “ideó un plan para usar un nombre falso para el yate, Fanta, a fin de ocultar a las instituciones financieras que los pagos en dólares estadounidenses eran, en última instancia, para beneficio de [la embarcación] Tango y Vekselberg”, según recoge un comunicado de este organismo. El empresario también está acusado de asesorar y permitir que los empleados del barco continuaran haciendo negocios con numerosas empresas estadounidenses, utilizando varias soluciones para evitar sanciones, como pagos en otras monedas o a través de terceros. Entre los suministros contratados citan servicios de Internet, pronósticos del tiempo, artículos de lujo, sistemas informáticos, o programas de teleconferencia, todos suministrados por empresas estadounidenses y que, según la investigación, permitieron que la embarcación siguiera funcionando como un bien de lujo a disposición del magnate con “cientos de miles de dólares estadounidenses obtenidos ilegalmente”.
Ahora, las autoridades de Estados Unidos acusan a Masters de los delitos de fraude, y de “infracción a la Ley de Facultades Económicas Internacionales de Emergencia de los EE UU y blanqueo de capitales”, la norma por la que se han impuesto las sanciones a personas físicas y jurídicas de origen ruso. El ciudadano británico, que fue detenido en el aeropuerto de Barajas (Madrid) y ya está en libertad con medidas cautelares, supuestamente siguió operando con el megayate Tango, a sabiendas de que pertenecía a Vekselberg y que sobre él pende “una prohibición de operación en mercados y con entidades financieras y mercantiles estadounidenses”.
El FBI piensa que Richard M. prestó servicios “orientados a satisfacer las necesidades personales del propietario y usuarios del yate con conocimiento de la existencia de las sanciones y prohibiciones”. Incluso, asegura la Guardia Civil en una nota de prensa, “designó al yate con un seudónimo para no levantar sospechas”, de forma que donde debía poner Tango se le denominaba Fanta.
De esta manera, proporcionó servicios y bienes al propio yate, a su propietario y sus usuarios (fundamentalmente su familia), por un valor de 485.149,03 dólares americanos, según las autoridades estadounidenses, unos datos de los que se hace eco la Guardia Civil. Esta calcula que la empresa del arrestado (Master Yachts Consultancy) ganó unos 800.000 euros con la administración del yate. La Audiencia Nacional dejó el domingo en libertad a Masters, aunque le retiró el pasaporte como media cautelar mientras se dirime su extradición a Estados Unidos. Las autoridades norteamericanas también han reclamado la detención del empresario Vladislav Osipov, de 51 años, también por esta operación, denominada Magnolia.
Vekselberg es un magnate del aluminio y es el cuarto hombre más rico, según la revista Forbes, con 9.300 millones de euros. El megayate Tango, valorado en unos 83 millones de euros, fondea en Palma. Se trata de una embarcación de 78 metros de eslora con capacidad para albergar a 36 personas, entre tripulación e invitados, ya que cuenta con 18 camarotes. Fue construido en el año 2011 por los astilleros Feadship. El coste de mantenimiento anual supera los 10 millones de euros y está abanderado en las islas Cook, situadas en el océano Pacífico Sur, entre Hawái y Nueva Zelanda. Allí figura registrado a nombre de una sociedad radicada en las Islas Vírgenes Británicas, que a su vez está administrada por sociedades de Panamá, todo ello siguiendo una compleja trama financiera y societaria para ocultar la verdadera titularidad real dueño.
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