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Sánchez lleva a Davos la tensión con Vox y pide a la derecha europea que no pacte con la ultraderecha

El presidente del Gobierno lanza un mensaje a las élites económicas globales en el foro que las reúne cada año: “Las grandes multinacionales siguen creciendo en beneficios a costa de otros”

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este martes en el Foro de Davos (Suiza).Foto: GIAN EHRENZELLER (EFE) | Vídeo: EPV
Carlos E. Cué

No los citó expresamente en ningún momento, pero era muy evidente que estaba hablando de ellos. Pedro Sánchez ha llevado a la sala principal de la cumbre de Davos (Suiza), en la que se dan los grandes discursos de los líderes, el debate en España sobre la decisión del PP de dar entrada a Vox en el Gobierno de Castilla y León y posiblemente en otros muchos locales a partir de junio, con el horizonte de las generales de finales de año y una posible coalición PP-Vox en La Moncloa encima de la mesa. Después de lanzar críticas muy duras a Vladímir Putin no solo por la guerra de Ucrania, sino por su intención de destruir a las democracias occidentales desde dentro, el presidente sentenció: “No debemos olvidar que Putin no está solo. Tienen muchos aliados en Europa, que ahora ocultan sus conexiones con Putin, pero hace solo un año viajaban allí y le apoyaban. Tenemos que impedir que estas fuerzas políticas lleguen a las instituciones y destruyan la UE desde dentro. La amenaza es muy real. Especialmente en los países en que estas fuerzas de ultraderecha tienen el apoyo de los grandes partidos conservadores, que les están abriendo las puertas del Gobierno”.

El jefe del Gobierno español hizo una reflexión general, que podría valer para otros países europeos donde la ultraderecha está logrando una gran fuerza, pero de sus palabras y del contexto en el que se producen parece muy claro que tenía a Vox en la cabeza, aunque no quiso ser tan claro cuando el presidente del World Economic Forum, el exministro noruego de Relaciones Exteriores Borge Brende le pidió ejemplos. Eso sí, aseguró que los demócratas europeos combatirán a la ultraderecha “con la misma determinación con la que los ucranianos combaten a los soldados rusos, aunque con armas diferentes: la democracia, la transparencia y políticas eficaces”.


Sánchez cree que para encontrar la explicación del éxito de la ultraderecha en muchos países occidentales hay que pensar en un sistema económico que está aumentando la desigualdad y que no da respuesta a las clases medias trabajadoras. “Nuestra lucha no es solo contra Putin o la crisis energética. También luchamos contra el miedo, la desconfianza, el egoísmo, la xenofobia y el desastre ambiental. Y el resultado definirá la vida en Occidente y el resto del mundo por décadas”, planteó. Pero sobre todo el presidente español aprovechó que estaba en Davos, donde se concentran las élites económicas mundiales —aunque la sala este año estaba especialmente poco concurrida y algunos de los principales empresarios españoles que suelen acudir y que se habían reunido con él unas horas antes no hicieron acto de presencia, especialmente Ignacio Sánchez Galán, que lo ha plantado dos veces en el mismo día— para lanzarles un mensaje sobre su propia responsabilidad como ultrarricos o responsables de las empresas que más dinero ganan el mundo.

“En la mayoría de los países occidentales, la desigualdad está creciendo y el ascensor social se ha parado. Nuestros ciudadanos están perdiendo poder adquisitivo. Luchan para encontrar un trabajo decente, comprar una buena vivienda, darle buena educación a sus hijos. Y mientras, el número de multimillonarios sigue creciendo, y las grandes multinacionales siguen creciendo en beneficios a costa de otros. ¿Cómo podemos pedir a nuestros ciudadanos que aguanten un poco más la inflación, cuando algunas compañías pagan cero en impuestos gracias a los paraísos fiscales? Les estoy pidiendo a ustedes, élites globales, que nos ayuden a cambiar la situación. Muchos de ustedes vienen de la clase media. Son líderes democráticamente elegidos o hicieron su fortuna con trabajo duro. Y por eso saben que el sistema no es justo. Que está lleno de injusticias. Es tiempo de arreglarlo”, clamó. En la parte de los impuestos, Sánchez no parecía referirse a las empresas del Ibex 35 con las que antes se había encontrado en privado, sino más bien a las multinacionales tecnológicas que logran no pagar prácticamente ningún impuesto en España al imputar sus ingresos a otros lugares. En alguna ocasión Sánchez ha citado a algunas por su nombre, por ejemplo Netflix.

Pedro Sánchez, este martes, durante su intervención en Davos.Foto: ARND WIEGMANN (REUTERS) | Vídeo: EPV

Sánchez se ha presentado así en Davos como un líder socialdemócrata que está convencido de que la única manera de frenar a la ultraderecha es con más justicia social y haciendo que la democracia y el sistema económico funcione mejor en los países occidentales y sea más justo. El presidente presenta a España y a su Gobierno de coalición como un referente en la defensa del multilateralismo y las políticas contra el cambio climático, a pesar de las resistencias y la ola de nacionalismo que recorre el mundo. “La mejor manera de asegurarse que Putin y sus aliados no tienen éxito en su intento de destruir los principios que han marcado el orden internacional desde el final de la guerra fría es redoblar nuestro apoyo a esos principios. Y por eso España mantendrá su apoyo al multilateralismo. Mi país y mi Gobierno estarán en primera línea con los países que luchan por un mundo dirigido por la colaboración y la responsabilidad medioambiental”, remató el presidente.

Sánchez y su equipo se van de Davos este miércoles muy satisfechos porque creen que con el trabajo de cinco años de asistencia ininterrumpida y sobre todo las decenas de reuniones que ha protagonizado el presidente en este tiempo se ha ido logrando una imagen de España y de su Gobierno muy positiva en este ambiente de la élite económica mundial. La apuesta de Sánchez desde el primer día por la transición ecológica -tanto que nombró así a un ministerio que luego convirtió en vicepresidencia- y las energías renovables está dando ahora sus frutos, señala el equipo de Sánchez, y en las reuniones con los máximos directivos de grandes compañías y de dos de los mayores fondos de inversión del mundo -BlackRock y Mubadala- se ve un interés creciente por invertir en España especialmente en la llamada “economía verde”. Además Sánchez ha encontrado mucho interés por la agenda del semestre en el que España presidirá la UE -el segundo de este año- porque todas las empresas están pendientes de la respuesta europea al enorme plan de subvenciones de EEUU de hasta 400.000 millones de euros para energía verde. Europa tiene que lanzar un plan similar si no quiere que las inversiones en este sector se vayan todas a EEUU, y Sánchez cree que España puede tener ahí un papel relevante.

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