Robles recibe a dos centenares de soldados ucranios que llegan a España para una instrucción militar

Tras la primera tanda de un centenar soldados ucranios que recibieron formación militar en el Toledo Training Command (TTC) a finales del año pasado, una segunda remesa de 225 combatientes de la misma nacionalidad han llegado en la noche de este jueves a la base áerea de Torrejón de Ardoz (Madrid) para seguir los pasos de sus compatriotas en España. La mayoría son civiles sin experiencia militar previa que han sido recibidos por la ministra de Defensa, Margarita Robles, al pie del avión. Después, les ha dedicado un discurso de bienvenida en el que ha destacado: “Ustedes no solo están defendiendo a su país y a sus familias, sino a todos los que creemos en la paz”. Unos irán destinados a las instalaciones de Los Alijares, base del TTC, y otros tendrán destino en la base de El Copero, en la localidad sevillana de Dos Hermanas.

Durante el recibimiento a los combatientes que han aterrizado en un Airbus 330 del Ejército del Aire a las nueve de la noche procedente de Polonia, la ministra ha estado acompañada del Jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), Teodoro López Calderón, y del embajador de Ucrania en España, Serhii Pohoreltsev. Robles también ha anunciado que el próximo sábado está previsto que llegue a España un nuevo grupo de militares ucranios heridos para ser atendidos en hospitales militares españoles. De los 225 ucranios que recibirán formación militar con medios españoles, 198 son civiles que no tienen experiencia en la materia y fueron movilizados por su país para combatir tras la invasión rusa de la que está a punto de cumplirse un año. La otra veintena de militares participarán en un curso básico de aprendizaje del sistema antiaéreo Hawk, del que España ha donado lanzadores a Ucrania. Esta formación se desarrollará en las instalaciones del regimiento de Artillería Antiaérea de El Copero.

La iniciativa se encuadra en el marco de la misión europea de apoyo a Ucrania. EL PAÍS acompañó a 64 integrantes de un grupo de combatientes que recibieron formación a finales del año pasado en el TTC de Los Alijares. Durante cinco semanas, desarrollaron jornadas intensivas de 10 horas diarias, seis días y medio a la semana, más alguna salida al campo de 24 horas; y el escaso tiempo libre que les quedaba lo emplearon en comunicarse, desde un locutorio con wifi, con sus familiares, que siguen bajo las bombas rusas. Transcurrida la formación, regresaron al frente de batalla en su país.