Divorcio amistoso en País Vasco: Galdakao festeja la independencia de la sexta parte de sus vecinos
La localidad de Usansolo aprobó en referéndum segregarse de este Ayuntamiento gobernado por Bildu, pero la separación está a expensas de un posible recurso de la Abogacía del Estado
El ayuntamiento vasco de Galdakao festeja estos días por todo lo alto un divorcio vecinal amistoso. La localidad de Usansolo está a punto de convertirse en un municipio independiente. Sería el 113 de Bizkaia y el 252 del País Vasco. Las Juntas Generales (Parlamento provincial) del territorio aprobaron el pasado miércoles la separación de Usansolo del Ayuntamiento de Galdakao, con alcalde de EH Bildu. Los vecinos lo celebraron con lanzamiento de fuegos de artificio, una chocolatada popular, sesiones de baile, haciendo sonar bocinas... La alegría por este “acontecimiento histórico” solo puede verse empañada si la Abogacía del Estado recurre la segregación. Tiene 20 días para hacerlo.
En Usansolo viven unas 4.500 personas. Hace más de tres décadas surgió un movimiento popular a favor de la separación de Galdakao (29.300 habitantes), aunque el proceso administrativo no arrancó hasta 2011. En marzo de este año se celebró una consulta popular en este núcleo, en la que participaron el 63,2% de los residentes de Usansolo y que arrojó una mayoría aplastante por la independencia: 1.877 votos (el 81%) a favor de la separación, frente a los 329 que preferían mantener la unidad. Un estudio técnico encargado por la Diputación vizcaína determinó que ambos territorios serían administrativa y económicamente viables si funcionan de modo independiente.
Javier Aurrekoetxea es vecino de Usansolo: “Cuando nos preguntan de dónde somos, siempre decimos: ‘De Usansolo’. Hay un sentimiento de pertenencia que viene de hace muchos años. Vivimos a algo más de dos kilómetros del centro de Galdakao y hemos estado un poco abandonados”. Hace casi 40 años surgió el colectivo Unión del Pueblo de Usansolo y en 1988 se activó el proceso de divorcio, pero este no pudo cristalizar hasta hace una década aproximadamente: “Mientras el PNV ha estado al frente del Ayuntamiento de Galdakao no han puesto facilidades. Todo se desatascó en esta legislatura”. Tras las elecciones de 2019, EH Bildu, Usansolo Herria, Auzoak y Podemos acordaron aliarse para desbancar al PNV de la alcaldía y decidieron atender la reivindicación de los vecinos de Usansolo con la creación de una comisión mixta formada por representantes de Galdakao, Usansolo y la Diputación vizcaina.
El alcalde de Galdakao, Iñigo Hernando (EH Bildu), ha defendido durante todo este procedimiento “el cumplimiento de la voluntad popular”. “Hemos cumplido nuestra palabra cuando dijimos que la decisión final corresponde a los vecinos de Usansolo”, declara a este diario. La izquierda abertzale y Podemos siempre se han declarado a favor de permitir la segregación de Usansolo. El PNV y el PP han mantenido una posición más distante y solo los socialistas vascos se han opuesto a la división. En la votación definitiva en las Juntas Generales, los representantes del PNV, EH Bildu y Podemos apoyaron la desanexión, el PP se abstuvo y el PSE-EE votó en contra.
El acuerdo de segregación debe publicarse en el Boletín Oficial del País Vasco (BOPV) para que surta efectos legales. En ese momento se creará una gestora municipal, formada por 11 representantes políticos (ocho de la plataforma Usansolo Herria, dos del PNV y uno de EH Bildu), que asumirá la administración del nuevo término municipal de Usansolo. Este equipo será el encargado de liderar el proceso de constitución del nuevo ayuntamiento. Solo la justicia podría impedir este proceso.
La ley de Rajoy que deja en el aire el proceso
La Norma Foral 9/2012 de Demarcaciones Territoriales de Bizkaia establece que para producirse una segregación, tanto el nuevo municipio como el original deberán tener una población de al menos 2.500 habitantes y que ambos deberán ser financieramente sostenibles y contar con recursos suficientes para el cumplimiento de las competencias municipales. Sin embargo, la legislación estatal marca unos requisitos más exigentes. Desde 2013, tras la aprobación de la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local, con el PP en el Gobierno bajo la presidencia de Mariano Rajoy, las condiciones para segregarse se restringieron, de forma que los pueblos han de albergar ahora al menos a 5.000 habitantes para poder independizarse, además de justificar su solvencia económica.
A la vista de las declaraciones que ha realizado el líder de los socialistas vascos, Eneko Andueza, el futuro de Usansolo quedará en manos de los tribunales: “Siempre hemos sido un partido que respeta muchísimo la legalidad, y aunque la voluntad de los vecinos pueda ser una, entendemos que la legalidad es una de las bases de la democracia, y el Partido Socialista no va a ir por otros derroteros, como hemos hecho históricamente y en otras desanexiones”. En cambio, la izquierda soberanista ha bendecido la segregación y su máximo referente, Arnaldo Otegi, ha aprovechado para apuntarse un tanto con este mensaje en las redes sociales: “Se cumple la reivindicación histórica de los y las vecinas de Usansolo. El alcalde Iñigo Hernando se comprometió a respetar la palabra de los y las usansolotarras tras su llegada al gobierno de Galdakao. Dicho y hecho, EH Bildu cumple su palabra”.
El Tribunal Supremo anuló en 2020 un acuerdo de la Diputación guipuzcoana que en 2015 daba luz verde a Itsaso (menos de 200 vecinos) para constituirse como pueblo y romper con Ezkio. Estos dos núcleos rurales quedaron unidos en 1964 por un decreto firmado por Franco. En cambio, en el País Vasco sí han prosperado otras divisiones, como Iurreta de Durango y Alonsotegi de Barakaldo, entre otras. Según datos recopilados por EL PAÍS en diciembre de 2021, más de 120 pueblos se han segregado de otro municipio matriz en España desde 1977.
Hernando afirma que la independencia de Usansolo “responde a un sentimiento de pertenencia que viene de toda la vida”. “Yo tengo 35 años y desde que nací siempre he convivido con la reivindicación de Usansolo”, afirma. Y añade: “Esta situación se vive con absoluta normalidad, sin enfrentamientos”. “Todo lo que hemos hecho en Galdakao ha sido jurídica y administrativamente correcto. Desconocemos si el Estado recurrirá la decisión de las Juntas de Bizkaia”, afirma el regidor.
En Usansolo hay escuelas públicas, ambulatorio médico, polideportivo... Y está proyectado que llegue la línea de Metro Bilbao. En su término se encuentra el Hospital de Galdakao. Estudios realizados proyectan que su población superará en 2025 los 5.000 habitantes, el límite que establece la legislación estatal para poder ser pueblo. El regidor explica que de un saldo de cuatro millones de euros entre ingresos corrientes y gastos, 800.000 euros corresponderían al futuro municipio segregado. El reparto del remanente de tesorería municipal se haría de forma proporcional, de tal modo que una sexta parte de ese dinero iría para las arcas locales de Usansolo. “Ahora nos toca la batalla más interesante: construir un pueblo, con su ayuntamiento. No queremos hacerlo de cualquier manera, sino al servicio de la gente. Si el Estado lo impugna, volveremos a la carga”, advierte Aurrekoetxea, vecino de Usansolo.
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