Ximo Puig, presidente de la Comunidad Valenciana: “Cada uno tiene su responsabilidad y en ningún caso planteamos políticas fiscales contra el Gobierno”
El líder socialista valenciano se muestra conciliador tras ser el protagonista político de la semana al anunciar una reforma fiscal que generó un fuerte malestar en el Ejecutivo
El presidente valenciano, Ximo Puig (Morella, 63 años), ha sido el protagonista político de la semana en España tras anunciar el pasado martes que la Generalitat Valenciana reducirá el IRPF de las rentas inferiores a 60.000 euros brutos anuales para paliar los efectos de la inflación. El anuncio generó un fuerte malestar en el Gobierno, presidido por el también socialista Pedro Sánchez, al considerar que rompía con su estrategia y daba alas a las propuestas fiscales del PP. El jueves, el Ejecutivo presentó una rebaja para rentas de hasta 21.000 euros y un impuesto para las grandes fortunas. Puig se muestra conciliador, esquiva la polémica y afirma que su posición está alineada con la del Gobierno, en una entrevista concertada antes de la controversia, con motivo de las celebraciones del Día de la Comunidad Valenciana, el 9 de octubre, y del 40 aniversario del Estatut d’Autonomía. La conversación se mantuvo el viernes por teléfono debido a problemas de agenda.
Pregunta. ¿Cómo se encuentra tras el impacto de las críticas?
Respuesta. Ha sido una semana muy intensa: el debate de política general en Les Corts, el viaje a Bolonia con los empresarios de la cerámica, La Toja... En el debate planteamos dos cuestiones fundamentales: cómo podemos combatir la inflación en la medida de nuestras posibilidades y marcar una vía de futuro. No me gustan las polémicas ni he intentado polemizar en absoluto.
P. ¿Quiere decir que no esperaba el malestar del Gobierno?
R. Hay que hacer siempre esfuerzos para intentar entender a los demás. Pero nuestra posición está alineada con el pensamiento socialdemócrata y con la acción del Gobierno de España. Hay una coincidencia clara en que el objetivo es la justicia fiscal para conseguir la justicia social.
P. ¿Hubiera procedido del mismo modo de conocer las reacciones? ¿Se adelantó al Gobierno?
R. Nuestra agenda es clara. Tomamos esta decisión y lo anuncié el 3 de septiembre. De lo que se trata es de hacer política social con un instrumento fiscal. Hace más de seis meses ya aprobamos rebajas del 10% en todos los precios públicos y tasas, y toda una serie de medidas...
P. Pero no informaron previamente al Gobierno de esta última reforma, ¿no?
R. Hubo unas conversaciones, pero cada uno tiene su responsabilidad y nosotros en ningún caso planteamos políticas fiscales contra el Gobierno. Tenemos el espacio competencial, la fiscalidad, que es muy reducido, y en ese espacio hemos actuado, pero haciendo política social. En la Comunidad Valenciana veníamos del sistema impositivo con mayor regresividad fiscal de España por los gobiernos del PP. En 2017 hicimos una reforma muy importante porque teníamos a mayor renta, menos tipos, y lo cambiamos.
P. ¿Las presiones fueron muy fuertes para frenar su anuncio?
R. No voy a entrar en esa cuestión, porque no contribuye a nada. En una política democrática siempre tiene que haber un espacio de debate y discusión y eso es legítimo, que haya una divergencia de posiciones en momentos coyunturales. Pero más allá de alguna diferencia coyuntural que pueda haber, hay muchísimas más coincidencias estructurales.
P. Le han acusado de hacer el juego PP, cuyo presidente, Alberto Núñez Feijóo, ha inscrito su reforma en la línea de sus propuestas.
R. Es diametralmente opuesta. No quitamos el Impuesto del Patrimonio, sino que afianzamos la progresividad. Nuestra reforma solo afecta a las rentas más bajas y medias. Es obvio que no tiene nada que ver con lo que plantea la derecha, que es un desarme fiscal y un ataque al estado del bienestar.
P. ¿No es electoralista tomar esta medida, a siete meses de los comicios autonómicos?
R. En absoluto, ¿es electoralista lo que hicimos en 2017? Es adecuar un proyecto de gobierno a las necesidades de los principios que tienen que ver con la igualdad de oportunidades.
P. Pero hace una semana afirmó que habría que penalizar en el sistema de financiación a las regiones que rebajen impuestos.
R. Lo que dije es que el esfuerzo fiscal debería computar en la definición del sistema de financiación, aunque ya se hace en parte, como un indicador más. Es muy correcto por parte del Gobierno que aquellos impuestos que tienden a la deslocalización en una unidad de mercado se vayan armonizando, como hace Europa, como ha dicho el G-20 con respecto al Impuesto de Sociedades. La cohesión de España tiene que basarse en una cohesión energética y fiscal. Defiendo la corresponsabilidad, pero debe haber un ámbito armonizado.
P. Entonces, ¿bajar impuestos es de izquierdas, como afirmó José Luis Rodríguez Zapatero?
R. Aportar más o menos tiene que ver a mi parecer con el reequilibrio y, por tanto, con la justicia social. En nuestro caso hace falta una actualización de la fiscalidad en profundidad desde el punto de vista de las grandes corporaciones y de personas con muchos recursos no aportan lo que corresponde. Han cambiado las condiciones, vemos el peso de las tecnológicas, de empresas que circulan al margen del sistema fiscal... Pero en España, si no nos ponemos de acuerdo para reformar del sistema de financiación autonómico, caducado desde 2014, ni para la renovación del CGPJ, pues es muy difícil llegar a esos pactos, pero son exigibles.
P. El Gobierno ha incumplido la reforma de ese sistema, una de las principales asignaturas pendientes en la Comunidad Valenciana, la peor financiada de España...
R. En este tiempo, ha habido una sensibilidad que no habíamos tenido con otros gobiernos españoles. Hemos tenido más recursos que nunca, pero hay que buscar un esquema claro y definido respeto al modelo, a la fiscalidad y la financiación, como todos los estados federales. Tras estos 40 años de autogobierno autonómico es necesario fijar unas bases. Se necesitan más espacios de cooperación y corresponsabilidad. Y Sánchez ha dado un paso importante con la cogobernanza.
P. ¿Cómo valora esos 40 años de autogobierno?
R. El autogobierno es una pieza clave del desarrollo económico y social de la Comunidad Valenciana. Ha sido capaz de generar una sociedad más cohesionada y fuerte, en todos los indicadores económicos y sociales se ha avanzado. Es cierto que tenemos algunos déficits importantes, algunos desconocidos en España, con casi 12 puntos por debajo de la renta per cápita. Eso del Levante feliz no existe, pero ha habido avances inmensos en el Estado social, en la educación, en la sanidad, en los servicios sociales, en la política industrial... El autogobierno ha sido clave, por ejemplo, en la futura implantación de la gigafactoría de Volkswagen en Sagunto [Valencia], con el apoyo del Gobierno. Al principio, no estábamos en esa ecuación. El estado autonómico es el que más se parece a la España real.
P. ¿Ha hablado con el presidente Sánchez en esta intensa semana?
R. Intento molestar lo menos posible. Hablo con el presidente y tengo una buena sintonía y creo que está haciendo un gran esfuerzo por este país.
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