Moreno advierte de que planteará “todas las batallas posibles” para defender la autonomía fiscal de Andalucía
El presidente de la Junta logra el control absoluto de las direcciones provinciales del PP tras el congreso extraordinario de Sevilla
La decisión del Gobierno central de aprobar un impuesto a las grandes fortunas ha colocado en posición de defensa a la Junta de Andalucía. Aún habrá que esperar a que se apruebe la ley con las nuevas medidas fiscales anunciada la semana pasada por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, pero el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, ha afirmado este domingo que su Gobierno “dará todas las batallas posibles” para defender la autonomía fiscal de la comunidad. Desde la Junta entienden que la propuesta del Gobierno desactiva en gran medida el decreto ley convalidado el pasado miércoles por el Parlamento autonómico de bonificar al 100% el impuesto de patrimonio, una decisión que afecta solo al 0,2% de los contribuyentes, los más ricos, y representa apenas el 0,6% de los ingresos de la comunidad.
Moreno está abanderando no solo una posición de Andalucía, sino también la del PP nacional en su carrera por la meta final: ganar las próximas elecciones generales y lograr que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, sustituya a Pedro Sánchez en la presidencia del Gobierno. En cierto sentido, lo que está haciendo Moreno, asumir en primera persona la responsabilidad de que el PP recupere el Gobierno de la nación, ya lo hicieron los socialistas andaluces cuando en 1996 el PSOE de Felipe González perdió las elecciones. En esa época, la Junta presida por Manuel Chaves puso en marcha medidas para contrarrestar las políticas de José María Aznar, como el complemento de las pensiones no contributivas o el pago de medicamentos excluidos por la Seguridad Social. Se presentaron recursos por parte del PP al Tribunal Constitucional. El alto tribunal dio la razón a la Junta.
El barón andaluz acaba de ganar las elecciones autonómicas con mayoría absoluta —el pasado 19 de junio— y según él se está limitando a cumplir con el programa electoral refrendado por la mayoría de los electorales. “Brujería es cumplir los acuerdos”, ha replicado Moreno a la crítica que Pedro Sánchez hizo este sábado en el Foro La Toja contra “los brujos que proclaman que el dinero está mejor en el bolsillo de los ciudadanos”. Tanto Moreno como el coordinador nacional del PP y exconsejero de la Presidencia, Elías Bendodo, han aprovechado la clausura del congreso extraordinario del PP de Sevilla para afirmar que una cosa es lo que propone Sánchez y otra, los socialistas. “Muchos socialistas me dicen que no están de acuerdo con la reacción del sanchismo”, ha dicho el presidente andaluz. “El socialismo se está rebelando contra el sanchismo”, ha proclamado Bendodo, en alusión al anuncio de comunidades gobernadas por el PSOE de bajar impuestos tras la decisión de Andalucía.
Moreno ha acusado a la ministra de Hacienda de crear incertidumbre entre los residentes extranjeros en Andalucía con su propuesta de crear un nuevo impuesto “de solidaridad” a los contribuyentes más ricos. Según los datos del presidente andaluz, para los 100.000 extranjeros que ahora pasan entre dos y seis meses en la comunidad y que por información de los “despachos” podrían fijar su residencia fiscal en la comunidad, la decisión de Hacienda genera inseguridad.
Relevo en Sevilla
El presidente de la Junta también estuvo en La Toja antes de clausurar los congresos extraordinarios del PP de Málaga, el sábado, y este domingo, el de Sevilla. Estos cónclaves suponen el control absoluto de Moreno sobre las organizaciones provinciales. El de Málaga ha supuesto la salida de Bendodo de la presidencia provincial tras 14 años, obligada por su ascenso como coordinador nacional el PP. Los malagueños han apostado por un relevo natural —la nueva presidenta, Patricia Navarro, era la secretaria general—; mientras que, en Sevilla, se ha intentado poner punto final a años de luchas internas.
Cuando Moreno ganó las andaluzas del 19 de junio, llegó a un acuerdo con la presidenta del PP de Sevilla, Virginia Pérez, para provocar un congreso extraordinario. Pérez fue elegida en marzo de 2021 con el 93% de los votos, en un congreso convocado en contra de la opinión de Moreno y avalado por la dirección nacional que entonces lideraban Pablo Casado y Teodoro García Egea. El resultado, en un proceso plagado de denuncias por irregularidades, abrió una brecha de desconfianza entre el líder nacional y el andaluz, quien dejó patente su malestar al no asistir a la clausura.
El resultado electoral andaluz ha dejado claro dónde y quién está en el puente de mando y los populares sevillanos eligieron este domingo con el 96,4% de los votos a Ricardo Sánchez, delegado de la Junta en Sevilla, nuevo líder provincial. Está por ver si el cainismo histórico en esta organización se diluye.
La provincia de Sevilla siempre ha sido el talón de Aquiles del PP andaluz, el patito feo al que desde otras provincias reprochaban su falta de empuje y de contribución a la bolsa de votos regional. Junto con la de Huelva es de las circunscripciones donde peor resultado obtienen. Esa circunstancia cambió en las autonómicas de junio, cuando el PP por primera en 45 años superó al PSOE en Sevilla en una convocatoria electoral. A ese dato se ha acogido Moreno para proclamar que “no hay nada imposible” y ha marcado el objetivo de gobernar la Diputación de Sevilla, el fortín más poderoso de los socialistas sevillanos, tras la pérdida de la Junta. El PP se aferra a los resultados de las autonómicas en municipios donde no tienen ni un solo concejal y fueron los más votados (como es el caso de Utrera, de unos 50.000 habitantes).
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