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Sánchez: “España está y estará al lado de Serbia en el contencioso de Kosovo”

El presidente inicia en Belgrado una gira por los Balcanes para preparar la presidencia española de la UE

Miguel González
El jefe del Gobierno español, Pedro Sanchez, a la izquierda, pasa revista a la guardia de honor junto al presidente serbio Aleksandar Vucic, en Belgrado.
El jefe del Gobierno español, Pedro Sanchez, a la izquierda, pasa revista a la guardia de honor junto al presidente serbio Aleksandar Vucic, en Belgrado.Darko Vojinovic (AP)

Casi un cuarto de siglo después, Pedro Sánchez ha regresado este viernes a los Balcanes, una región que conoció de primera mano a finales de la década de los 90 cuando formó parte del equipo del exministro español de Asuntos Exteriores Carlos Westendorp, entonces Alto Comisionado de la UE en la Bosnia devastada por la guerra. El actual presidente se ha convertido en el primer jefe del Gobierno español en pisar Belgrado, capital de Serbia y antiguo corazón de la federación yugoslava, que implosionó en una cadena de conflictos étnicos que se prolongó casi una década.

La gira, de 72 horas, le llevará por las cuatro exrepúblicas yugoslavas que aún no forman parte de la UE (Serbia, Montenegro, la propia Bosnia y Macedonia del Norte), además de la vecina Albania. La excepción será la exprovincia serbia de Kosovo, cuya independencia unilateral en 2008 no reconocen cinco de los 27 miembros de la UE: Grecia, Chipre, Rumania, Eslovaquia y España.

Belgrado se ha engalanado con banderas españolas y serbias, algunas de ellas luminosas y gigantescas, mientras que el presidente Alexandar Vucic ha recibido a Sánchez como a un “amigo sincero” de Serbia y le ha agradecido su “gran apoyo” en el contencioso con Pristina. Sánchez, por su parte, ha apoyado la solución del conflicto a través del diálogo, pero ha subrayado que España “ha estado y estará al lado de Serbia” en su defensa del derecho internacional y la “integridad territorial” de los estados.

No es el único motivo de agradecimiento del presidente serbio hacia su huésped. Sánchez se ha mostrado como un firme defensor del ingreso de Serbia en el club europeo y ha subrayado que es el momento de acelerar un proceso con escasos avances desde que se inició en 2012. La guerra de Ucrania, ha recordado el jefe del Gobierno español, ha reabierto las perspectivas de ampliación de la UE que, tras acelerar la aprobación de las candidaturas de Ucrania y Moldavia, ha desatascado las conversaciones para el ingreso de Albania y Macedonia del Norte, bloqueadas desde hace años.

En cambio, los dos mandatarios, que no han admitido preguntas de los periodistas, han pasado de puntillas sobre uno de los puntos más espinosos: la negativa de Serbia a apoyar las sanciones de la UE a Rusia por la invasión de Ucrania. Vucic se ha limitado a señalar que había explicado a Sánchez la posición de Belgrado ante una guerra que “sería mejor que se termine cuanto antes”: mientras que este ha recordado que el presidente serbio, que estuvo en Madrid un día antes de la invasión, le avisó de su carácter inminente. La mayoría de la población serbia, que aún recuerda los bombardeos de la OTAN sobre Belgrado en 1999, no culpa a Putin del conflicto, sino a los supuestos planes de ampliación de la Alianza Atlántica, según las encuestas.

Esta sábado, Sánchez visitará Sarajevo y Mostar, la ciudad otomana donde los soldados españoles se interpusieron entre los contendientes, convertida hoy en un concurrido centro turístico. Pese a ello, las tensiones interétnicas no han desaparecido y la reciente cumbre de la OTAN en Madrid señaló a Bosnia, junto a Georgia y Moldavia, como uno de los tres estados vulnerables en los que la mano del Kremlin intenta desestabilizar a Occidente.

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El presidente español se reunirá en Sarajevo con los presidentes de las tres comunidades que conviven en el país (serbios, croatas y bosnio-musulmanes) y se turnan al frente de la Presidencia conjunta. Entre ellos estará el serbio Milorad Dodik, que no oculta su plan para desengancharse de la federación y avanzar hacia la secesión de la República Srpska. Para Sánchez, la forma de neutralizar estos movimientos es evitar que Bosnia quede descolgada del proceso de integración en la UE y otorgarle el estatus de país candidato, igual que a sus vecinos, aunque no cumpla con buena parte de los requisitos.

La gira de Sánchez por los cinco Estados balcánicos, encajada en el último fin de semana antes de las vacaciones de verano, es una preparación obligada de la presidencia española de la UE que se desarrollará en el segundo semestre de 2023, cuando tendrá que bregar con uno de los vecindarios más conflictivos de la Unión. Por eso, la único alto cargo que le acompaña es Aurora Mejía, directora del departamento de la UE en Moncloa. El problema es que la falta de relaciones de España con Kosovo (que participa en las cumbres anuales de la UE con los Blacanes) limita su capacidad como interlocutor, según fuentes comunitarias.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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