Patxi López, la vieja sangre del PSOE para revitalizar a Sánchez
El presidente devuelve a la primera línea a un veterano para elevar el perfil parlamentario de los socialistas
No hace ni un año que Pedro Sánchez sorprendió al colocar al frente del grupo parlamentario socialista a Héctor Gómez, un diputado canario que apenas se había estrenado en el Congreso en diciembre de 2019. Han pasado muchas cosas y el Gobierno ha acumulado unos cuantos rasguños desde entonces. Y Sánchez ha decidido corregir el rumbo radicalmente: su nuevo rostro parlamentario será el más curtido de todos los diputados socialistas.
El día que Patxi López (Portugalete, Bizkaia, 62 años) entró por primera vez en el Congreso, Sánchez aún cursaba bachillerato. El futuro portavoz parlamentario socialista —será designado este sábado— acababa de cumplir 28 años cuando, en octubre de 1987, llegó de rebote al Parlamento por la dimisión de otro diputado. Él dice que estaba “acojonado”, aunque en casa ya tenía quien le guiase en la misión: su padre, Eduardo López Albizu, Lalo, se había sentado allí cinco años antes.
“Patxi es el PSOE de siempre, se ha criado en él”, resume un compañero que le trata desde hace más de dos décadas. Ese viejo partido en el que creció López estaba aún impulsado por la sangre obrera y el espíritu metalúrgico de la Margen Izquierda de la ría de Bilbao. Su abuelo trabajó en Altos Hornos y su padre en el astillero La Naval de Sestao, donde se erigió en líder sindical y formó parte del núcleo histórico del socialismo vasco tras el fin de la dictadura junto a dirigentes como Nicolás Redondo y Ramón Rubial. Lalo López Albizu participó en el Congreso de Suresnes en 1974, el de la refundación del PSOE por Felipe González, y fue diputado en las Cortes Constituyentes.
El hijo de Lalo entró en las Juventudes Socialistas con 16 años, no acabó la carrera de ingeniería industrial y la política ocupó ya para siempre su vida. Su primer paso por el Congreso fue de apenas dos años. Luego se entregó a la política vasca, donde llegó a lo más alto: en 2009 alcanzó el hito de convertirse en el primer lehendakari no nacionalista tras un pacto de Gobierno con el PP. En esos años desempeñó un papel tan discreto como decisivo en las negociaciones que condujeron al final de ETA, según resaltan dirigentes de la época.
El PNV recuperó enseguida el poder, y López, tras unos años en la oposición, acabó recalando de nuevo en el Congreso en 2016. Retornó a lo grande: Sánchez, ya al frente del partido, lo eligió para presidir la Cámara en una efímera legislatura de seis meses. Estuvo al lado del actual presidente en su defensa de que los socialistas no facilitasen la investidura de Mariano Rajoy. Cuando los órganos del partido tomaron la decisión de abstenerse, López se separó de Sánchez y lo acató con la disciplina del militante fiel a las siglas por encima de todo.
Al desatarse la guerra civil en el PSOE, saltó a la arena como la tercera vía entre Sánchez y Susana Díaz. Se presentaba como el candidato de la unidad, a medio camino entre el oficialismo y los que propugnaban un giro a la izquierda para frenar el avance de Podemos. “Entre el asalto a los cielos y la resignación, hay una vía de reforma progresista”, proclamaba. En el debate entre los tres candidatos a las primarias, López colocó en una situación embarazosa a Sánchez cuando puso en duda que este conociese el verdadero significado del término nación. Aquella pugna estaba demasiado polarizada como para que calase el mensaje de concordia de López, quien no llegó ni al 10% de los votos.
A pesar de todo, Sánchez le reservó un hueco en la nueva ejecutiva. Y el exlehendakari dejó de estar en primera línea sin desaparecer del todo, convertido en una figura ya casi institucional, lejos del combate diario. En el Congreso le asignaron la presidencia de la Comisión Constitucional y recurrieron a él para dirigir la Comisión de Reconstrucción tras la pandemia, en la que destacó por sus amonestaciones al tono bronco de algunos diputados. “Llevo media vida escoltado para que la gente diga lo que le da la gana, pero les pido una reflexión sobre si tenemos que decir lo que nos da la gana sobre todo en todas partes”, reconvino tras un incidente entre Pablo Iglesias y el portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros.
Sus intervenciones en este tiempo han sido escasas. Si algo lo ha espoleado, han sido los ataques del PP a propósito de ETA y las víctimas del terrorismo. El 30 de noviembre protagonizó una vehemente reacción en el pleno ante los populares. “Yo recuerdo los años de plomo”, comenzó presentando sus credenciales. “Era un joven socialista e iba casi todas las semanas a la parroquia, a la iglesia que hay en la plaza de San José, a funerales casi clandestinos”. Y al final estalló: “Ustedes traen aquí testimonios de algunas víctimas para acusarnos de lo peor. ¿Qué les parecería que yo trajera el testimonio de otras y trajera lo que dijo el otro día la hermana de Gregorio Ordóñez en apoyo a mi compañero Odón Elorza? ¿O lo que dicen los hijos de Froilán Elespe? ¿O la hija de Ernest Lluch? ¿O Maixabel? ¿Jugamos a esto? ¿A enfrentar unas víctimas contra otras? Esto sería lo más ruin, lo más indecente, lo más inmoral. Y están jugando a eso”.
Ese López combativo, avalado por décadas de experiencia, vuelve ahora al centro de la escena para tratar de revitalizar al PSOE de Sánchez con la vieja sangre del “PSOE de siempre”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.