Abascal hace guiños a Feijóo para construir una “alternativa real” a Sánchez
El líder de Vox renuncia a aprovechar la ausencia del presidente del PP en el Congreso para encabezar la oposición
El debate del estado de la nación era una oportunidad de oro para Santiago Abascal, con su competidor por el espacio electoral de la derecha, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, obligado a asistir como testigo mudo a la sesión. El hecho de que el Grupo Popular tuviera que pelear sin su primer espada convertía el duelo Sánchez-Abascal en uno de los más esperados de la jornada.
Abascal no ha intentado, sin embargo, suplantar al político gallego como líder de la oposición, sino que le ha lanzado guiños desde la tribuna y le ha tendido la mano para “construir una alternativa real” y “echar” a Pedro Sánchez de La Moncloa, a pesar de las “legítimas diferencias” entre ambos. Tras felicitar al líder del PP por haber empezado a cumplir el pacto en Castilla y León, recortando las subvenciones autonómicas a patronal y sindicatos, le ha animado a “dejar de obstaculizar” la Ley de la Memoria Histórica de esta región y a hacer lo mismo en Andalucía, donde los populares disfrutan de mayoría absoluta y no pueden ser presionados por Vox.
Abascal estaba casi desaparecido de los focos ―apenas alguna entrevista en prensa y declaraciones puntuales— desde la noche del 19 de junio, cuando el recuento electoral le dio unos resultados mucho peores de los esperados en Andalucía y le dejó en la irrelevancia en el Parlamento autonómico. El debate del estado de la nación era la ocasión de comprobar si modificaba su estrategia ante un PP en alza e intentaba aprovechar la ventana de oportunidad que le brinda la ausencia de Núñez Feijóo del Congreso.
Sin embargo, su discurso ha demostrado que Abascal sigue apostando por ser el socio minoritario de un futuro Gobierno de derechas, aunque algunas encuestas señalen que el PP podría no necesitar sus votos. Eso sí, el líder de Vox se ha dirigido directamente a Feijóo para advertirle de que las batallas culturales que encabeza su partido contra el derecho al aborto, la ley contra la violencia de género o las normas que combaten la discriminación de la comunidad LGTB no son “debates estériles” (”como usted ha dicho en alguna ocasión”, ha dicho). Es más, ha dejado claro que su propósito es “derogar todas las porquerías legislativas” de la izquierda; “en cuanto tengamos ocasión”, ha especificado.
Abascal ha embestido como un toro contra el pin con el símbolo de la Agenda 2030 (los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU] que el presidente llevaba prendido en la solapa. Tras calificar de “terrible error” las leyes contra el calentamiento global, ha defendido el desarrollo de la energía nuclear, la reapertura de las centrales térmicas de carbón y la búsqueda de petróleo en aguas de Canarias y ha acusado a Sánchez de compartir con “oligarquías y poderosos” los “discursos enloquecidos del fanatismo climático”.
“¿De qué museo salen ustedes?”, le ha espetado el presidente, quien ha confrontado el discurso de Vox con los estudios sociológicos que subrayan la integración de los inmigrantes en España o con las evidencias científicas del ascenso de las temperaturas medias en el planeta. El presidente ha denunciado el intento del partido ultra por presentarse como defensor de las clases populares y le ha emplazado apoyar la propuesta del Gobierno para imponer un impuesto temporal y extraordinario sobre los beneficios de las eléctricas y la banca, pero Abascal se ha limitado a denunciar que el anuncio realizado por la mañana por el presidente había desplomado el valor de las acciones de estas empresas y dañado “los ahorros de muchas familias”. “Ustedes representan al gran capital y no a las clases medias y trabajadoras de este país”, le ha respondido Sánchez.
Tras recordar que Madrid celebró el pasado fin de semana la marcha del Orgullo, el jefe del Gobierno ha apostillado: “A quienes se preguntan por qué hay que seguir celebrando el Orgullo, esta es la respuesta: para devolverles a ustedes al armario de la historia”.
Abascal, por su parte, ha asegurado que Sánchez dejará “una España arruinada, enfrentada, deteriorada institucionalmente e internacionalmente debilitada”. “Y por eso mismo ETA” ―”en su versión parlamentaria”, ha añadido, en alusión a Bildu― ”les presta su apoyo”, ha dicho, “porque esa España dividida, débil y enfrentada es exactamente lo que llevaban décadas buscando”.
Como culminación al debate parlamentario, Vox ha presentado un anuncio de resolución en la que pide la dimisión del presidente del Gobierno, en un intento por convertir las votaciones sobre el estado de la nación en una especie de moción de censura contra Sánchez. Sin embargo, al contrario de lo que hizo en el verano de 2020, Abascal no ha amagado esta vez con presentar una moción de censura propiamente dicha, a pesar de que su grupo podría hacerlo de nuevo, ni tampoco ha animado al PP a que lo haga. “La legislatura va a durar hasta finales de 2023. Aspiro a ganar y a que ustedes”, se ha despedido Sánchez, en alusión a Vox y el PP, “sigan en la oposición”.
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