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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Nuevas divisiones

La situación para los partidos de la coalición de gobierno empieza a ser preocupante, aunque la ventaja electoral del PP, además de muy estrecha, no es transversal, al menos no todavía

Pedro Sanchez y Alberto Nuñez Feijoo
Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo se saludan el 7 de junio antes de la sesión de control al Gobierno en el Senado.Álvaro García

Por primera vez en la legislatura, el PP se sitúa por delante del PSOE en voto estimado. Lo hace por un margen muy estrecho, tanto como para poder hablar de empate técnico entre los dos partidos grandes, pero estamos ante el cuarto barómetro consecutivo en el que los populares crecen, en total casi 6 puntos desde marzo. La situación para los partidos de la coalición de gobierno empieza a ser preocupante. Entre los dos, pierden 3 puntos porcentuales desde las últimas elecciones generales. No parece que sea tanto. Sin embargo, si en 2019 la izquierda aventajaba a la derecha en 5 puntos, ahora son los conservadores los que se imponen por ese mismo margen. Entonces, ¿ganará el PP los próximos comicios? ¿Con qué apoyos está construyendo su posible victoria? ¿Hay partido para las izquierdas?

La ventaja electoral del PP, además de muy estrecha, no es transversal, al menos no todavía. Los populares ganan claramente el pulso a los socialistas entre las mujeres, con más margen aún entre las amas de casa, los adultos jóvenes (entre 25 y 44 años), los mayores (65 y más), las clases medias y altas, y las familias con hijos. Quizás el elemento común a estos grupos sociales sea la aversión al riesgo, ya sea porque su prioridad esté en cuidar de los suyos (mujeres mayores, sobre todo), construir una carrera profesional, fundar una familia (adultos jóvenes) o conservar lo que ya se tiene (clases acomodadas y jubilados). Entre los votantes potenciales del PP, se detecta cierto inmovilismo, propio de los que priman lo material y ganan manteniendo el statu quo.

Por su lado, el PSOE aventaja al PP entre los más jóvenes (entre 18 y 24 años), las clases sociales bajas y medias bajas, los territorios con lengua propia y los hogares en los que convive solo una pareja, sin hijos. En este caso, es posible que lo que una a estos votantes sea la aversión a un modelo uniforme de país, frente a una sociedad plural y fragmentada que necesita adaptarse a los desafíos de su tiempo: de ahí que sus prioridades consistan en proteger los nuevos valores (jóvenes), la diversidad (hogares sin hijos), la vulnerabilidad social (clases bajas) o la identidad nacional. Entre los posibles votantes del PSOE, se siente la voluntad de no dar marcha atrás ni en la agenda post materialista (ecología, feminismo, derechos civiles), ni en el Estado de bienestar, ni en la pluralidad territorial que caracteriza a España.

Más allá de los apoyos sociales de los dos partidos grandes, los populares cuentan, por ahora, con tres ventajas. Primero, el PP es el partido más votado entre los ciudadanos de centro, aunque no se trate aún de una victoria afianzada (en esta legislatura, el voto a los dos grandes es zigzagueante entre los moderados). Segundo, el PP moviliza a bastantes más votantes en la derecha de lo que lo hace el PSOE en la izquierda (también Vox moviliza más que Unidas Podemos). Y, por último, en este momento tan crítico en el que el auge de la inflación azota a tantos hogares, tal y como refleja el estudio de 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER, el voto al PP no depende de la situación económica del encuestado, pero sí lo hace el apoyo al principal partido en el Gobierno: conforme empeora la situación financiera de los entrevistados, menos votos recaba el PSOE, al mismo tiempo que crece la probabilidad de abstenerse.

Queda más de un año para las elecciones generales (en principio). Aún es pronto para saber con certeza quién ganará esos comicios y qué partidos se harán con el Gobierno de España. No es imposible un escenario en el que el PP siga engullendo a votantes de centro y de la derecha —incluyendo a ex de Ciudadanos y de Vox, pues los votantes de derecha son férreos defensores de sus ideas, al margen de qué partido las ponga en práctica— y despegue con cierta fuerza. Pero tampoco es imposible que los partidos de la coalición resuelvan los dos grandes obstáculos a los que se enfrentan —movilizar al electorado de izquierda y ganar posiciones en el centro— en un contexto en el que no cesan las tormentas.

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