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EE UU retira a ETA de la lista de grupos terroristas cuatro años después de su disolución

Washington, que ha avisado a España de la medida, considera que ya no está justificado mantener a la banda armada en un registro que incluye sanciones económicas a sus miembros o a quien colabore con ellos

Imagen de los tres encapuchados que anunciaron en octubre de 2011 "el cese definitivo" del terrorismo de ETA.
Imagen de los tres encapuchados que anunciaron en octubre de 2011 "el cese definitivo" del terrorismo de ETA.Javier Etxezarreta ((EPA) EFE)

ETA dejará en breve de ser considerada por parte de EE UU un grupo terrorista en activo. El secretario de Estado, Antony Blinken, comunicó el pasado viernes al Congreso estadounidense su intención de retirar de la Lista de Organizaciones Terroristas (FTO, por sus siglas en inglés) que elabora su departamento a cinco organizaciones armadas a las que considera inactivas, entre ellas, ETA, según adelantó este domingo la agencia Associated Press. La decisión se materializará en los próximos días con la publicación de la decisión en el Registro Federal estadounidense.

La noticia no ha cogido por sorpresa al Gobierno español, que fue informado por Washington de la medida que iba a adoptar, según confirman a EL PAÍS fuentes gubernamentales. Estas fuentes recalcan que ambos países son “socios estrechos y leales” en numerosos ámbitos, entre ellos, la lucha contra el terrorismo. La decisión de las autoridades estadounidenses se produce más de 12 años después del último atentado mortal de la banda ―el asesinato, el 16 de marzo de 2010, del policía francés Jean-Serge Nèrin―, casi 11 años después de que en octubre de 2011 anunciase su cese definitivo de la violencia y cuatro años después desde que hiciera público, en mayo de 2018, el comunicado de su disolución como organización. En su medio siglo de existencia, ETA asesinó a más de 850 personas.

ETA llevaba en la lista de grupos terroristas desde que el Departamento de Estado la creó en 1997 para reforzar su seguridad, y afectó a lo largo de estos 25 años a otras organizaciones de su entorno, como Askatasuna, Batasuna, Ekin, Euskal Herritarrok, Herri Batasuna, Jarrai-Haika-Segi, KAS y Xaki, que previsiblemente dejarán de figurar también. La inclusión en la misma busca, principalmente, ahogar financieramente a estos grupos mediante la aplicación de sanciones como la congelación de activos en EE UU y la prohibición de viajar a este país a sus miembros, así como la prohibición a los ciudadanos estadounidenses de brindarles apoyo con la entrega de fondos y otro tipo de ayuda, incluida atención médica.

No obstante, la legislación estadounidense contempla que, cada cinco años, se revise la permanencia de las organizaciones terroristas en el registro. En el caso de ETA, esta revisión ya se produjo, al menos, en 2012, meses después del anuncio del fin de los atentados. Entonces, la Administración estadounidense consideró que este anuncio no era suficiente porque “en el pasado ha roto diversos alto el fuego” y que, por tanto, aún quedaba por verificar la realidad de aquel anuncio.

Según detalla AP, este examen administrativo ―en el que se analiza el tiempo que el grupo lleva sin cometer atentados y si la eliminación redunda en el interés de la seguridad nacional de EE UU― es el que ha desembocado ahora en la decisión de retirar a ETA del listado. En el escrito que Blinken ha remitido al Congreso de su país, señalaba: “Con base en una revisión del Registro Administrativo reunido en este asunto y en consulta con el Procurador General y el Secretario de Hacienda, determino que las circunstancias que sirvieron de base para la designación [como organización terrorista] han cambiado de tal manera que justifican la revocación de la designación”.

Hasta ahora, solo 15 organizaciones armadas habían salido de la lista estadounidense; entre ellas, el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, en Perú, o el Ejército Rojo de Japón. Ahora, junto a ETA, otros cuatro grupos considerados terroristas son eliminados de esa lista. El primero es el japonés Aum Shinkrikyo (AUM, más conocida como la secta de la Verdad Suprema), autor de los atentados con gas sarín en el metro de Tokio en 1995 que costaron la vida a 13 personas, y cuyos principales dirigentes, entre ellos su líder, Shoko Asahara, fueron ejecutados en 2018 tras ser condenados a muerte en 2004. También sale de la lista el grupo judío ortodoxo radical Kahane Chai, o Kach, fundado en 1971 por el rabino ultranacionalista Meir Kahane y al que no se vincula con atentados desde 2005.

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Las otras dos organizaciones excluidas son yihadistas: el Consejo Mujahidin Shura, al que se acusa de numerosos ataques con cohetes contra Israel y al que no se le adjudican atentados desde 2013; y Gama’a al-Islamiyya, un movimiento islamista egipcio que cometió durante la década de los 90 numerosos atentados para derrocar al Gobierno de El Cairo.

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