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Los primeros pasajeros estrenan la reapertura marítima entre España y Marruecos

El primer ferri de Tarifa a Tánger, tras dos años de inactividad, partió en la mañana de este martes con 49 pasajeros y ha regresado con 14

España Marruecos
Toñi Gil (a la derecha) con su hijo Mehdi y su amiga Paloma Puerto, a la llegada a Tarifa (Cádiz) este martes, tras pasar unos días en Marruecos.PACO PUENTES (EL PAÍS)
Francisco Peregil
Tarifa (Cádiz) -

El primer ferri disponible para pasajeros entre Marruecos y España llegó a las 10.30, hora marroquí (dos más en la España peninsular), tras dos años de inactividad por la pandemia. Era el Tarifa Jet, perteneciente a la compañía FRS. Tiene capacidad para 777 personas y 170 vehículos. Pero llegó con solo 49 pasajeros y sin ningún coche, tal como prescriben las normas fijadas por las autoridades marítimas. A partir del lunes ya se permitirá la entrada con vehículos, que es como suelen viajar la mayoría de quienes utilizan el barco.

Este martes el tiempo era gris, pero todo lo demás eran sonrisas: de los viajeros y de las autoridades portuarias que esperaban al pie del barco. Había casi más periodistas que pasajeros. El director de la Sociedad General del Puerto Tanger Ville (SGTV), Mohamed Ouanaya, afirmaba que era lógico que hubiese poca afluencia en el primer día. “No es fácil preparar un viaje de la noche a la mañana con niños”, explicaba. “Pero lo importante es que ya estamos en marcha. Quedan solo dos meses para que comience la Operación Paso del Estrecho [que en árabe se llama Marhaba, “bienvenido”], y este es un buen momento para poner en marcha todo el mecanismo”.

Entre quienes llegaban había muchos marroquíes residentes en España que hablan español con fluidez. Mohamed Eddahbat, de 48 años y residente en la Costa del Sol, llegaba con su esposa y un hijo. Y decía, como la mayoría de los consultados, que el barco es más económico —el billete cuesta 43,50 euros— y cómodo que el avión. La prueba PCR, obligatoria para entrar en Marruecos, no es necesaria si se aporta el pasaporte sanitario con la pauta completa. Fátima Zhora, de 35 años, también llegó con su hijo, con el marido y con una gran maleta. “Lo hemos preparado todo por la noche, cuando nos enteramos de que abrían hoy”, explicaba. “Viajando en barco no hay límite de peso con las maletas”.

Llegada al puerto de Tarifa del primer ferri procedente de Tánger tras el restablecimiento del tránsito de viajeros.
Llegada al puerto de Tarifa del primer ferri procedente de Tánger tras el restablecimiento del tránsito de viajeros.PACO PUENTES (EL PAÍS)

Una vez dentro del barco, la compañía FRS había improvisado un estudio pequeño de grabación de vídeos para entrevistar a los pasajeros y colgar sus impresiones en las redes sociales. “Nunca habíamos estado dos años sin navegar”, explicó un portavoz de la empresa. “Y a los clientes les gusta mucho que otros pasajeros expliquen en las redes su experiencia del viaje”.

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Kidaye, un empresario tangerino de 45 años que pretende pasar una semana en Marbella (Málaga), explicaba que él ha estado viajando en avión recientemente. “Pero si en avión iba una vez al mes, ahora en barco iré a España casi todos los fines de semana”, explicaba.

Vuelta con pocos pasajeros

El viaje de Tánger a Tarifa solo transportaba a 14 pasajeros. Entre ellos, se encontraba Toñi Gil, con su hijo Mehdi, de ocho años, y una amiga, Paloma Puerto. Gil contaba que llegó en avión desde Sevilla a Tánger con Ryanair el viernes por la noche y que pretendía volver el lunes, pero la compañía aplazó la vuelta. “Y sin pensarlo dos veces hemos aprovechado que había barco. Cuando tienes niño, es mucho más cómodo. Llevábamos tres años sin venir a Marruecos”, apunta.

En el barco viajaba también Ronny Moriana, de 49 años, director general de FRS Iberia, la compañía que más pasajeros traslada en el Estrecho. Moriana explicó que antes de la pandemia, su empresa tenía mil empleados trabajando entre las dos orillas, y ahora solo cuenta con 450. El resto espera que se vayan incorporando de aquí a junio, cuando comience la Operación Paso del Estrecho. “Espero que para entonces ya esté abierta la frontera terrestre de Ceuta con Marruecos. Porque si no se abre, se pueden congestionar este verano las entradas por Tarifa y Algeciras”, indicó.

Moriana comentó que, aunque la mayoría de los siete barcos de FRS han estado trabajando en el Estrecho con transporte solo de carga rodada —sin contar los pasajeros entre Ceuta y Algeciras, que sí se están transportando desde junio de 2020—, es a partir de ahora cuando empezarán a recuperar parte del dinero que han perdido en estos dos años sin tráfico de viajeros con Marruecos. El director de FRS explicó que el mantenimiento de un barco cuesta entre 1,2 y 2 millones de euros. “Las compañías marítimas solemos recuperar en dos meses de verano lo que perdemos el resto del año. Así que esperemos que se dé bien la próxima Operación del Paso del Estrecho”, subrayó.

La Marina Mercante de Marruecos anunció el viernes que autorizaba el tráfico marítimo de pasajeros. Desde el lunes, ya operaban los viajes en larga distancia, desde los puertos franceses de Sète y Marsella, y del italiano de Génova. Así, entre los trayectos de larga distancia, el barco de La Girolata, de la empresa La Meridionale, salió de Marsella el lunes a las ocho de la tarde y se espera que llegue el miércoles al mediodía al puerto de Tánger Med, tras 40 horas de travesía.

En la línea Tarifa-Tánger opera, además de FRS Iberia, la marroquí Inter Shipping, que comenzará a trabajar a partir de la próxima semana. De momento, solo dos barcos de FRS cubren el trayecto de forma diaria. Uno por la mañana y otro por la tarde.

El Estrecho va recuperando, poco a poco, la vieja y anhelada normalidad. También, con los problemas de siempre, en relación a los visados.

Al llegar a Tarifa, una hora después de zarpar desde Tánger, la mayoría de los pasajeros descendieron sin ningún problema. Pero Aziz Bghiyel, de 42 años y residente en Bélgica, que había viajado con su hermano Mohamed, se quedó en tierra esperando a que el hermano bajara. “Para viajar te piden la reserva del hotel y que muestres que llevas al menos 500 euros. Espero que lo dejen pasar, porque él lleva mil euros”.

Inma Álvarez viaja a Tánger a visitar a su marido en una prisión de la ciudad.
Inma Álvarez viaja a Tánger a visitar a su marido en una prisión de la ciudad.PACO PUENTES (EL PAÍS)

Viaje de regreso a Tánger

En el viaje de regreso a Tánger, a las siete de la tarde, ya iba el barco cargado con 113 pasajeros desde Tarifa, más del doble que por la mañana. Entre ellos, Inma Álvarez, de 37 años, y su cuñada, Yésica González, de 34. Viven en la Línea de la Concepción (Cádiz) y pretenden visitar a los maridos de ambas, que se encuentran presos en la cárcel de Tánger 1, acusados de tráfico de drogas cuando faenaban en un barco pesquero. “Pero no llevaban nada, ¿eh? Eso sí que se lo digo”, aclara González.

Las dos mujeres explican que ellas viajaron en uno de los últimos barcos que salieron desde Tánger a Tarifa, cuando Marruecos cerró la frontera el 13 de marzo de 2020. “Desde entonces no vemos a nuestros maridos”, dice Álvarez. “Yo he tenido una niña que tiene dos años y no conoce todavía a su padre. Vinimos una vez en avión, pero no nos dejaron verlos en la cárcel por culpa de la cuarentena. Y ahora teníamos el domingo un viaje desde Sevilla en avión con e-Dreams, lo cancelaron. Y menos mal que han puesto otra vez los barcos”.

En la tienda libre de impuestos del barco el producto más preciado es el tabaco. Pero hasta el miércoles, en principio, no estará disponible. El vino también suele venderse bien. Sobre todo, entre los españoles que viven en Marruecos, ya que durante ramadán los pocos supermercados del país que despachan alcohol tienen prohibida su venta en este mes sagrado para los musulmanes.

Santiago es un español de 45 años que vive desde hace 11 en Tánger. Trabaja en el sector de la confección. Salió en avión este martes por la mañana hacia Málaga, y de allí viajó en coche alquilado hacia Algeciras. “Tenía un vuelo reservado para mañana miércoles desde Málaga a Tánger. Pero en cuanto supe que el barco estaba disponible, di por perdido el billete de avión y me vine en barco. Prefiero dormir en casa esta noche, antes que en un hotel”.

La mayoría de los 113 pasajeros que viajaban por la tarde a Tánger eran de origen marroquí. Como Soraya, de 40 años, y su hija Sara, de 15. Soraya trabaja de camarera en Málaga. Llegará a Tánger este martes, dejará a su hija hasta el domingo, y volverá en barco a Tarifa el miércoles. Y el domingo estará esperando a su hija en el puerto gaditano. “Todo es mucho más fácil y barato con el barco”, explican la madre y la hija.

A las ocho de la tarde en España, dos horas menos en Marruecos, se escuchó en la megafonía del barco una voz de hombre que anunciaba en español: “Señoras y señores, les anunciamos que en cinco minutos estaremos llegando al puerto de Tánger”. Y el mensaje fue recibido con un aplauso por los pasajeros.

Pero los policías encargados de sellar los pasaportes, que habitualmente viajan en el barco y suelen efectuar el trámite durante la travesía, no subieron al barco hasta las 20.25. Y entonces fueron recibidos con humor por varios pasajeros con la canción Sla o slam ala rasoul allah, que se suele cantar en bodas, bautizos o la victoria de alguien. A las 20.35 aún seguían la mayor parte de pasajeros en el barco.

“Lo vamos a perdonar por ser el primer día”, comentaba en español una mujer de origen marroquí.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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