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Detenida la histórica narcotraficante ‘La Paca’ en una operación contra la droga en Palma

Alrededor de 30 personas han sido arrestadas por su presunta pertenencia a los principales clanes de la droga de la capital balear

Francisca Cortés Picazo, conocida como 'La Paca', matriarca de uno de los principales clanes del poblado de Son Banya de Palma, tras ser detenida en 2013.
Francisca Cortés Picazo, conocida como 'La Paca', matriarca de uno de los principales clanes del poblado de Son Banya de Palma, tras ser detenida en 2013.Montserrat T Díez (EFE)

El año 2022 arrancó para Francisca Cortés Picazo, conocida como La Paca, vislumbrando la libertad condicional mientras cumplía con el tercer grado después de ser sentenciada a varias condenas por delitos vinculados con el narcotráfico. La que fuera matriarca del denominado clan de Son Banya, uno de los históricamente más activos en la venta de droga en Baleares y que toma su nombre del poblado en el que se asentaba, llevaba unos meses compatibilizando su situación de semilibertad con las estancias en el centro de inserción social de Son Malferit. Este jueves, a sus 66 años, ha vuelto a ser detenida por agentes de la Guardia Civil en el marco de una operación contra el narcotráfico y el blanqueo de capitales desplegada en varias zonas de Palma.

Más de 200 agentes de la Guardia Civil se desplegaron desde este jueves en la capital balear en la llamada operación origen contra los principales clanes del narcotráfico de la ciudad, impulsada tras una investigación del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga de la Benemérita. Hasta el momento se han practicado 53 registros en domicilios de los barrios palmesanos de Sa Vileta, Son Rapinya y Es Rafal. En el poblado chabolista de Son Banya, durante años epicentro de la venta y distribución de droga de la isla, se desplegaron 150 agentes que efectuaron cinco registros en domicilios y practicaron varias detenciones, según fuentes de la investigación. La Guardia Civil ha detenido a una treintena de personas por esta operación, que continúa abierta y bajo secreto de sumario.

La detención de la matriarca de Son Banya se produjo durante los registros en el poblado. Fuentes de la Guardia Civil explican que su papel en la trama es secundario y no era uno de los objetivos de la investigación. “No creemos que en este caso tuviera una participación relevante”, afirman estas fuentes. Durante años, La Paca dominó desde el poblado marginal de Son Banya el movimiento de venta al menudeo de heroína, cannabis y cocaína que atraía a personas de toda condición de la isla, convirtiendo la zona en un dispensario de droga las 24 horas del día.

Con casi una decena de sentencias a sus espaldas, durante años La Paca levantó un entramado familiar dedicado a la venta de sustancias que llegaban en barco o avioneta desde la Península y el blanqueo de las ganancias obtenidas, mediante la compra de pisos repartidos por la ciudad, bienes o joyas. Su marido y al menos uno de sus hijos murieron víctimas de la droga. Cinco de sus hijos y seis hermanos han estado relacionados con sus actividades.

En septiembre de 2009 el castillo de naipes se derrumbó para Francisca Cortés. Una operación que desplegó más de un centenar de agentes de la Policía Nacional en el poblado desenterró 4,3 millones de euros en efectivo, 7,5 kilos de joyas y 8.000 dólares del suelo de una de las chabolas. El dinero y las joyas estaban guardados en cajas escondidas a 30 centímetros de profundidad, bajo el suelo de hormigón, y fue necesaria la ayuda de maquinaria de obra para poder sacarlo. Los kilos de joyas estaban escondidos en la caseta de un perro peligroso. El hallazgo de este tesoro llegó después de un tiroteo entre narcos. Antes de que se desencadenase una guerra, la policía decidió registrar viviendas para buscar armas y encontraron el dinero sucio que habían escondido bajo tierra.

El declive había comenzado unos años antes con el estallido del caso Son Banya, en el que el Tribunal Supremo sentenció a la matriarca a una pena de 16 años de cárcel por delitos de detención ilegal, cohecho y falso testimonio. El caso juzgó el robo de cuatro millones de euros del clan procedentes de la droga y el secuestro y tortura de los supuestos ladrones por parte de la matriarca. Un inspector jefe de la Policía Nacional fue condenado también por exigir una cantidad millonaria a La Paca para convencer a las víctimas de no denunciar las torturas. La narcotraficante era entonces confidente de la Policía Nacional y toda la conversación fue grabada por ella y por su hija, convirtiéndose en la principal prueba contra el inspector que acabó en la cárcel.

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A pesar del paso del tiempo, Son Banya sigue siendo uno de los epicentros de la venta de drogas en la capital balear, que no ha sido frenado a pesar de que el poblado marginal, situado en los aledaños de las pistas del aeropuerto, está en proceso de desmantelamiento. El asentamiento nació en los años setenta como un proyecto de integración social en el que participaron más de un centenar de familias y que poco a poco fue multiplicando su población y terminó siendo controlado por los clanes del narcotráfico. En él vivían familias que se mezclaban con adictos a la droga que no tenían otro lugar al que ir. A finales de los ochenta, el poblado ya se había transformado en el supermercado de la droga más importante de Mallorca, siendo durante años objeto de las operaciones policiales y foco de peleas y conflictividad social.

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