Moreno Bonilla trata de desmarcarse del pacto entre PP y Vox en Castilla y León y asegura que “no va a marcar” a Andalucía
El presidente de la Junta recuerda los pactos de Sánchez con “los herederos de ETA” ante los reproches del PSOE
El acuerdo de gobierno de PP y Vox en Castilla y León ha abierto un flanco de ataque de la oposición de izquierdas al Gobierno andaluz que preside Juan Manuel Moreno, el siguiente en examinarse en las urnas el próximo otoño. Moreno ha intentado este jueves marcar distancias con el pacto alcanzado por su compañero Alfonso Fernández Mañueco con la ultraderecha para garantizarse otra legislatura más. “Castilla y León es Castilla y León y Andalucía es Andalucía. Que nadie piense que lo que ocurra en una comunidad autónoma va a marcar a otra comunidad autónoma, porque no va a ser así”, ha dicho en los pasillos del Parlamento andaluz tras la sesión de control.
Los socialistas llevan semanas lanzándole la misma pregunta a Moreno y la ha reiterado este jueves la portavoz del PSOE en el Parlamento, Ángeles Férriz: “¿Llegado el caso, estaría dispuesto a meter en el Gobierno a la extrema derecha?”. El PSOE de Juan Espadas no va a dejar de repetirla, pero no van a encontrar por parte del presidente de la Junta ni un sí tajante ni un no categórico. “Eso es una bola de cristal, no sé los resultados”, ha contestado fuera del salón de plenos.
El resultado electoral del PP en las elecciones del pasado 13 de febrero en Castilla y León supuso un jarro de agua fría también para el PP andaluz. Moreno se empleó a fondo en esa campaña y suplicó a su colega Fernández Mañueco un buen resultado porque el siguiente en examinarse en las urnas era él. Entonces, sí opinaba que había vasos comunicantes entre Castilla y León y Andalucía. “Por Dios, sacad un buen resultado y que tengamos una mayoría suficiente, que lleguemos a las elecciones andaluzas con una mayoría suficiente”, rogó en un mitin el pasado 16 de enero.
Ahora intenta distanciarse con el acuerdo de PP y Vox en Valladolid, el primero entre una formación de centroderecha con la extrema derecha en España. En Andalucía, Vox ha sostenido durante casi tres años al Gobierno de coalición de PP y Ciudadanos, pero desde el Parlamento. Han pactado tres presupuestos autonómicos y muchos decretos leyes, hasta que, a la vuelta del verano, el líder de Vox, Santiago Abascal, decidió cortar la colaboración y pasó a la oposición pura y dura.
El acuerdo incomoda mucho al PP andaluz porque la principal carta que tiene el PSOE de Andalucía para hacer su campaña y recuperar la Junta —que perdieron en 2018 tras gobernar durante casi 37 años— es alertar sobre la entrada de la ultraderecha en el Gobierno autonómico. Los politólogos creen que el principal mérito de Moreno en estos tres años y dos meses de mandato ha sido precisamente el de “naturalizar” a la derecha en una comunidad cuyos electores se declaran de centroizquierda; y dudan de que apelar al “miedo” tenga los resultados exitosos de antaño. El PSOE no va a cejar en intentarlo, aunque fuentes de este partido admiten que “arrastran un déficit de credibilidad” por sus largos años de poder y los casos de corrupción.
Moreno ha dicho que confía en gobernar “con una mayoría suficiente en solitario”. También cree que tendrá manos libres para decidir la política de alianzas sin interferencias de Génova. Las encuestas que maneja en estos momentos le dan entre 48 y 50 escaños (la mayoría absoluta está en 55 de 109), por lo que cree que no va a necesitar a Vox. También ha recordado que tiene “líneas rojas e intransferibles”, entre las que incluye de cabo a rabo el Estatuto de Autonomía de Andalucía. Fuentes del PP estiman que la crisis interna por la salida del equipo de Pablo Casado le ha supuesto una pérdida de entre tres y cuatro puntos de apoyo en las encuestas y confían en remontar una vez que Feijóo acceda al liderazgo en el congreso extraordinario que se celebrará en Sevilla.
A la insistencia del PSOE para que aclare su futura política de pactos, Moreno ya ha pergeñado una respuesta tipo y es replicar con la política de pactos “feroz” de Pedro Sánchez. “Nunca pactaré con independentistas y con herederos de ETA”, ha dicho en respuesta a Férriz, mientras diputados socialistas lanzaban por lo bajini exclamaciones de “¡ay, Macarena!” desde sus escaños, en referencia a la más que probable candidatura de la portavoz adjunta de Vox en el Congreso, Macarena Olona, a la presidencia de la Junta.
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