Abascal: “Quien quiera que le demos los votos gratis al PP que no nos vote”
El líder de Vox califica de “chistes malos” los tuits homófobos y machistas de su candidato en Castilla y León
Siembra es el lema de campaña de Vox en Castilla y León. Santiago Abascal quiere justificar con este verbo su decisión de haber elegido a un joven de 30 años candidato a la Presidencia de la Junta en las elecciones del 13 de febrero. Si le preguntara a los agricultores castellano-leoneses, sabría que no es tiempo ya de sembrar, que había que haberlo hecho en otoño, antes de que llegara el frío que esta mañana sufrían los cientos de asistentes al acto de presentación de los candidatos de Vox en la plaza de la Universidad de Valladolid.
En el boletín de diciembre del comité provincial de Vox, en el que se anunciaba la convocatoria de elecciones anticipadas en la región, no se decía una palabra de Juan García-Gallardo. Nadie lo conocía entonces en el partido, al que llevaba seis meses afiliado. Abascal lo convocó en su despacho a principios de ese mes, según él mismo ha relatado, pero no fue hasta las pasadas navidades, tras recibirlo en su pueblo natal de Amurrio (Araba), cuando se decidió por él. Una decisión personalísima del líder de Vox, como ha subrayado este sábado el candidato. “A Santiago Abascal le quiero agradecer públicamente y desde ya su confianza en mí para liderar este proyecto. ¡Gracias Santi!”, ha dicho García-Gallardo en su primer mitin. Abascal suprimió en 2019 las elecciones primarias para elegir a los candidatos de Vox.
Quizá porque él tiene toda la responsabilidad de haberlo elegido, el líder del partido ha dedicado parte de su discurso a defender a García-Gallardo de la lluvia de críticas que le ha caído tras difundirse los tuits homófobos y machistas que intentó borrar. Para el líder de Vox, se trata de “unas bromas, unos chistes malos que hizo cuando era adolescente” y que ahora “la prensa lacaya, a sueldo del Gobierno”, ha convertido en noticia. El concepto de adolescencia de Abascal parece bastante laxo, pues algunos de los polémicos tuits (como el que tachaba de “feminazi lesbiana, experta en penes” a una edil de Podemos en Palma de Mallorca) son de noviembre de 2020, cuando ya tenía 29 años.
El joven, abogado de profesión, hijo y nieto de letrados, empleado él mismo en el despacho familiar, ha leído su discurso con la corrección de quien está habituado a hablar en público, pero sin asomo de pasión. Si ha cosechado aplausos al final de su discurso ha sido, probablemente, porque ha sacado a la tribuna a los cabezas de lista del partido en las nueve provincias castellano-leonesas –seis hombres y tres mujeres— y ha dedicado sus últimas palabras a presentar a Abascal, a quien se ha referido como su “hermano mayor”. “En Vox no somos solo un partido o un movimiento. Somos una familia”, ha subrayado.
Abascal se ha reservado el mensaje político de la jornada. “Mañueco [el presidente castellano-leonés, del PP] dice que quiere nuestros votos gratis. Si alguien quiere regalarle los votos al PP, que no nos vote a nosotros”, ha advertido. La misma noche de las elecciones autonómicas madrileñas, Abascal anunció que votaría a favor de la investidura de Isabel Díaz Ayuso sin pedirle nada a cambio. Ahora no va a suceder lo mismo. Esta vez ha dejado claro que exigirá un “cambio de rumbo”, aunque ha dejado la puerta abierta a “apoyar a un Gobierno [del PP], formar parte de él o liderarlo”.
Eso dependerá de lo cerca que esté Alfonso Fernández Mañueco de la mayoría absoluta, si puede completarla con el apoyo de los llamados partidos de la España vaciada o le resulta imprescindible el respaldo de Vox. Abascal ha alertado contra los “cantos de sirena” de los partidos localistas, que amenazan con dejar a Vox en la irrelevancia, y ha aprovechado el apoyo en el Congreso de Teruel Existe a Pedro Sánchez para presentarlos como potenciales aliados de Bildu y los separatistas catalanes. Las encuestas dan a Vox entre el 10 y el 15% de los votos. Su éxito sería pasar del 5,5% que tuvo en las autonómicas de mayo de 2019 al 16,8% que logró en la región en las generales de seis meses después.
A los socialistas los ha tachado de bandidos, forajidos, traidores e incompetentes; y a Mañueco, de “progre” y “alumno aventajado de Pablo Casado”. Ha criticado el cierre de la central nuclear de Garoña, por la que ha exigido al PP que pida perdón, a pesar de que tenía ya medio siglo de vida, y se ha presentado como defensor de los ganaderos frente a quienes protegen “a los que atacan en manada”; es decir, al lobo.
Aunque no ha intervenido, una de las más aplaudidas ha sido la secretaria general del grupo parlamentario, Macarena Olona que, como Abascal y Ortega Smith, acudió el viernes a la concentración Pingüinos 2022, que reunió a más de 30.000 motoristas en Valladolid. “Ha venido en moto”, se decía una pareja admiradora de Olona, mientras hacía cola para hacerse un selfi con ella.
Olona es la candidata in pectore de Vox para las elecciones andaluzas, para las que el partido llevaba meses preparándose cuando se les han cruzado las de Castilla y León. Vox solo obtuvo un procurador en las Cortes de esta región y ni siquiera aguantó hasta el final de la legislatura. Dimitió en enero del año pasado y fue sustituido por la número tres de la lista. Por eso ha tenido que improvisar un candidato. Es posible que, si siembra ahora, la cosecha no esté lista para el 13 de febrero, como espera Vox. Pero eso no es lo que más le preocupa. Ortega Smith ya dejó claro que su objetivo es irse preparando para dar “el gran salto al Gobierno de la Nación”. Lo demás son metas volantes.
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