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Mañueco anticipa las elecciones en Castilla y León al 13 de febrero tras echar de su Gobierno a Ciudadanos

Los primeros comicios de 2022 serán una prueba de fuego para ver si se consolida o se frena la ola conservadora de Madrid

El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, este lunes en una rueda de prensa. Vídeo: EP | QUALITY

No habrá ni un solo año en España sin elecciones. Tampoco el 2022. Después de las catalanas y las madrileñas, adelantadas en 2021, vendrán las anticipadas de Castilla y León y muy probablemente poco después las andaluzas, en un ritmo continuo hasta 2023, cuando llegarán las municipales y autonómicas y, antes o después de estas últimas, las generales. El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco (PP), ha anunciado este lunes la disolución de las Cortes y la consiguiente convocatoria electoral anticipada para el 13 de febrero de 2022. La decisión llega en plena sexta ola de coronavirus, incluye el cese de la consejera de Sanidad y se produce en los días previos a los plenos en los que se iban a votar los Presupuestos, unas cuentas que estaban revelando las dificultades de la coalición PP-Cs para sacarlas adelante y las tiranteces entre los populares y Por Ávila, cuyo voto era necesario para que las cuentas prosperaran.

“La confianza se ha roto por la falta de lealtad de los socios de Ciudadanos. Nos han traicionado al pactar los Presupuestos a espaldas de este presidente”, ha dicho Mañueco esta mañana ante los medios. El popular acusa a la formación de actuar “a sus espaldas” y generar así una “situación insostenible”.

El adelanto electoral supondrá un termómetro para ver quién tiene razón, si la mayoría de las encuestas privadas, que señalan que el ciclo ha cambiado y el bloque de derecha está más fuerte que el de izquierdas y le supera ampliamente, o el CIS, que este lunes insistía en que los socialistas siguen por delante y los bloques siguen más o menos como estaban en 2019, con el de la izquierda por delante. Serán una prueba de fuego para el PSOE, que ganó las elecciones en Castilla y León en 2019, aunque no pudo gobernar porque Ciudadanos pactó con el PP, pero sobre todo para los populares. Mañueco tendrá que demostrar si su partido es capaz de repetir en una comunidad muy conservadora la hazaña de Madrid, esto es quedarse con casi todo el voto de Ciudadanos y mantener a raya a Vox, rozando o logrando incluso la mayoría absoluta, o se ve desbordado por el partido de la ultraderecha, muy fuerte en todas las encuestas, y pasa de una coalición relativamente cómoda con Ciudadanos a una mucho más compleja con Vox.

El adelanto electoral no es una buena noticia para el Gobierno de Pedro Sánchez, que quiere consolidar al máximo la recuperación antes de acudir a las urnas. El PSOE, pese a que tiene una fortaleza en Castilla y León muy superior a otros momentos, teme que esta comunidad y después Andalucía sirvan como un goteo para confirmar en los ciudadanos la sensación de que la ola conservadora que empezó en Madrid se va extendiendo poco a poco a otras comunidades y va camino de llegar a La Moncloa. Es justo la idea que quiere instalar el PP. La campaña será por tanto clave y el argumento más fuerte de la oposición y del propio Ciudadanos se empezó a ver este lunes: la frivolidad de Mañueco al convocar elecciones sin motivo real y destituyendo a la consejera de Sanidad, una médico independiente muy respetada, y todo su equipo en plena sexta ola por un puro interés electoral. En cualquier caso el Ejecutivo no entrará de lleno en la batalla electoral. El choque entre Sánchez e Isabel Díaz Ayuso en la campaña de Madrid favoreció a esta última, según el análisis instalado en La Moncloa. Es muy probable que esta vez la estrategia sea diferente.

Castilla y León será pues el primer campo de pruebas de un posible cambio de ciclo que el Gobierno niega insistentemente. Pero la verdadera prueba de fuego será Andalucía, histórico granero socialista, la comunidad más poblada de España y donde se reparten 61 de los 350 escaños de unas elecciones generales. Ahí sí se jugará en pocos meses la gran partida nacional previa a las autonómicas y las generales.

Se trata de las primeras elecciones anticipadas en la historia de Castilla y León, que ya el pasado marzo vivió otro hito con la moción de censura presentada por el PSOE. Este movimiento no consiguió cambiar de Ejecutivo pero sí provocó el abandono de las filas de Ciudadanos de María Montero, una procuradora que pasó a ser no adscrita y que dejó al Gobierno en minoría, con solo 40 escaños de los 81 de la Cámara.

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El dirigente popular ha señalado que había “un riesgo cierto” de que el PSOE impulsara una moción de censura contra él con el apoyo de “Podemos, Cs, tránsfugas y miembros de otras fuerzas políticas”. Este movimiento, ha defendido, podría comprometer “el desarrollo económico y la protección de las personas”. “El futuro de la comunidad se podría elegir o en los despachos o en las urnas”, ha insistido Mañueco en una comparecencia sin preguntas.

El presidente regional ha disuelto la Cámara tras expulsar a los cuatro consejeros que tenía acordados con Ciudadanos en el pacto que unió sus caminos en el verano de 2019. Así, ha destituido al vicepresidente, portavoz y consejero de Transparencia, Acción Exterior y Ordenación del Territorio, Francisco Igea; a la consejera de Sanidad, Verónica Casado; a la consejera de Empleo e Industria, Ana Carlota Amigo; y al consejero de Cultura y Turismo, Javier Ortega. En su comparecencia, el presidente autonómico ha agradecido el trabajo de los consejeros cesados, aunque también les ha acusado de “hacer chantaje” de la mano de Por Ávila y el PSOE en materia presupuestaria. Miembros del PP admiten que cargar las culpas sobre el partido localista abulense, escisión asimismo del PP, supone buscar “excusas o relato” para justificar las decisiones de Mañueco y esa “inestabilidad” sobre la que ha cargado el barón de Castilla y León. La portavocía pasa a ser para el consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, y Alejandro Vázquez, procurador del PP, dirigirá Sanidad hasta las elecciones.

El presidente regional ha anunciado a la vez la ruptura de la alianza y la convocatoria sin avisar, según Igea, de sus intenciones. El vicepresidente de la comunidad ha expresado su enfado tras ver quebrantada la promesa de que no habría elecciones anticipadas, y le ha espetado: “¿Qué cojones piensas de tu población? ¿Qué categoría humana tienes?”, en una entrevista matinal en Onda Cero. El también exportavoz, médico de profesión, ha expresado su deseo de volver al ámbito hospitalario. “Acabo de comunicar a mi jefe de servicio la intención de incorporarme mañana a mis tareas asistenciales en el hospital. Necesitaremos un poco de reciclaje, pero estaremos donde más se nos necesita”, ha escrito en Twitter el que fue médico especialista en digestivo del Hospital de Palencia. Después ha dado una rueda de prensa en la que ha tachado la decisión de Mañueco de “incomprensible” y ha pedido a los ciudadanos que respeten y sigan las recomendaciones de la Junta en un momento en el que los contagios por coronavirus crecen en toda España. “Que no se engañe nadie, nosotros vamos a seguir peleando por cambiar nuestra comunidad”, ha añadido Igea.

El vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, atiende a los medios de comunicación en Burgos.Foto: EUROPA PRESS | Vídeo: EPV

La convocatoria anticipada para el 13 de febrero llega tras varios meses de discrepancias entre los socios. Mañueco había asegurado reiteradamente que solo la falta de “estabilidad” podría conllevar una decisión de estas características, que llega después de un primer aviso en septiembre, cuando el PP denostó el plan sanitario estrella de Ciudadanos, que incluía reformas para el ámbito rural poco del agrado de las pequeñas localidades de Castilla y León. Entonces la crisis se saldó sin más consecuencias, pero abrió un panorama de incertidumbre y de precampaña. Las fechas con las que jugaba el PP contaban con un momento señalado: marzo de 2022, cuando el PSOE de Luis Tudanca podría efectuar otra moción de censura. Fuentes del PP han admitido durante meses que este movimiento podría ser crítico por los escasos visos de futuro para Ciudadanos, en marcada caída electoral, cuyos 11 procuradores podrían apoyar la iniciativa socialista para mantenerse en primera línea política.

El adelanto electoral implica, según las leyes de Castilla y León, la apertura de un nuevo ciclo. La siguiente cita estaba prevista para 2023, al igual que las municipales y autonómicas del resto de comunidades que han mantenido su curso, pero los comicios de 2022 abren un mandato de otros cuatro años para el Gobierno que salga proclamado de las urnas. Fuentes del PP afirman que Mañueco tiene “todo el apoyo” del presidente del Partido Popular, Pablo Casado. Las encuestas publicadas en las últimas semanas en el territorio apuntan a una clara victoria de los populares, si bien fuentes de esta formación mantienen que al ser la primera vez que se anticipan, y encima en invierno, pueden salir perjudicados en materia de participación, especialmente en aquellos pueblos donde suelen obtener muchos votos y cuyos habitantes pueden encontrarse en las ciudades.

Un antiguo dirigente de la comunidad explica que “el medio rural de la comunidad es muy conservador” y que esta circunstancia puede propiciar un enorme auge de Vox, que actualmente solo tiene una representante en el Parlamento de Valladolid, Fátima Pinacho. Fuentes del PP reconocen que este mandato de dos años y medio con el vicepresidente Igea han sido “difíciles” y también han alimentado la voluntad de llamar a las urnas para suprimirlo del tablero autonómico.

Los frentes judiciales que tienen abiertos los populares, por otro lado, han desempeñado un papel clave para convocar elecciones anticipadas. El partido está salpicado por la conocida como trama Eólica, una causa que investiga la relación entre altos cargos de la Junta e importantes empresarios de la comunidad para favorecer determinados intereses en la concesión de licencias para parques eólicos. Por otro lado, el expresidente Juan Vicente Herrera (PP) está citado como testigo en el proceso conocido como La perla negra, que analiza posibles sobrecostes en la construcción de un edificio público de Valladolid. Este hecho, admite un compañero de siglas, supone un grave perjuicio “porque la gente no entiende que no es lo mismo testificar que ser imputado”, una comparecencia que daña igualmente la imagen de la formación.

Además, un juez de Salamanca ha imputado a dirigentes del PP de esta provincia, así como al partido como persona jurídica, por presuntas irregularidades en el pago de cuotas atrasadas de afiliados, a cuenta del bolsillo de líderes territoriales salmantinos, en forma de una “donación anónima ilegal”, según el magistrado. El voto de esos militantes fue decisivo en la pugna interna en el PP que acabó alzando a Mañueco como candidato a las elecciones. El exalcalde de Salamanca superó a Antonio Silván, regidor de León, con el apoyo de estos afiliados que pudieron votarlo gracias a que se pusieron al día sus cuentas, pues los estatutos recogen que los deudores no pueden tener derecho a sufragio en estos procesos internos. Fuentes del partido aseguran que esta circunstancia ocurrió también en otras provincias en las que Mañueco era menos conocido que en la suya, Salamanca, donde había ocupado varios cargos políticos. Por tanto, posibles investigaciones podrían saldarse con resultados lejanos a los intereses de la formación conservadora.

El PSOE, que ganó la cita electoral de 2019 y obtuvo 35 representantes pero no pudo gobernar por el giro de Igea hacia Mañueco, ha reclamado en las últimas fechas la dimisión del jefe del Ejecutivo. Tudanca lo tildó de “hijo ejemplar de la corrupción del PP” y reclamó su abandono.

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