Susana Díaz echa balones fuera en su regreso al Parlamento andaluz
La expresidenta de la Junta declara durante dos horas en la comisión de la Faffe sin aportar información y reivindica su gestión “ejemplar”
La comparecencia de Susana Díaz en la comisión parlamentaria que investiga supuestas irregularidades en la Fundación Andaluza de Formación y Empleo (Faffe) ha supuesto el regreso de la expresidenta de la Junta al Parlamento que abandonó hace apenas dos meses, cuando renunció a su escaño. En la Cámara, Díaz se ha limitado a echar balones fuera. Durante dos horas, ha esquivado al presidente de la comisión y a los portavoces de los grupos. Como es habitual en ella, ha seguido un guion preestablecido del que ningún diputado ha logrado que se saliera en ningún momento.
“No puedo aportar algo que yo no viví y que no estaba cuando llegué. Todo el mundo conoce que los hechos investigados no ocurrieron cuando yo ocupaba cargo institucional”, ha repetido una y otra vez Díaz. La fundación Faffe está siendo sometida a una investigación judicial por supuesto desvío de fondos públicos. Los directivos usaron tarjetas de crédito institucionales en gastos por unos 32.000 euros en 12 fiestas en prostíbulos de Sevilla, Cádiz y Córdoba, un caso que también está en los tribunales.
Díaz llegó al Gobierno como consejera de la Presidencia en 2012 y un año más tarde fue elegida presidenta de la Junta. El millar largo de trabajadores de la Faffe que, tras un decreto de reordenación del sector público andaluz en 2010, pasó a depender del Servicio Andaluz de Empleo (SAE) generó problemas de competencias entre el personal funcionario y esas nuevas incorporaciones laborales porque, en la mayoría de los casos, los nuevos empleados carecían de potestades públicas para hacer determinadas tareas administrativas.
El propio Gobierno de Díaz reconoció en 2016 que los trabajadores de la fundación incorporados al SAE estaban “cobrando y mano sobre mano”. La oposición de entonces mantenía que esos trabajadores accedieron a una nómina de la Junta por su vinculación con el PSOE, sin ninguna oposición. El despido no era una medida viable, porque había precedentes de sentencias que obligaron a la Junta a readmitir a decenas de trabajadores tras considerar nulos los despidos.
Díaz ha roto la estrategia seguida por otros ex altos cargos de su Gobierno, que se negaron a contestar a las preguntas de los grupos acogiéndose a su derecho a no declarar. Hay que conocer muy poco a la expresidenta para creer, como así lo pensaron en la nueva dirección del grupo parlamentario socialista, que se mantendría en silencio. No lo hizo en ninguna de las ocasiones en las que fue citada por otros casos de investigación, como cuando en 2015 declaró ante la comisión sobre presunto fraude en los cursos de formación. “Me casé con un tieso”, explicó entonces sobre la contratación como auxiliar administrativo en un centenar de cursos de su marido. En el Senado también compareció en la comisión de investigación de los partidos políticos, una semana antes de que arrancara la campaña electoral de las elecciones de diciembre de 2018, que supusieron la pérdida de la Junta de Andalucía para las socialista. Una campaña que el entonces candidato del PP y hoy presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, abrió en las puertas de un prostíbulo.
Las citaciones en esta comisión han estado acompasadas a las elecciones. Manuel Chaves acudió la víspera de la campaña de las generales de noviembre 2019. A Díaz también se la citó, pero no la recogió. Los grupos de PP, CS y Vox intentaron que la expresidenta declarara el día anterior al último congreso regional del PSOE. Y ahora, al final de la legislatura, la comisión empezará a trabajar en la elaboración de las conclusiones en un claro ambiente electoral.
En su comparecencia, Díaz contestó a las preguntas con la misma respuesta: “Yo no estaba y lo saben. Siempre he dado la cara. Estoy muy orgullosa de la honestidad de mi gobierno, de su gestión ejemplar sin ninguna denuncia y sin ningún miembro imputado”. Ha negado que sus consejeros tuvieran tarjetas de crédito.
Los portavoces de PP, Ciudadanos y Vox han mantenido que la Faffe no se liquidó en 2011, porque el proceso administrativo de extinción llegó hasta marzo de 2016, con Díaz de presidenta. A las preguntas al respecto de Ana Vanesa García (PP), Juan de Dios Sánchez (Cs) y Ángela Mulas (Vox) contestó con evasivas: “Me remito a lo que he dicho”.
Díaz ha vuelto del revés las preguntas de los grupos que le acusan de “nepotismo” y de mantener a los trabajadores de la fundación en el Servicio Andaluz de Empleo. “Moreno Bonilla está haciendo lo mismo que yo. Estoy convencida de que si se mantienen en su puesto de trabajo es porque no hay sentencias en contrario”. La ex presidenta ha contado una conversación con el vicepresidente de la Junta, Juan Marín (Cs), mantenida hace una semana en la que esté le habría dicho que estaba “orgulloso” de haber trabajado con su Gobierno y afirmó que Marín tenía la “misma información” que ella sobre la Faffe porque “había un comité de enlace”. Para la expresidenta andaluz es el actual Ejecutivo el que debería comparecer y explicar qué se ha hecho tras la extinción de la Faffe.
En muchos momentos ha dado la impresión de que Díaz presidía la comisión, cuyo titular es el diputado de Cs, Enrique Moreno. “Vamos a calmarnos, presidente”, le ha aconsejado cuando este intentaba a duras penas poner orden en el cruce de palabras de los diputados. Díaz ha agradecido a Moreno alguna vez su amparo, agarrándole del brazo, y otras le ha reprochado que no lo hiciera.
Díaz solo se ha mostrado algo molesta cuando desde Ciudadanos se le ha elogiado por declarar ante la comisión. “Los andaluces van a preferir a una mujer casada con un tieso, que a un hombre casado con una presunta enchufada”, ha dicho Juan de Dios Sánchez, en alusión a la esposa del secretario general del PSOE andaluz, Juan Espadas, quien fue contratada en la fundación mediante un concurso antes de que acabara el plazo de presentación de solicitudes. En su opinión, esta afirmación demuestra que han usado el Parlamento “para ir conta el PSOE”.
Lo dicho por Díaz no ha aportado nada nuevo al objeto de la comisión, es decir, al conocimiento de supuestas irregularidades de una fundación que Griñán ordenó “fumigar” cuando llegó a la Junta. “Les ha salido el tiro por la culata”, ha zanjado la expresidenta ante los periodistas al término del interrogatorio.
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