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El fiscal, sobre Villarejo: “No negamos que fuese espía, pero aprovechó esa condición para lucrarse”

El ministerio público rechaza que Sánchez, Marlaska y Rajoy declaren en el juicio

J. J. Gálvez
El comisario jubilado Jose Manuel Villarejo, a la salida de la Audiencia Nacional.
El comisario jubilado Jose Manuel Villarejo, a la salida de la Audiencia Nacional.Víctor Sainz

La Fiscalía Anticorrupción no está dispuesta a que el “ruido” enfangue el primer gran juicio a José Manuel Villarejo en la Audiencia Nacional. El ministerio público ha contraatacado este miércoles después de que la defensa aprovechase la fase de cuestiones previas, en la que todavía se encuentra inmersa la vista oral, para presentar al comisario jubilado como la víctima de una conspiración de “todos los estamentos del sistema” para “aniquilarlo”. El fiscal Miguel Serrano ha insistido en que este proceso se centra en el “entramado empresarial” que creó el agente para cobrar de particulares por hacer encargos de espionaje aprovechándose de sus cargos en el Cuerpo: “No negamos que Villarejo fuese policía de inteligencia o espía, pero aprovechó esa condición para lucrarse”, ha dicho.

La Fiscalía, que ha tomado este miércoles la palabra para responder a la defensa, ha querido delimitar desde el principio su acusación para tratar de desmontar la estrategia de Villarejo. El enjuiciado sostiene que nunca cometió un delito con sus negocios porque formaban parte de la tapadera que tenía como agente encubierto y, por tanto, resultaban esenciales para sus funciones. Sin embargo, Anticorrupción dibuja un escenario muy distinto. El ministerio público ha insistido en que “no pone en duda” que Villarejo trabajara como “policía de inteligencia”; ni que tuviera la “condición estructural de colaborador del CNI”; ni, incluso, que pudiera “estar autorizado” para la “gestión de su empresa privada”. Pero, ha incidido de inmediato, “para lo que no estaba autorizado, ni podía estar autorizado, es para lucrarse al margen de esa actividad basándose en los conocimientos” y datos que obtenía como policía.

“La esencia de nuestra acusación es que era policía”, ha dicho Serrano: “Recibió dádivas con abusos de sus funciones policiales, realizando funciones paralelas para clientes privados”. “Nosotros no negamos que Villarejo fuese espía o colaborase con el CNI. Lo que pasa es que aprovechó esa condición para lucrarse. Eso es lo que es absolutamente intolerable y lo que es reprochable”. Y ha remachado: “Es como si no quisiera saber de qué le acusa el fiscal. Pero hay que centrarse. Las brujas no existen. Pero si, como dicen, haberlas haylas, búsquenlas fuera de este procedimiento”. El sumario desvela que la trama accedía a bases de datos confidenciales para los supuestos encargos de espionaje que recibía de empresas o particulares. A cambio, le pagaron cantidades millonarias.

Fiscales, jueces y exministros

Con ese contexto como telón de fondo y después de que Villarejo pusiese sobre la mesa toda una batería de nombres de posibles testigos, el fiscal los ha recuperado este miércoles para desgranarlos. La acusación ha rechazado que desfilen ante el tribunal aquellas personas que “no están en condiciones” de explicar si el comisario jubilado contaba con autorización para “hacer determinadas operaciones” o para “usar sus empresas para contratar con clientes privados”: como los expresidentes Felipe González y Mariano Rajoy; los fiscales Manuel Moix, Eduardo Torres-Dulce y Javier Zaragoza; o Fernando Andreu y Alejandro Abascal, magistrados de la Audiencia Nacional.

Serrano también se ha opuesto a que declaren aquellos que “no tenían capacidad legal para autorizarle”: como los exministros José Luis Corcuera y Jorge Fernández Díaz; o Rafael Vera y José Antonio Nieto, ex secretarios de Estado. Y, según ha añadido, se niega a que se interrogue a Pedro Sánchez, actual presidente del Gobierno; Fernando Grande-Marlaska, responsable de Interior; o a Dolores Delgado, fiscal general del Estado, por simples comentarios que hicieron en la prensa sobre el antiguo policía, tal y como pidió la defensa

El ministerio público solo acepta los testimonios que puedan “ayudar” a dilucidar el objeto de la acusación: es decir, si Villarejo abusó de su posición para lucrarse. Por ello, Anticorrupción accede a que se interrogue a ex altos cargos de la Policía Nacional, como los comisarios Eugenio Pino, Pedro Díaz-Pintado y Florentino Villabona, antiguos jefes del Cuerpo; a Francisco Martínez, ex número dos de Interior; y a Félix Sanz Roldán, quien fuera máximo responsable del CNI. La Fiscalía también apoya que declare la presentadora Ana Rosa Quintana, ya que su marido está acusado en el juicio por contratar al comisario y ella se encontraba presente en alguna reunión donde se habló del tema. Podemos ya lo propuso, pero el tribunal lo rechazó.

Desde el pasado octubre, la Audiencia Nacional acoge un triple juicio a la trama liderada por Villarejo. La Sala de lo Penal decidió juntar en esta vista tres líneas de investigación que se instruyeron por separado: las denominadas Piezas Iron, Land y Pintor. La primera versa sobre la contratación del comisario por parte del bufete Herrero & Asociados para espiar supuestamente a otro despacho de abogados. Land se centra en la guerra familiar de los herederos de Luis García-Cereceda, el promotor que levantó la urbanización de lujo La Finca en Pozuelo de Alarcón (Madrid). Y Pintor investiga si el empresario Juan Muñoz Tamara, marido de Quintana, fichó a Villarejo para obtener ilegalmente datos de un exsocio, al que reclamaba una deuda.

La pelea sobre la principal prueba del caso

La Fiscalía ha rechazado también el intento de anular la principal prueba de la causa: las grabaciones que José Manuel Villarejo hizo durante años. El comisario jubilado sostiene que, como captaba esas conversaciones dentro de sus funciones como policía, los audios no pueden utilizarse contra él. Una tesis que el ministerio público considera que no puede prosperar, pues no se le puede conceder el “disfraz” de agente cuando estaba abusando de esa condición.

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Sobre la firma

J. J. Gálvez
Redactor de Tribunales de la sección de Nacional de EL PAÍS, donde trabaja desde 2014 y donde también ha cubierto información sobre Inmigración y Política. Antes ha escrito en medios como Diario de Sevilla, Europa Sur, Diario de Cádiz o ADN.es.

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