Casado y Ayuso, frío reencuentro en la presentación del libro de Rajoy

Política para adultos, el título del último libro de Mariano Rajoy, aparecía como un oportuno mensaje para el reencuentro entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso tras semanas de jugar al gato y al ratón. Los dos políticos del PP, inmersos en una enconada pugna por el poder orgánico en Madrid, se vieron este miércoles las caras por primera vez en la presentación del libro del expresidente popular después de 40 días esquivándose en pleno pulso interno. Y la foto resultó fría. Casado y Ayuso posaron para los fotógrafos separados por Rajoy en una imagen de grupo, según les situó la organización, y después se les pudo ver charlar brevemente en una esquina, delante de una maraña de cámaras en el Real Casino de Madrid. El encuentro, forzado, no pudo ocultar la tensión entre ambos. Se percibió en sus gestos, que reflejaron rigidez e incomodidad y en que tampoco se les escuchó una palabra. Llegaron y se marcharon sin hacer declaraciones. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, salvó la cara por ambos: “Las agendas son complicadas, no incompatibles. Aquí, hoy, está la prueba de que no hay problema en que se vean y coincidan”.

Ayuso llegó primero, bajo la lluvia, procedente de la inauguración de un nuevo centro comercial en Torrejón de Ardoz. “Es espectacular”, le contó a Rajoy en el primer posado de la tarde, junto al alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida. Los tres esperaron a Casado en una sala adyacente, ajena a las miradas de los periodistas, y después, ya con el líder del PP, volvieron a posar en el photocall, junto al presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, el periodista Carlos Herrera y la editora Núria Cabutí. En el segundo posado, el protocolo situó a Rajoy entre medias de Casado y Ayuso. Tampoco los dos políticos se sentaron juntos después, durante la presentación. En ese caso, la organización situó en medio a la mujer de Rajoy, Elvira Fernández.

En el encorsetado encuentro, Casado y Ayuso comentaron brevemente que se verán de nuevo en el acto oficial por el aniversario de la Constitución el día 6 en el Congreso, y se despidieron “con normalidad”, según fuentes de la dirección popular.

El libro de Rajoy concitó la reunión de la plana mayor del PP, la actual y la del pasado: además de los miembros de la dirección popular, acudieron la mayoría de los ministros de los Gobiernos de Rajoy, su vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y también el líder de la CEOE, Antonio Garamendi. Destacó la ausencia del expresidente José María Aznar.

Casado y Ayuso llevaban sin verse desde el pasado 19 de octubre, cuando coincidieron en la inauguración de un rascacielos en Madrid. Tal era la expectación que el periodista Carlos Herrera ironizó sobre el esperado reencuentro que había logrado Rajoy. “A veces existe el milagro de la Navidad”, bromeó el comunicador, que preguntó a Rajoy si estaba contento por ello. “Sí”, contestó lacónico el expresidente, que dedicó después palabras amables para ambos. “El corolario de este libro es que Casado debe asumir pronto la presidencia del país, por el bien de todos”, dijo del líder del PP. De la presidenta de Madrid alabó su “valentía”. “Fue capaz de tomar decisiones en momentos difíciles, fue objeto de críticas absurdas por parte de la izquierda madrileña, y otra que anida no muy lejos. Hoy esta aquí y además está ahí”, dijo señalando su sitio en primera fila.

Hasta este miércoles, las agendas de Casado y Ayuso se habían ido coordinando en una coreografía a veces rocambolesca para no encontrarse. El líder del PP y su presidenta no hablan en privado al menos desde el pasado viaje de ella a EE UU, a finales de septiembre, según fuentes conocedoras de sus conversaciones. La relación está más que tocada.

La imagen de ayer quiso aparentar normalidad, pero la guerra interna sigue en el mismo punto. Casado no adelantará la fecha del congreso del PP de Madrid, a pesar de las reiteradas peticiones de Ayuso para que lo haga, y lo más probable es que se celebre a partir del próximo mes de marzo, cuando se cumplirán cinco años desde que una dirección provisional tomó el mando del partido tras la dimisión de Cristina Cifuentes. Casado tampoco tiene previsto buscar acuerdo con la líder madrileña, y sostiene que no puede darle su apoyo para presidir el partido por su papel de árbitro. Poco a poco, ambas partes acumulan agravios y la relación no hace más que enfriarse. Algunos dirigentes creen que será posible un acercamiento cuando baje el suflé, pero las semanas pasan sin que la tensión se rebaje.