El retorno a España del tesoro de la trama Púnica oculto en Suiza costará 238.200 euros
La justicia helvética comunica a la Audiencia Nacional que descontará de una cuenta intervenida al empresario David Marjaliza los gastos de seis años de almacenaje y de traslado
El retorno a España de las valiosas obras de arte que el empresario David Marjaliza, cabecilla confeso de la trama Púnica, ocultaba en un almacén de Ginebra (Suiza) costará 248.566 francos suizos (238.200 euros), según la documentación de las autoridades helvéticas a la que ha tenido acceso EL PAÍS. La justicia suiza ha remitido a la Audiencia Nacional un escrito para ultimar la entrega de 39 cuadros y fotografías y 184 plumas estilográficas de colección que el constructor atesoraba en el país helvético con la advertencia de que, antes de que se haga efectiva, descontará esa cantidad, destinada a cubrir los gastos de almacenaje de los seis últimos años y de parte del coste del traslado de los bienes a Madrid, del saldo de una cuenta bancaria también intervenida a Marjaliza en Suiza, según detalla una resolución del juez Joaquín Elías Gadea incorporada al sumario del caso Púnica.
Las obras que están a punto de regresar están valoradas en 15,6 millones de euros e incluyen creaciones de Eduardo Chillida, Miquel Barceló, Antoni Tàpies, Manolo Valdés, el Equipo Crónica, Juan Uslé y Torres García, entre otros. El destino inicialmente previsto para ellas es el Museo Nacional de Arte Contemporáneo Reina Sofía, de Madrid.
La resolución del juez Gadea, que realiza funciones de refuerzo al instructor de la causa, el magistrado Manuel García-Castellón, se produce después de que el pasado 4 de noviembre se recibiera en la Audiencia Nacional un escrito de la Fiscalía suiza para “concretar la restitución de los bienes intervenidos” a la red de corrupción. En esta comunicación, la fiscal Sophie Chofflon detallaba que la mayor parte de la cantidad que se retraerá del dinero que Marjaliza ocultaba en una cuenta en Suiza a nombre de una empresa pantalla se destinará a pagar a la empresa Natural Le Coultre S. A., propietaria del almacén donde las obras permanecen depositadas desde 2013. Las instalaciones de esta compañía en Ginebra son el refugio de cientos de miles de bienes artísticos de inversores privados, por lo que son consideradas en el mundo del arte como un museo oculto. En concreto, Natural Le Coultre reclama 213.646 francos suizos (204.747 euros), correspondientes a algo más de cinco años de almacenaje en un depósito de 18 metros cuadrados, según la factura emitida por esta compañía e incorporada ahora la sumario del caso Púnica.
A esta cifra, las autoridades helvéticas suman otros 34.920 francos suizos (33.453 euros) para sufragar el traslado de las obras desde Ginebra a Madrid por una compañía especializada. Las autoridades suizas aclaran que en este importe no están incluidos ni el IVA ni algunos servicios necesarios, como el seguro, los impuestos de importación en España o la descarga, desembalaje y almacenamiento en Madrid. Para realizar el traslado, la fiscal Chofflon propone, a instancias de Natural Le Coultre, la contratación de la empresa española SIT, especializada en la mudanza de bienes culturales y que fue la misma que Marjaliza contrató en su día para llevar los cuadros desde España a Suiza, como recuerda el documento.
Por último, la Fiscalía suiza pide a la justicia española que le facilite “a la mayor brevedad posible” la identidad de la persona de la Oficina de Recuperación y Gestión de Activos (ORGA) del Ministerio de Justicia que se encargará de la recepción de las obras en España. La ORGA, cuya misión es administrar los bienes embargados a personas condenadas, tiene firmado desde 2016 un convenio con el Museo Reina Sofía para autentificar los objetos artísticos intervenidos al constructor de la trama Púnica y que posteriormente sea expuestos en sus salas. Fuentes de la institución cultura han señalado este lunes que aún no han recibido ninguna notificación oficial sobre un próximo traslado de los bienes. En agosto ya indicaron a este diario que el museo mantenía su interés por incorporar a sus fondos, si no todas, sí parte de las obras, aunque admitieron que tenían problemas de espacio para guardarlas mientras se realizan los trabajos de conservación.
Largo y complejo proceso
El escrito de las autoridades suizas aproxima a su fin un largo y complejo proceso que se inició hace más de seis años, en marzo de 2015, cuando el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, primer instructor de este sumario de corrupción, pidió a Suiza que embargase las obras de arte que Marjaliza había adquirido para blanquear parte de sus ganancias ilícitas y que tenía ocultas en los almacenes de Natural Le Coultre SA. En febrero del año siguiente, el juez Velasco inició los trámites para que estas regresaran a España. El magistrado contaba ya entonces con el consentimiento del propio Marjaliza, que había comenzado a colaborar con la justicia y autorizado expresamente el traslado de los bienes sin necesidad de esperar a que hubiera una sentencia condenatoria firme.
Sin embargo, la justicia suiza rechazó en un primer momento hacerlo. Alegó que los objetos artísticos no figuraban como propiedad del constructor, sino de una empresa de Singapur, Millenia Trading Pte Ltd, al frente de la cual estaban dos ciudadanos asiáticos. Para las autoridades suizas, esta empresa era la propietaria formal de los bienes y, por tanto, sus administradores eran los únicos que podían autorizar el envío. En realidad, Millenia Trading es propiedad del propio Marjaliza, que la creó para realizar, precisamente, una falsa operación de compraventa de arte con estos bienes para blanquear 4,2 millones de euros que tenía ocultos en Suiza y, así, poder repatriarlos a España.
De nada sirvió que el constructor mostrara su disposición al retorno de las obras. Marjaliza —que ya ha autorizado en los últimos años la subasta de otros objetos de valor como relojes de lujo, joyas y vehículos que se le intervinieron tras su detención en octubre de 2014— aspira a que el valor de todo ello sirva para cubrir parte de la millonaria cantidad que previsiblemente se le impondrá como responsabilidad si es condenado por el caso Púnica.
La situación se mantuvo bloqueada hasta el pasado 26 de abril. Ese día, las representantes de la Fiscalía Anticorrupción en la causa mantuvieron una reunión telemática con su colega helvética Chofflon y con representantes de la Oficina Federal Suiza y de la embajada de este país en España en la que estos se comprometieron a “informar favorablemente” ante la justicia de su país para que diera luz verde a repatriar los bienes artísticos. Semanas después, el 7 de junio, Marjaliza compareció en la Audiencia Nacional para dar su conformidad a la repatriación y autorizar “expresamente” que a su llegada todos los objetos artísticos quedasen bajo custodia de la ORGA.
Días más tarde, el 29 de junio, se celebró una nueva comparecencia judicial del constructor, en este caso por videoconferencia con la fiscal helvética, en la que aquel reiteró su autorización al retorno de las obras y dio su consentimiento para que se cargara a las cuentas bancarias que tenía intervenidas en Suiza tanto el gasto del alquiler del almacén en el que están guardadas como el de su transporte a España. Ahora, cinco meses después, las autoridades helvéticas lo van a hacer finalmente y, con ello, el retorno de las obras a España parece inminente.
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