Sánchez se abre a reformar la Constitución y a eliminar la inviolabilidad del Rey

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, volvió a manifestarse este lunes públicamente a favor de acabar con la inviolabilidad del Rey en la Constitución. “No creo necesaria esa condición para el jefe del Estado”, señaló en una entrevista en la Cadena SER. “Lo he dicho públicamente, creo que no es necesario que se reconozca esa condición al jefe del Estado [de inviolabilidad]. Es producto de otra época legítima de nuestra democracia, pero no una etapa democrática consolidada con más de 40 años de historia que mira hacia adelante”, afirmó el presidente.

No es la primera vez que Sánchez se muestra contrario a que el jefe de Estado esté blindado por una inviolabilidad absoluta. El presidente ha mantenido la misma postura desde que llegó a La Moncloa, pero el Ejecutivo no ha dado ningún paso en esa dirección y el PSOE votó en febrero pasado en contra de una iniciativa en el Congreso para retirar al Rey esta protección.

El presidente no concretó este lunes si su partido se abre ahora a aceptar una iniciativa como la que rechazó en febrero o si está dispuesto a eliminar o matizar la inviolabilidad del Rey en una futura reforma constitucional. La inviolabilidad del jefe de Estado está recogida en el artículo 56 de la Constitución (“la persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad”) por lo que para tocarla haría falta, en principio, reformar la Ley Fundamental. Pero para modificar el Título II del texto constitucional, el que regula la Corona, hay que aplicar el procedimiento agravado de reforma, que implica no solo conseguir una mayoría de dos tercios en el Congreso y el Senado, sino disolver las Cortes, convocar elecciones generales, que la nueva composición de las Cámaras refrende la reforma y convocar un referéndum. Hasta ahora, ningún Gobierno se ha decidido a poner en marcha este mecanismo, ni siquiera para eliminar la prevalencia del varón sobre la mujer en la sucesión al trono, un precepto que, en principio, genera más consenso que el de la inviolabilidad.

Sánchez aseguró este lunes que su partido cree que ha llegado el momento de “abrir el debate sobre la actualización de la Constitución” y por eso el PSOE ha creado la Secretaría de Reforma Constitucional y Nuevos Derechos y ha puesto al frente al ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. En esa hipotética operación, los socialistas querrían “reformar el derecho a la salud, todo lo que tiene que ver con la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, y el ecologismo”. Pero para que ese proyecto fructifique tiene que contar con el apoyo del PP, y Sánchez dio por hecho que se va a negar porque hace unos días se opuso a modificar el artículo 49 para eliminar el término “disminuidos”.

Referéndum y elecciones

El presidente no avanzó, en cualquier caso, si su partido estaría dispuesto a incluir la inviolabilidad del jefe de Estado en una propuesta de reforma constitucional más amplia, que —según juristas consultados— sería la fórmula menos arriesgada políticamente para tocar esta protección del jefe de Estado. Una modificación específica para cambiar solo aspectos relativos a la Corona obligaría a centrar en la Monarquía la pregunta del referéndum preceptivo, lo que pondría en el centro del debate la forma política del Estado, una puerta que el PSOE no parece dispuesto a abrir.

Otra opción sería intentar eliminar la inviolabilidad sin reformar la Constitución, pero los juristas discrepan sobre si es posible. Ana Aba Catoira, profesora de Derecho Constitucional de la Universidad de A Coruña, considera que no. “No hay otra interpretación posible. La Constitución le reconoce una inviolabilidad absoluta y si se quiere acabar con eso, no queda otra que reforma constitucional, elecciones y referéndum”, señala.

Para Agustín Ruiz Robledo, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Granada, cabría también la opción de aprobar una ley que “indirectamente” reinterpretara ese precepto constitucional. “No puede hacerse una ley sobre la inmunidad, eso no está permitido. Pero si tú reformas, por ejemplo, la Ley Orgánica del Poder Judicial y dices que el Tribunal Supremo es el competente para enjuiciar al Rey por actos cometidos en su esfera privada, ya estás interpretando que su inviolabilidad solo es para lo público”, señala el catedrático, que advierte que esa ley, probablemente, sería recurrida ante el Constitucional y este tendría la última palabra.