La presidenta del Congreso estalla y exige a los diputados acabar con “las ofensas y los insultos”
Batet advierte a Vox de que sus decisiones deben ser “acatadas” y asegura: “No voy a ser neutral en la defensa del Parlamento de España”
A Meritxell Batet se le ha acabado la paciencia. Ante la alarma por la tensión política disparada en las últimas semanas, la presidenta del Congreso ha reaccionado este martes con una reprimenda a los diputados, a quienes ha rogado “encarecidamemente” que se comporten con “más respeto y más educación” y abandonen “los insultos y las ofensas”. Aunque Batet ha evitado señalar a nadie en su reconvención, uno de los mensajes tenía un claro destinatario, Vox. Después de que la pasada semana ese grupo desobedeciese la orden de expulsión del pleno de su diputado José María Sánchez, quien había llamado “bruja” a una parlamentaria del PSOE, Batet ha comenzado su discurso este martes con una advertencia: “Las decisiones de la presidencia en la dirección de los debates deben ser acatadas”. Ese mensaje ya se lo había comunicado al portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, en una reunión privada tras el altercado.
Batet lleva desde hace tiempo afanándose en lanzar pequeños mensajes y avisos para rebajar el hosco clima político que se ha instalado en la Cámara baja. La presidenta socialista del Congreso lo ha intentado en sus discursos institucionales, como el que pronunció el año pasado en las conmemoraciones del Día de la Constitución, y lo reiteró el pasado día 15, cuando se reanudó el trabajo parlamentario y dirigió unas breves palabras al hemiciclo con un llamamiento al diálogo. Los sucesos de la semana pasada, cuando Vox se negó a la expulsión de su diputado y el pleno estuvo suspendido más de 10 minutos hasta que José María Sánchez retiró sus insultos a regañadientes, ha llevado a la presidenta a dar un paso más y a hacer una inusual reconvención pública, en tono institucional, aunque sin señalar a nadie directamente.
La presidenta de las Cortes ha abierto la sesión plenaria de esta semana con un gesto muy poco frecuente, la lectura de un comunicado, mitad mensaje de firmeza, mitad apelación a la conciencia de los políticos. En primer lugar, ha querido dejar clara su voluntad de no permitir que se desobedezcan sus decisiones o las del resto de la Mesa. Batet no se encontraba presente durante el altercado de la pasada semana, porque estaba en almuerzo institucional con el presidente del Senado, y fue el vicepresidente primero, el también socialista Alfonso Gómez Rodríguez de Celis, quien decretó la expulsión del diputado de Vox tras llamarle al orden tres veces, para acabar aceptando, minutos después, la rectificación parcial del parlamentario de ultraderecha.
Tras el toque de atención inicial de este martes, Batet ha pasado a describir con crudeza el ambiente político en el Congreso. Ha lamentado que en “demasiadas ocasiones” la libertad de expresión de los parlamentarios “ha acabado siendo utilizada de manera inadecuada proyectando insultos y ofensas a personas e instituciones”. “No nos lo podemos permitir como representantes de toda la sociedad española”, ha dicho Batet.
En un tono grave, la tercera autoridad del Estado ha invitado a los partidos a una reflexión: “Yo me pregunto, y me imagino que ustedes también lo hacen a menudo, si somos conscientes de lo que estamos proyectando hacia fuera, de lo que estamos trasladando sobre todo a los jóvenes”. La advertencia ha continuado. “Debemos dar ejemplo en esta casa”, ha insistido, antes de pedir a los diputados que cambien “la manera de expresarse en la tribuna” y “se respeten a sí mismos y a los demás”. Batet ha apelado a su imparcialidad para no ser más específica al indicar los destinatarios de su discurso, que ha cerrado con otro aviso: “No voy a ser neutral en la defensa del Parlamento de España, de las instituciones de este país y de la democracia”.
Sin nadie señalado con nombres y apellidos expresamente, tampoco nadie se ha dado por aludido y el discurso ha concitado la ovación de toda la Cámara, incluidos los diputados de Vox, cuyos portavoces, Iván Espinosa de los Monteros y Macarena Olona, han aplaudido con más entusiasmo que nadie, pese a que la semana pasada jalearon la desobediencia de su compañero. El incidente específico con el diputado José María Sánchez, se saldará más que probablemente con una mera reconvención verbal de la Presidencia, pese al malestar de la mayoría de los grupos y las solicitudes de algunos para que se impongan sanciones duras. El asunto fue abordado este martes, antes del pleno, en la Mesa del Congreso, su órgano de gobierno, y solo el representante de En Comú Podem Gerardo Pisarello ha reclamado actuaciones más contundentes
Otros dirigentes, como el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, han abogado por aplicar una estrategia nueva de no entrar “en el cuerpo a cuerpo” con Vox para no tapar discusiones o debates “más hermosos” y útiles que sí se producen en la Cámara. Tanto Vox como el PP han restado trascendencia al altercado de la pasada semana, la tercera vez desde 1979 que un parlamentario era expulsado de la Cámara. La portavoz popular, Cuca Gamarra, ha opinado que se han producido “incidentes mucho más graves” en otras ocasiones, como las fórmulas de acatamiento a la Constitución utilizadas por muchos diputados nacionalistas, y ha rechazado aplicar sanciones más duras, como la expulsión durante un tiempo del diputado del Congreso o incluso la retirada de su acta.
El portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, ha negado que pidiese al diputado expulsado la semana pasada que no abandonase el hemiciclo y ha sostenido que los incidentes en el Congreso durante esta legislatura siempre se originan, según su criterio, cuando ejerce de presidente en funciones Gómez de Celis. Espinosa ha subrayado que si la que dirige los debates es Batet, o en momentos muy puntuales otros componentes de la Mesa, como la popular Ana Pastor o incluso la dirigente de Unidas Podemos Gloria Elizo, esos enfrentamientos no tienen lugar y las discusiones transcurren “sin descontrol y con cierta naturalidad”. Espinosa ha acusado a Gómez de Celis de mantener un comportamiento “poco profesional y sectario”.
Relajación de las normas
La controversia que aún no se ha apagado por los incidentes de la pasada semana coincide con la discusión entre algunos grupos sobre la decisión de ir recuperando poco a poco la normalidad en el Congreso tras la remisión de la pandemia. La Junta de Portavoces ha abordado el asunto este martes y ha decidido que a partir de octubre se incorporen a las actividades habituales de la Cámara el 75% de los parlamentarios (ahora eran el 50%). El PP ha discutido esa recomendación y ha anunciado que en el momento de las votaciones acudirán todos sus diputados a hacerlo de modo presencial. La portavoz popular, Cuca Gamarra, ha incidido en que el Senado ya permite la entrada del 100% de sus miembros al hemiciclo. Gamarra ha atribuido que en el Congreso no se tome la misma medida a que varios ministros son también diputados y de ese modo podrán seguir ejerciendo su voto telemático sin tener que acudir a la Cámara.
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