Espadas ensaya una oposición pactista con el PP para recuperar la credibilidad del PSOE andaluz
El secretario general socialista apuesta por negociar con Moreno los Presupuestos de la Junta del próximo año
Juan Espadas, secretario general del PSOE andaluz y candidato a la Junta, empieza a llegar tarde a todas sus citas. Mantiene una doble agenda como líder de la federación con más militantes de España (46.577) y como alcalde de Sevilla, la ciudad más poblada en manos de los socialistas, que le obliga a multiplicarse. Apenas lleva dos meses y medio al frente del partido tras ganar de manera contundente las primarias a Susana Díaz el pasado 16 de junio y posteriormente alzarse, el 23 de julio, con la secretaría general en un proceso sin competidores. Espadas ha cambiado los equipos, ha incorporado caras nuevas y ensaya ahora un nuevo de estilo de oposición que pasa por llegar a acuerdos con el Gobierno andaluz que preside Juan Manuel Moreno (PP), al que le ha ofrecido negociar los Presupuestos de la comunidad para 2022.
El ofrecimiento de Espadas es novedoso en la política española, donde el acuerdo es la excepción y una anomalía, pero en el caso del secretario general del PSOE andaluz no lo es, forma parte de su marca personal y de su trayectoria como alcalde de Sevilla. En 2018 pactó con el PP las cuentas municipales y en 2021 lo hizo con Ciudadanos y Adelante Sevilla (la firma local de Unidas Podemos).
A Espadas no le gustan los conflictos ni el choque directo, prefiere el pacto. Dice que actúa en este caso “por coherencia”. Pero también necesita que el PSOE andaluz recupere la confianza y la credibilidad perdidas y eso requiere un nuevo guion que permita la visibilidad de un partido que gobernó casi 37 años seguidos en Andalucía y que desde diciembre de 2018, fecha de las últimas elecciones autonómicas, ejerce la oposición sin saber muy bien cómo se hace, y que además pasa desapercibida. “Necesitamos que nos vean y nos escuchen, hacer una oposición más constructiva y el valor del acuerdo desde el punto de vista de la opinión del ciudadano”, asegura Espadas.
Dentro de 15 días, el Gobierno andaluz de PP y Ciudadanos abrirá la negociación con los grupos parlamentarios para aprobar los Presupuestos de la comunidad para 2022, los últimos de la legislatura. Los tres anteriores los sacó con el apoyo de Vox, que tras varias piruetas parlamentarias, amagos de ruptura y golpes de pecho, acabó dando su visto bueno.
Espadas entiende que esas cuentas son “necesarias para la recuperación económica” y que, si se aprueban, el presidente Juan Manuel Moreno no tendría argumento para adelantar las elecciones autonómicas previstas en principio en noviembre de 2022. Al PSOE, que aceleró la sustitución de Susana Díaz retorciendo los reglamentos internos para convocar primarias a la presidencia de la Junta con la excusa del posible anticipo electoral, no le interesa que las urnas se abran antes de tiempo. Su candidato necesita tiempo para darse a conocer y el partido afronta ahora una maratón de congresos en el que debe consolidarse una nueva mayoría en torno al nuevo secretario general.
Encuestas en contra
Las encuestas no pintan bien para el PSOE andaluz. Los sondeos pronostican un triunfo del PP y una mayoría absoluta de las derechas, aunque con un reparto diferente al de 2018 en el que Vox superaría a Ciudadanos, al borde de la desaparición. Las izquierdas (puede darse el caso de hasta cuatro papeletas de ese signo: de PSOE, Unidas Podemos, Adelante Andalucía y Más País) no sumarían.
La propuesta de Espadas de sacar adelante el Presupuesto andaluz no ha tenido rechazo interno. Fue aprobada por unanimidad el pasado lunes en la Interparlamentaria socialista, que reúne a los cargos electos andaluces en todas las cámaras legislativas. “Partido Popular y Ciudadanos tienen la ocasión de finiquitar su idilio con la extrema derecha y, en este escenario excepcional de pospandemia, explorar la geometría variable para el pacto que ofrece el tablero político andaluz. Si no se avienen siquiera a abrir una negociación, darán por sentado que su matrimonio con la ultraderecha es por elección y no solo por necesidad, que se sienten cómodos siendo cómplices y rehenes de políticas que nos hacen retroceder”, asegura la resolución aprobada.
El PSOE quiere llevar a esa negociación demandas reclamadas por entidades y ciudadanos para actuar como su altavoz, pero en ningún caso los socialistas se plantean votar afirmativamente, sino la abstención; es decir, dejar que se aprueben. “No van a ser los Presupuestos del PSOE de Andalucía. Esto no va de pedirles que abandonen su presupuesto y cojan el mío. El Presupuesto es el del Gobierno andaluz”, afirma Espadas.
El PP desconfía de la mano tendida del secretario general socialista, pese a que apoyó la tramitación de la nueva ley del Suelo, el proyecto estrella del Gobierno andaluz, que Vox tumbó en un primer momento. El portavoz parlamentario popular, José Antonio Nieto, tiene claro cuál es su socio preferente para los Presupuestos: “Es más viable un acuerdo con Vox que con el PSOE. Con Vox hemos cerrado los tres anteriores y lo del PSOE está por llegar, no apuesta por el diálogo”. La urgencia del PP y Cs por sacar adelante unas nuevas cuentas en año preelectoral es menor a la de hace un año. La prórroga presupuestaria, de la que habla ya hasta el riguroso consejero de Hacienda, Juan Bravo, “no sería ninguna tragedia”, afirma Nieto.
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