Moreno Bonilla solo adelantará elecciones si Vox bloquea la acción de su Gobierno
El presidente de la Junta de Andalucía se aferra a agotar la legislatura pese a las amenazas de la extrema derecha
El Gobierno andaluz del popular Juan Manuel Moreno Bonilla tiene previstos proyectos hasta el final de la legislatura, en noviembre de 2022. Su intención es presentar una hoja de realizaciones palpables que pueda animar a una parte importante de los andaluces —el centro y la derecha, sin renunciar a la izquierda moderada— a que le apoyen. El adelanto electoral parece descartado, pero hay una condición que le haría cambiar los planes. Si Vox bloquea su acción de gobierno y la legislatura queda abocada a la gresca, sin contenidos prácticos, y él sometido a control y a la defensiva, habrá adelanto electoral, según distintas fuentes. El Gobierno andaluz cree muy verosímil que Vox opte por la ruptura.
Si hay elecciones anticipadas en Andalucía no será por capricho, ni porque los proyectos estén agotados o porque haya problemas con Juan Marín, vicepresidente del Gobierno, de Ciudadanos. Si las hay será porque los cálculos de Vox le llevan a interrumpir la colaboración con el Gobierno de la Junta. ¿Por qué tomarían ese camino? Los distintos interlocutores próximos al Ejecutivo andaluz coinciden en que el partido de Abascal teme que a medida que pase el tiempo Moreno Bonilla pueda presentar mejores resultados de su gestión y dificultar su crecimiento. Moreno Bonilla quiere exhibir gestión al concebir los próximos comicios como una reválida al primer Gobierno no socialista de la Junta de Andalucía desde la instauración de la democracia. Sin leyes no se hace el camino, por lo que a la vuelta del verano el presidente de la Junta llevará un manojo de ellas de especial calado.
Más allá de los presupuestos del próximo año, la norma más relevante es la ley de tributos cedidos, cuya proposición se debatirá en septiembre y supone el núcleo de las políticas del presidente andaluz. Se trata de una propuesta que contempla una rebaja fiscal de 329 millones de euros y que fue registrada en la Cámara a través de dos iniciativas, una firmada por PP y Vox y otra por PP y Ciudadanos. Este último evitó aparecer en la foto con la formación de extrema derecha tras el descalabro en las elecciones madrileñas.
Los próximos movimientos de Vox permitirán calibrar el nivel de beligerancia respecto del Gobierno andaluz, al que sostiene en el Parlamento con sus votos. “Tienen la necesidad de exagerar las diferencias con el PP y forzar divergencias, cuando lo habitual es tener puntos en común y lo veremos con la ley de tributos cedidos”, explican fuentes populares. No tendría sentido que votaran en contra de una disposición que ellos mismos han presentado, aunque el PP no se fía.
Amagar con retirar el apoyo
Desde que comenzó la legislatura, el partido que dirige Santiago Abascal siempre ha amagado con retirar su apoyo a los presupuestos, pero al final, el apoyo llegaba. Hasta que tal inercia se rompió. El pasado mayo, Vox votó en contra de otra de las iniciativas legislativas estrella del Gobierno de Moreno, la nueva ley andaluza del suelo. Vox no entró en el contenido de la norma, sino que votó contra ella por el enfado de la formación de Abascal por el acuerdo entre el Gobierno y las comunidades autónomas para que acogieran a menores solos llegados a Ceuta en la crisis con Marruecos. “El margen de autonomía e independencia de Vox en Andalucía es muy limitado y cada decisión está vinculada a la estrategia diseñada por Madrid”, señalan fuentes del PP de Andalucía. “En el Gobierno de la Junta ya saben que cuando Vox nacional tiene una crisis con el PP, su reacción es bloquear proyectos en Andalucía”, explica este interlocutor.
Desde que la Asamblea de Ceuta declaró persona non grata a Abascal, con la complacencia del PP, los llamamientos de Vox a Moreno para que convoque elecciones han arreciado, al igual que las advertencias de que no apoyarán otras leyes del Ejecutivo. Esta semana han anunciado que votarán en contra de la ley de bienestar animal que aún está en fase de anteproyecto. El epígrafe de los presupuestos para 2022 está señalado en rojo. El vicepresidente andaluz y líder territorial de Ciudadanos, Juan Marín, deslizó el miércoles que podrían prorrogarse. No es la mejor opción, reconoce el Gobierno andaluz, pero tienen que prepararse por si Vox cambia el paso. Si su decisión es la de bloquear la acción de gobierno, y Moreno se queda para que día tras día la oposición le fustigue, entonces, Vox se saldrá con la suya y habrá elecciones.
Espadas esboza el nuevo PSOE andaluz
El nuevo líder del PSOE de Andalucía, Juan Espadas, tiene mucho trabajo por delante. Ha empezado a seleccionar al equipo que se encargará de coordinar los trabajos del IV Congreso Regional del partido, convocado para los días 6 y 7 de noviembre. De ese cónclave saldrán la nueva dirección regional y el programa electoral.
El candidato socialista a la Junta, que ganó las primarias a la expresidenta Susana Díaz y tras la renuncia de esta a seguir la batalla, tiene el campo abierto para ser secretario general, ha confiado ese trabajo a un grupo de 15 personas, nueve mujeres y seis hombres. Los equilibrios territoriales en Andalucía son fundamentales, por lo que todas las provincias están representadas en este grupo, en el que predominan alcaldes y concejales. El equipo de confianza se complementa con los actuales portavoces parlamentarios, Ángeles Férriz, María Márquez y Gerardo Sánchez.
Esta comisión de trabajo complementará la labor que encomendó a otro equipo de 20 personas, comandado por el diputado Felipe Sicilia, que articulará la acción de las ejecutivas provinciales y se relacionará con ellas para la elección de los delegados al congreso. Todo con mucha publicidad. Se trata de que el PSOE andaluz transmita voluntad de elaborar un proyecto de futuro con un equipo nuevo. /EVA SÁIZ
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