El alcalde de Granada, Luis Salvador, se queda solo también en pleno

Había 40 puntos en el orden del día del pleno del Ayuntamiento de Granada de este viernes. Los siete primeros se han hecho de corrido. En el punto ocho ha comenzado el debate. Daba igual de qué tratara cada punto concreto, la ronda de portavoces ha consistido, una vez tras otra, en insistirle al alcalde Luis Salvador, de Ciudadanos, en que se marchara. En el punto 13, algo más de hora y media después del inicio, el guion de la mañana ha dado un giro con el abandono de los concejales del PSOE, PP, Vox y no adscritos. Con 22 de los 27 concejales fuera, Salvador, el alcalde de la mayor ciudad gobernada por Ciudadanos de España, ha tenido que suspender el acto por falta de quórum. Podemos-IU-Adelante también ha pedido la dimisión del regidor, aunque sus tres concejales se han mantenido en el acto por “respeto” al pleno, según ha dicho su portavoz, Antonio Cambril.

El acto de este viernes ha sido un hasta aquí hemos llegado de todos los grupos municipales a Luis Salvador y su equipo de Gobierno de un solo concejal. Llevan 17 días así. El ocho de junio, el gobierno granadino, sustentado hasta entonces sobre cuatro concejales de Cs y seis del Partido Popular, perdió a todos los integrantes del PP y, posteriormente, a dos de Cs. “Luis, dimite, no prolongues la agonía de Granada ni la tuya”, le ha dicho a Salvador este viernes el representante de Podemos-IU-Adelante, Antonio Cambril. “Para nosotros hoy este pleno no es democrático, con dos personas sentadas frente a 25″, porque es imposible gobernar así”, le ha espetado José María Corpas, del PSOE. Vox también ha acusado al grupo popular de dejar el gobierno local “sin amparo y sin [asumir] ningún tipo de responsabilidad” en el momento en el que abandonaron el equipo de gobierno. Salvador, por su parte, ha encajado todas las críticas asegurando que su intención nunca ha sido mantenerse en el cargo y que en el plazo de diez días habría una solución para recuperar “la estabilidad y tranquilidad que la ciudad nunca debió haber perdido”. “Este alcalde no será problema para adoptar las soluciones que sean necesarias para mejorar la gobernabilidad de la ciudad”, ha manifestado.

Salvador no ha mencionado la palabra dimisión. En su intervención ha referido términos y expresiones como “solución”, “lo que tenga que ser” o “búsqueda de la tranquilidad”. Ha insistido en que la marcha de los concejales del pleno no varía un ápice su agenda de trabajo. “Haremos lo mismo que estaba planificado: desde la semana que viene buscar una solución”. El alcalde granadino lleva desde el principio de la crisis solicitando al PP que vuelva al equipo de gobierno, algo que los populares han rechazado si sigue él como regidor.

La situación actual crisis del Ayuntamiento de Granada se inició el pasado 26 de mayo, cuando un concejal que había sido aspirante a la alcaldía por el Partido Popular, Sebastián Pérez, presentó su salida del equipo de gobierno local y del PP, y pasó al grupo de no adscritos: argumentó que ni PP ni el alcalde habían cumplido su compromiso de cederle a él la alcaldía a mitad de legislatura. Fue entonces cuando tanto el PP como algunos miembros aún de Cs ratificaron que el acuerdo de dos años de mandato para Cs y otros dos para PP fue verbal y que efectivamente lo suscribieron entre representantes políticos locales.

Días más tarde de la salida de Sebastián Pérez, ya el 8 de junio, los seis ediles populares que se mantenían en el gobierno lo abandonaron, y los acompañaron de dos de los cuatro concejales de Cs que pasaron al grupo de no adscritos. Desde ese día, el equipo de gobierno de Cs quedó reducido al alcalde y un concejal.

Salvador ha manifestado este viernes que se quedó en el cargo porque “había que evitar caer en el caos”. Ahora, el alcalde de Granada ha fijado un plazo de diez días para encontrar una solución que pasa, si no hay un nuevo giro, porque admita ceder la alcaldía al PP o la consiga el PSOE. Los socialistas necesitan, además de los diez votos de sus concejales, los tres de Podemos-IU-Adelante y el apoyo, poco probable, de Sebastián Pérez.